Imperio caído, amor destruido [YoonTae +18] {Omegaverse}

Capítulo CIV

Cuando el beta llegó a su hogar en la oscura noche notó que no había ninguna vela encendida dentro cosa que no le pareció tan extraña pues podía ser que Jin estuviese dormido, abrió la puerta con cuidado, afortunadamente había una vela a la mano la cual encendió de inmediato. La llama iluminó el lugar y dejó al descubierto tantas cosas, en primera, que el lugar estaba tal y como lo dejó, caminó hasta la cocina y vio que ahí seguían sus utensilios que había utilizado en la mañana para desayunar, eso lo extrañó bastante. Regresó a la entrada para dejar su arco y flechas y, cuando miró hacia el suelo, se encontró con algunas manchas de sangre, de inmediato se alarmó.

Siguió el rastro de sangre y daban a su habitación, estaba pensando lo peor, su mente rápidamente comenzó a pensar tantas cosas horribles. Sus manos comenzaron a temblar, no quería abrir porque temía encontrarse con algún escenario horrible, pero debía hacerlo. Deslizó la puerta con cuidado, desde ahí pudo ver que en el suelo había aún más sangre, casi al lado de la puerta había un bulto cubierto por tela. Su mirada se dirigió a su cama, pero ahí no había nada, su amado estaba en su nido descansando, y era ahí donde había aún más sangre. Pronto NamJoon dejó la vela en el suelo, se acercó a su amado y se puso de rodillas a su lado.

—¿Jin? ¿Querido, estás bien? Jin, responde, por favor, abre los ojos, ¿qué sucedió?— cuestionaba con gran tristeza. Pronto el mencionado se movió un poco y abrió los ojos con dificultad.

—¿Joon?— cuestionó con pesadez.

—Sí, mi amor, soy yo, ¿qué sucedió? ¿Por qué hay tanta sangre? ¿Estás bien?— Jin soltó una pequeña risita cosa que extrañó en demasía al menor— ¿Por qué te estás riendo? ¿Qué está sucediendo?— cuestionó aún más confundido.

Jin se incorporó y, gracias a ese movimiento, su pequeño comenzó a quejarse, al NamJoon escuchar esos soniditos comprendió al instante lo que había sucedido. El mayor separó con cuidado a su hijo de él, lo tomó en brazos y lo mostró a su padre. El beta no pudo evitar soltarse a llorar por la gran emoción que estaba sintiendo, inmediatamente Jin lo extendió hasta él a lo que NamJoon, con demasiado cuidado, lo tomó en brazos, lo observó detenidamente y le acarició el rostro.

—Mi cielo, es precioso, ven aquí— tras decir aquello rodeó a su mayor con su brazo desocupado y le dejó varios besos por todo el rostro.— Perdóname, siento haberte dejado solo, imagino el dolor y el miedo que sentiste, perdóname, soy un estúpido— inmediatamente Jin negó.

—Tranquilo, cariño, sé que, si hubieras sabido que sucedería, habrías estado aquí conmigo— respondió intentando que su mayor dejase de sentirse tan mal.

—No, Jin, es algo que jamás me voy a perdonar, me perdí el nacimiento de mi pequeño, es algo imperdonable y no solo eso, te dejé solo, seguramente sufriste mucho, mírate, estás todo bañado en sangre, tus manos, tus brazos, tus piernas, algunas manchas en tu rostro, debí haber estado aquí para ti— dijo— Y no para YoonGi en esa absurda pelea— pensó.

—Deja de atormentarte con eso, mejor recojamos todo este desorden y después hay que darnos una ducha los tres juntos, la primera ducha de YoungNam— propuso con emoción.

—Yo recogeré todo esto, ustedes quédense en la cama— pidió.

—Sí... Sobre eso... La cama también está sucia— informó avergonzado.

—Me lo imaginé, iré rápido por la que está en la otra habitación, no tardo— y tras decir aquello salió de su habitación, se sentía bastante molesto consigo mismo por haberse perdido el nacimiento de su primer hijo, quería regresar el tiempo y no haber participado en esa estúpida pelea, pero ya no podía hacer nada.— Creo que es hora de darle prioridad a mi familia, he estado dedicando tantos años y tanto tiempo a YoonGi que creo que estoy descuidando a lo más importante que tengo, procuraré estar con él lo menos posible y darle mucha más atención a mi familia— pensó mientras apretaba los puños por la furia que sentía. Pronto los llantos de su pequeño lo sacaron de sus pensamientos, entró rápido a la otra habitación, tomó la cama y algunas mantas limpias, al día siguiente tendría que ir al río a lavar todo lo sucio. Al entrar a la habitación donde se encontraba su amado y su recién nacido encontró al mayor alimentando a su pequeño, sólo así los llantos callaron.