Imperio caído, amor destruido [YoonTae +18] {Omegaverse}

Capítulo XCVIII

Tras Jin escuchar el pasado de NamJoon comprendió muchas cosas a la vez que le surgían muchas más dudas, el hecho de que su amado le contase todo aquello lo hacía sentir tan bien pues significaba que le tenía bastante confianza y que se sentía cómodo hablando sobre ello, no obstante, quería borrarle de la memoria todo lo malo que había afrontado, todo aquello que le había hecho daño y que, en en presente, lo dañaba en más de una forma.

El mayor no hizo más que abrazar a su contrario y acariciarle el cabello haciéndole entender que no lo juzgaría y tampoco lo dejaría solo, que siempre lo apoyaría, todo aquello NamJoon lo comprendió al instante y, para finalizar con su conversación, dijo con voz suave:

—Gracias por salvarme de mi infierno y soledad, juro devolverte todo lo que me has dado a la vez que juro amarte eternamente y sin importar lo que suceda...

...

Esa conversación ayudó bastante a que la comunicación y la relación del beta y el omega fuera cada vez mejor, inclusive todos podían notarlos mucho más alegres de lo que ya eran, no obstante, esa felicidad no todas las parejas la compartían, mejor dicho, hasta este momento dejaron de hacerlo.

Aproximadamente tres días después de la conversación entre los omegas, sucedió algo que Tae había advertido y que, desgraciadamente, nadie podía evitar.

El día comenzó con el pie izquierdo para HoSeok y JungKook pues, al parecer, el mayor había amanecido con una horrible y extraña fiebre que lo había hecho permanecer en cama toda la mañana, pronto un peculiar aroma envolvió el lugar, después de que JungKook informara a sus amigos que su amado no podría ir a cazar. Cuando Jeon regresó a su habitación para llevarle el desayuno a su amado y ver cómo estaba, inmediatamente se percató del fuerte aroma a café el cual lo envolvió completamente e hizo que dejara caer los alimentos que llevaba para su amado.

Su cuerpo comenzó a reaccionar a aquel aroma que lo había enloquecido desde el primer momento en que lo olió, aquel fuerte y profundo aroma que tanto había deseado se impregnara en él desde hacía tanto. HoSeok, jadeando y con el rostro sudoroso, dirigió la mirada hacia su menor al escuchar el sonido de la costosa vajilla rompiéndose, ahí vio a su amado omega el cual estaba temblando y con el rostro rojo. Jung sonrió de lado y extendió sus manos hacia el menor el cual recordaba las palabras de su amigo:

—Cuando esa temporada llegue, quiero que te protejas demasiado, no dejes que el celo te domine por completo sino muy probablemente estés perdido— quería resistirse todo lo posible, pero el calor que comenzaba a sentir por todo su cuerpo estaba siendo tan infernal que estaba seguro de que no podría contenerse.

—Ven aquí, Kookie, quiero hacerte mío— HoSeok pronunció con una voz profunda y ronca, esto le provocó un escalofrío al menor el cual, a paso lento, se acercó a su enamorado, estaba hipnotizado.— Eso es, buen chico— tras decir aquello se incorporó y tomó asiento en su cama, le tomó la mano a Jeon e hizo que tomara asiento a su lado, inmediatamente comenzó a olfatearlo comprobando así que el aroma a fresas estaba haciéndose presente y más potente conforme los instantes transcurrían.

El mayor tomó la mano de su contrario con aparente delicadeza, comenzó a besarle y lamerle la punta de los dedos como todo un experto, cosa que tenía idiotizado a Jeon. Al HoSeok ver que su amado no reaccionaba y sólo se ruborizaba decidió actuar un poco más salvaje. Lo sujetó de ambos hombros y lo empujó con poca fuerza haciendo que se recostara en la cama, mientras que  quedaba encima de él. Colocó ambas piernas a los lados de su enamorado dispuesto a proseguir con su trabajo.

—Te deseo tanto, Jeon JungKook, y esto lo comprueba— le tomó la mano y la llevó hasta su entrepierna haciendo que tocara el bulto duro. Por unos momentos JungKook apartó la mano, un tanto asustado, no obstante, HoSeok insistió en que tocara así que Jeon lo hizo— Está así por ti, cariño, no te imaginas todo lo que desea hacerte— explicó mientras frotaba la mano del menor contra su duro miembro el cual ya no estaba conforme con eso, quería más.