Un accidente, dos mundos que colisionan uniéndose en uno.
Bybee no ha tenido precisamente suerte en la vida, sobre todo teniendo a la hermana que le ha tocado. Bianca ha intentado por todos los medios arruinarle la vida, lo que no sabía ella era q...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
27 ALBUM: Birras CANCIÓN:Ondine -Martha Argerich.
—¡Dos rubias! — vociferó Jasper hacia el barman por encima de la música y ese le hizo un gesto con la mano que indicaba «ok».
Nos dirigimos al fondo del local. Allí estaban situadas las mesas de billar y la diana de dardos entre otros recreativos.
A Jasper le gustaba jugar al billar apostando dinero, lo que daba más emoción al asunto. Muchas veces lo que hacíamos era buscar a algún grupito que tuviera el mismo interés.
Nos sentamos en una de las pocas mesas vacías para esperar las birras.
El bar había tenido años mejores. Ahora tan solo era un garito destartalado aunque muy frecuentado. Habían rayajos en las mesas, habían escrito nombres de parejas, corazones, números telefónicos y algún que otro insulto.
—Y bien, ¿qué tal tu ajetreada vida? —preguntó Jasper quitándose la chaqueta y colocándola en el respaldo de la silla. Él se sentía como en casa en el bar, llevábamos yendo a él desde la universidad.
—Ajetreada, tú mismo lo has dicho.—Resoplé apoyando los codos en la mesa para luego mirarle fijamente.
Jasper era corpulento y su pelo negro azabache siempre iba desaliñado, aunque lo ocultaba en una gorra de los Yankees. Y al parecer eso les chifla a las pibas, se pegaban a él como moscas a la mierda.
Barb, una de las camareras se acercó a nuestra mesa para traernos las birras, llevaba un short negro y un top de cuadros rojos y negros.
Al inclinarse hacia adelante para dejarnos las jarras de cervezas sobre la mesa sus voluptuosos senos nos deleitó con una maravillosa vista. Alcé las cejas mientras una sonrisa se dibujaba en mis labios y me eché hacia atrás en la silla mientras que Jasper hizo ademán de disimular. Miró con descaro los pechos de la pelirroja.
—Que disfruten chicos.
—De ti, siempre.
Antes de marcharse, nos dedicó una lasciva sonrisa y Jasper se echó a reír.
—Eres un capullo.
Ambos nos reímos y luego brindamos.
—¿Qué tal Kendall? — pregunté después de un rato.
Kendall era la hermana de Jasper y mi primera novia. Siempre me había preguntado qué le había pasado por la cabeza cuando decidió salir conmigo en el instituto. Ella era un verdadero pibón y yo tan solo un renacuajo.
—Se va a casar.
Detuve la jarra de cerveza a medio camino de la boca y miré a Jasper, boquiabierto.
—¿Estás de guasa?
Él se echó a reír y se bebió un sorbo de su «rubia».
