Imperio caído, amor destruido [YoonTae +18] {Omegaverse}

Capítulo LXXXI

Los presentes intercambiaron miradas, se imaginaron que Agust diría cualquier cosa menos esa.

-No sé si sea buena idea, TaeTae es muy sobreprotector con ellos, con decirte que a veces ni siquiera a nosotros nos deja acercarnos- JiMin respondió apresuradamente, sabía que podía ser un gran peligro que Agust viera a JungHee por lo que necesitaban mantenerlo lo más lejos posible.

-Por favor, solo será unos instantes, honestamente quisiera verlos aunque sea unos momentos- suplicó, ninguno estaba tan convencido de hacerlo pues las cosas podrían salirse de control.

-No lo sé, Agust, mis hijos son lo más preciado que tengo, no dejo que muchas personas se acerquen así que...- su mayor lo interrumpió:

-Por favor, TaeHyung, es lo único que te pido, no sabes cómo se siente el no tener a un hijo a tu lado, quiero encontrar consuelo en tus pequeños, por lo menos quisiera verlos unos cuantos segundos, sé que ni siquiera conocí a mi hija pero sé que tus pequeños me harán sentir como si fuera ella, por favor, solo déjame verlos- se escuchaba desesperado, él deseaba tanto encontrar a su pequeña que con él simple hecho de imaginar que alguno de los sus sobrinos fuera su hija era feliz, sí, es algo deprimente, sin embargo, es entendible o por lo menos los jóvenes que se encontraban en ese momento y en ese lugar se ponían en los zapatos del rubio, cualquiera haría eso solamente para llenar el vacío que tenía en el corazón.

-Si lo dejo verlos puede que note el parecido que hay entre JungHee y JiMin por lo que podría ponernos en peligro, pero si no lo hago podría resultar sospechoso, además, sus súplicas me parten el alma, ¿qué debo hacer?- Tae pensaba mientras observaba a Agust el cual tenía una pequeña esperanza de que Tae lo dejara verlos. Tae soltó un pesado suspiro y respondió- De acuerdo, puedes verlos- y con eso se ganó las miradas de todos.

-¿De verdad?- Agust cuestionó sorprendido, Tae simplemente asintió- ¡Muchas gracias! Te prometo que no les haré daño- aseguró. YoonGi, Tae y Agust comenzaron a caminar por el pasillo para después llegar a la habitación, sin embargo, al llegar Tae dijo:

-¿Nos puedes dar unos segundos? Es que queremos asegurarnos que todos estén bien, además, nuestra pequeña necesita cuidados especiales por lo que debo cubrirla bien para que no le dé frío- pidió, a lo que el mayor simplemente asintió y esperó. La pareja entró a su habitación sin perder tiempo, se le había ocurrido un plan al menor.

-¿Y ahora qué? Creí que le dirías que no- YoonGi dijo en un susurro.

-Lo iba a hacer, te lo juro, pero de verdad me sentí muy mal por él, yo no aguantaría un solo día sin mis hijos, él lleva casi medio año sin ella, ¿no puedes ver en su rostro lo difícil que ha sido? Hay que ser un poco empáticos- el menor respondió también en un susurro. Siempre se ha sabido que tiene un buen corazón, pero a veces no mide la gravedad de las cosas.

-Sí, cariño, entiendo esa parte, solo esperemos que tu empatía no nos haga perder a JungHee- no sabía si sentirse molesto o triste, pero algo sí tenía, angustia y era tanta que inclusive Tae la podía sentir.

-Tranquilo, tengo un plan que no puede fallar- respondió para después proceder a revisar qué era lo que sus pequeños tenían, pero al ver a sus padres inmediatamente dejaron de llorar y comenzaron a reír.- ¿Qué? ¿No tienen nada?- se sentían engañados por sus propios hijos, mejor dicho, fueron engañados por sus propios hijos.

-No se pasen, ni siquiera nos dejaron terminar de comer, ¿quieren estar en el chisme también o qué?- YoonGi dijo a sus pequeños tras una risita.

-¿Puedes darme la manta, cariño?- el menor pidió mientras tomaba a JungHee en sus brazos.

-Claro, ten- el pálido respondió para darle la manta, inmediatamente Tae se descubrió el pecho para poder alimentar a su hija y que se quedara quieta por lo menos en lo que Agust estaba ahí, afortunadamente la pequeña tenía un poco de hambre por lo que comenzó a comer sin hacer drama. Tae tomó la manta y la pasó por su hombro para poder cubrir a la pequeña en su totalidad, así que, una vez cubierta y sin probabilidad de que Agust la viera, lo dejaron entrar.