Imperio caído, amor destruido [YoonTae +18] {Omegaverse}

Capítulo XCVII

-¡¿Cómo que es un beta?!- el padre reclamó.

-N-no, eso no puede suceder, tengo un desarrollo tardío, quizás mi celo aún no llega y...- el sanador lo interrumpió:

-No es eso, todo está bien con usted ahora, es un beta y está más que definido- fue demasiado amable con esa respuesta a comparación de como se encontraba aquella familia. La madre del joven no aguantó las lágrimas, simplemente comenzó a llorar desconsolada.

-¡Es que no puede ser eso! Debe hacer algo al respecto, mi hijo no puede ser un asqueroso beta- esas palabras molestaron bastante al sanador el cual, con voz firme, replicó:

-Mire, señor, no tiene nada de malo que su hijo sea un beta, es normal, así que no se refiera a los betas con faltas de respeto- de nada sirvió que dijera aquello, la familia ignoró por completo sus palabras.

-¡¿Por qué carajos no eres un alfa o un omega como tus hermanos?!- el hombre cuestionó, pero parecía casi un reclamo.

-Y-yo... Es que...- el sanador lo interrumpió:

-Señor, como bien sabe, no es algo que se pueda controlar o decidir, así que no culpe a su hijo por ser beta- pero esas palabras enfurecieron más al señor Kim el cual, sin pensarlo, le propinó un puñetazo en el rostro al sanador, este último tocó su mejilla la cual comenzaba a tomar un color rojizo y que, dentro de un rato, seguramente estaría hinchada y, posiblemente, morada.

La familia caminó hasta la puerta principal y, sin dudarlo, salieron y se marcharon de ahí. El camino a su hanok fue silencioso, demasiado silencioso, tanto el padre como la madre estaban furiosos y decepcionados mientras que NamJoon seguía en shock, simplemente no lo podía creer, todo lo que había deseado por tanto tiempo no ser, resultó serlo.

La mujer no podía dejar de llorar y el hombre ni siquiera le dirigía la mirada a su hijo el cual quería regresar en ese mismo momento y ordenarle al sanador que volviera a revisarlo y cambiara el diagnóstico, pero no se podía hacer.

Cuando llegaron a su hogar e informaron a sus hermanos lo que sucedía, se apartaron drásticamente de él. Compartía habitación con sus dos hermanos mayores, pero estos rápidamente sacaron las cosas de NamJoon dejándolo dormir en el comedor.

Sus padres no le dirigieron la palabra en más de un mes, inclusive su madre dejó de cocinarle por lo que NamJoon, a la mala, tuvo que aprender, sin embargo, sus alimentos los hacía a base de sobras pues sus padres no le daban dinero y no lo contrataron en diferentes empleos a los que fue por ser muy joven para trabajar. Sus hermanos no se le acercaban mucho y, de vez en cuando, su hermana mayor lo golpeaba y se excusaba diciendo que lo hacía por ser alfa, que su instinto la hacía querer golpearlo hasta echarlo de "la manada". Su demás familia también le dio la espalda, todos lo repudiaron a la vez que se enteraron de que era beta cosa que le dolió aún más.

-Estoy tan decepcionada de ti- fue lo que su abuela, quien lo había querido tanto antes de aquello, soltó sin remordimiento y sin importarle lo que su nieto sintiera.

También perdió todos sus amigos pues no querían acercarse a él por ser un "raro", temían que los maltrataran por ser amigos de él, temían que la gente los mirara mal por tener como amigo a un beta, y temían perder oportunidades por la misma razón. NamJoon se sentía completamente solo, cada día le pesaba bastante el despertar y darse cuenta de lo asquerosa que estaba siendo su vida.

-Me da vergüenza que me vean contigo- uno de sus supuestos amigos dijo partiéndole así el corazón en mil pedazos.

Un día se miró al espejo, se reflejaba un joven golpeado, desnutrido, con demasiada tristeza en su mirada y con nada de ganas de seguir. Pronto golpeó aquel espejo haciendo que se rompiera en varios pedazos, pequeños y grandes. Un poco de sangre comenzó a brotar de los nudillos del joven el cual, sin vacilar, tomó un pedazo de aquel espejo dispuesto a cortarse el cuello y morir desangrado, sin embargo, su familia entró al escuchar el objeto romperse.