Imperio caído, amor destruido [YoonTae +18] {Omegaverse}

Capítulo LXXXVIII

SeokJin no pudo dormir bien en toda la noche pues recordaba una y otra y otra vez las palabras que NamJoon había dicho estando con sus amigos:

-Siempre supe que ser un beta era lo peor que me podía suceder, pero que ahora por eso mismo mi pareja e hijo puedan estar en peligro me hace odiarme demasiado, mucho más de lo que me he odiado en toda la vida- el corazón del mayor se hacía pequeño cada que recordaba aquello, jamás había escuchado a su amado hablar de él mismo de esa manera y, el hecho de saber que se odia, hace que se sienta triste y piense:

-¿Acaso no te he hecho amarte lo suficiente? ¿No te he hecho sentir que eres el hombre más perfecto que he podido conocer? Me hace sentir frustrado el saber que te odias porque eso quiere decir que no te he dado la seguridad que necesitas para estar bien contigo mismo, no he hecho mi deber como pareja y eso me lastima- pensaba mientras daba vueltas en su cama.

-¿Jinnie? ¿Sucede algo?- NamJoon cuestionó con la voz ronca para después frotar un poco sus ojos.

-¿Eh? Oh, no, todo está bien, cariño, solo tengo un poco de insomnio, es todo- mintió. Pronto su amado se acercó a él y lo abrazó con ternura para brindarle un poco de su calor y que pudiera conciliar el sueño. Ambos guardaron silencio por unos instantes, sin embargo, Jin quería hablar con él de una vez, no obstante, el menor se estaba quedando dormido de nuevo cosa que el mayor no había notado- ¿Podemos hablar?- cuestionó esperando una respuesta positiva. Al Nam escuchar su voz dio un pequeño salto en su lugar, de nuevo había despertado.

-Sí, cariño, ¿qué sucede?- cuestionó con pesadez, en noches anteriores no había dormido bien y parecía que esa noche no sería la excepción.

-¿Por qué te odias?- soltó la pregunta, al NamJoon escuchar esto se separó de su contrario y se incorporó.

-¿A qué se refiere con eso?- no estaba completamente despierto por lo que le estaba costando recordar lo que había sucedido en casa de HoSeok.

-A lo que dijiste hace un rato en casa de HoSeok, ¿por qué te odias por ser un beta?- y ahí fue como Nam entendió lo que sucedía.

-Oh... Eso... Bueno, desde que descubrí que soy un beta he sido rechazado en muchos lugares, para ser honesto soy el único beta de mi familia por lo que a veces hacían distinciones de mis hermanos por ello, es por esa razón que decidí entrar a trabajar en el palacio del rey Min, en ese lugar nadie fue distinto conmigo, la mayoría de mis compañeros eran betas y a mi señor YoonGi y el joven TaeHyung nunca les importó que lo fuera, todo iba bien en ese tiempo, pero cuando lo conocí todo cambió drásticamente, mi mente comenzó a pensar en muchas cosas, principalmente en si sería suficiente para usted siendo un beta, conforme pasa el tiempo he anhelado ser un alfa para que usted pueda llevar una vida normal, una vida como la de los jóvenes JungKook, JiMin o TaeHyung  porque sé que las personas pueden llegar a verlo y tratarlo mal por tener como pareja a un beta y tener un hijo conmigo, además, después de lo que el joven HoSeok dijo sobre el aroma quiero ser un alfa para usted, para protegerlo junto con mi hijo, sé que los alfas pueden hacerles daño en cualquier momento y me sentiría culpable por ello- explicó con suma seriedad. Jin tomó asiento en la cama para después tomar la mano de su amado y acariciarla con delicadeza.

-Joonie, no es necesario que seas un alfa, yo te amo así como eres, te lo he dicho muchas veces, y lo que la gente diga o haga no me importa, si ellos supieran que eres un beta hermoso y con un enorme corazón pensarían igual que yo- esas dulces palabras hacían que el menor se sintiera un poco mejor, sin embargo, de nuevo la necesidad de ser una alfa lo invadió- Ahora, sé que tienes traumas del pasado por lo que quiero ayudarte a superarlo, entiendo que ha sido difícil para ti, pero es momento de dejar el pasado que te lastima atrás, sino seguirá haciéndote daño hasta que no puedas más, y sobre tu aroma, no debes preocuparte por ello, no nos va a suceder nada malo, quizás si viviéramos en los tiempos de hace 100 o 150 años aún habría de qué angustiarnos...- el menor lo interrumpió: