Capítulo XLII

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Los presentes no hicieron más que comenzar a ocultarse detrás de los muebles y en las habitaciones, se escuchaban sus sollozos por todo el lugar, principalmente los del padre el cual lloraba desconsolado por la muerte de su hijo.

Minutos después derrumbaron la puerta principal, el rey Agust entró con su espada en mano la cual escurría la sangre de sus víctimas, detrás de él entraron 5 guardias con arcos, flechas y espadas.

-¿Hola? ¿Hay alguien aquí?- Agust cuestiono mientras caminaba lentamente por el lugar, al ver el cuerpo de Hio en el suelo una media sonrisa apareció en su rostro.- Quémenlo- ordenó.

-¡No te atrevas, hijo de puta!- el hombre salió de su escondite dispuesto a proteger el cuerpo de su difunto hijo, sin embargo, antes de llegar, la espada del rey le atravesó el corazón. La mujer no soportó ver cómo asesinaban a su compañero de vida por lo que arrancó un pedazo de madera de la pared y se abalanzó contra el hombre.

-¡Maldito! ¡¿Cómo te atreves?! ¡¿Cómo carajos fuiste capaz de asesinar a mi hijo y a mi esposo?!- reclamó con lágrimas en los ojos, para su fortuna logró golpear al hombre, sin embargo, no contó con que los guardias también actuarían.

-Lo siento- el hombre susurró al cortar el cuello de la mujer. Los sollozos de los demás hijos podían escucharse por todo el lugar, principalmente del hijo menor el cual, desde el comedor, había observado claramente cómo asesinaban a sus padres y hermano.

-Encárguense de los que faltan, después quemen sus cuerpos- el rey ordenó para después salir de ahí. La hermana mayor salió de su escondite para poder proteger a su hermano menor.

-Por favor, no nos hagan daño, déjenos ir, les prometo que nos iremos de aquí de inmediato- suplicó mientras abrazaba a su hermano el cual lloraba desconsolado.

-Lo siento tanto, señorita, pero preferimos la vida de nuestra familia y la nuestra a la de ustedes- y tras decir aquello disparó la flecha a la joven. Hwa comenzó a gritar mientras se alejaba del cuerpo de su hermana, pero esos gritos fueron callados inmediatamente por una espada, la misma espada que le quitó la vida a su madre.

SeokJin vio la oportunidad de salir por una ventana de su habitación, no dejó pasar la oportunidad y salió de ahí no sin antes llamar a su hermana menor.

-Nabi, vámonos ahora- suplicó entre sollozos, para su desgracia la mujer estaba petrificada, sólo podía llorar y gritar, Jin sabía que no podía hacer nada por ella, los pasos de los guardias se escuchaban demasiado cerca como para que pudiera salvarla.

Simplemente salió por la ventana y rápidamente trepó un árbol.

Solamente pudo escuchar los gritos aterrados de su hermana, no quiso dar media vuelta y mirar, había visto suficiente.

Desde una de las ramas podía ver cómo asesinaban a sangre fría a sus conocidos, amigos y vecinos, los cuerpos eran apilados para después ser incendiados y, posteriormente, ser convertidos en ceniza. Las lágrimas descendían por su rostro y su cuerpo entero temblaba.

-¿Por qué soy tan débil? ¿Por qué me vine a esconder y los dejé morir? Maldita sea, me odio, me odio tanto- se repetía una y otra vez. La cabeza le dolía de tanto llorar, pero no podía parar.

Los guardias sacaron los cuerpos de su familia para después prenderles fuego. SeokJin quería gritar, quería correr hacia ellos e intentar hacer algo para detenerlos, pero sabía que todo sería en vano y terminaría muriendo también.

Imperio caído, amor destruido [YoonTae +18] {Omegaverse}Where stories live. Discover now