Capítulo C

96 16 3
                                    

Tantas cosas pasaron por la mente de YoonGi en ese momento, cosas horribles. En su mente solo pedía un momento de paz, pero parecía que eso no sucedería.

—Quédate aquí, por favor— indicó a su mayor— Disculpe— llamó a la sanadora la cual estaba escuchando todo a la vez que recogía sus instrumentos de trabajo que ocupó para curar a JungKook. La mujer lo miró y prestó atención— ¿Podría revisar a SeokJin? No quiero que tanto estrés pueda dañar a su hijo— enseguida sacó de su bolsillo unas 10 monedas de oro, suficiente para pagar a la mujer la revisión de Jin.

—Claro que sí, mi señor— respondió para después indicar a Jin que se recostara en la cama.

—Iré por NamJoon, cuando ella termine de atenderlos se van con Tae y mis hijos, espérennos allá, si para antes del amanecer no estamos con ustedes vayan por ayuda con el rey Jeon, ¿estamos?— tanto Jin como JungKook simplemente asintieron a lo que Min salió rápidamente del lugar para después dirigirse al hogar de Jin y Nam.

—¿Cómo está? ¿Está muy golpeado? ¿Se ve mal?— Jeon cuestionó a su mayor con notable angustia. Jin miró a su menor y, sin rodeos, respondió:

—Bien jodido y golpeado, además, super cachondo, ya sabes— pero esa respuesta simplemente entristeció al menor.— Sentí que iba a golpearme— soltó.

—¿Qué? ¿De verdad?

—Sí, hombre, estaba loco, de hecho sí me lastimó ligeramente, afortunadamente Joon nos salvó a mi pequeño y a mí— dijo tras soltar un suspiro— De verdad estoy muy angustiado por él, bien se sabe que los alfas son mucho más fuertes que los betas, no sé cuánto tiempo Joon pueda resistir, temo perderlo— su tristeza podía sentirse en el aire, quería verse tranquilo, pero las lágrimas acumulándose en sus ojos lo delataban.

—Tranquilo, joven SeokJin, su tristeza y angustia le harán daño a su pequeño al igual que a usted, todo estará bien— la mujer intentó tranquilizar.

—Es que Joon es mi todo, de verdad no quería irme y dejarlo ahí con ese monstruo, no me voy a perdonar si algo le sucede, lo amo tanto que el simple hecho de pensar que lo puedo perder me aterra, ya no creo poder vivir sin él— dejó algunas lágrimas rodar mientras decía aquello, JungKook se sentía bastante culpable aunque, claramente, no era su culpa.

—Tranquilo, él estará bien, confíe en mí— la mujer dijo con voz suave intentando calmar al joven el cual asintió y, con una pequeña sonrisa, le agradeció.

Ay, HoSeok, no le hagas más daño a nadie, por favor, no quiero que lleguen a matarte porque sé que YoonGi lo quiere hacer, puedo notarlo, y si te atreves a dañar más del límite a alguno de nosotros seguramente no se va a detener y te va a matar, y yo no lo podré impedir...

...

El pálido llegó a la puerta del hogar del beta y el omega, se podían escuchar llantos y lamentos desde fuera, inmediatamente el miedo lo invadió, creyó que había llegado tarde.

Abrió la puerta con cuidado y, mientras más entraba, más audibles eran esos llantos, pero no se escuchaba nada más. No perdió tiempo y caminó hasta la cocina donde se encontró lo que menos esperaba ver.

NamJoon estaba sentado frente a HoSeok, lo que los separaba era una pequeña mesa. Ambos tenían una pequeña taza con infusión medicinal que el beta, sin saber para qué era, encontró entre sus alimentos y preparó a ambos. La persona que lloraba a más no poder era HoSeok quien, aterrado, pensaba en que su amado podría estar muerto. Pronto su pecho comenzó a doler de nuevo, tal y como le dolió cuando despertó de aquella inconsciecia en la que Min lo dejó.

—Me está doliendo el pecho de nuevo— informó a NamJoon mientras lo miraba esperando que supiera lo que le sucedía.

—Ay no, espero que mi señor YoonGi no lo haya dañado gravemente en el pecho, ¿quiere que vayamos con la sanadora?— propuso a lo que Jung negó rápidamente.

Imperio caído, amor destruido [YoonTae +18] {Omegaverse}Where stories live. Discover now