11.¿No se cansa de insistir?

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—Eres insufrible – dice el muy idiota.
—Oiga, el insufrible aquí es usted, no yo. Fue usted quien me ha secuestrado, para decirme semejante tontería, búsquese a otro, estoy seguro que querrá aceptar sin dudarlo, pero yo no – dije demasiado indignado, su propuesta y sus comentarios me a ofendido demasiado.


—¿Cuál es el problema de aceptar que te propongo? –preguntó.
—¿No se cansa de insistir? – dije cansado de esta conversación.
—No, necesito que aceptes, no haría esto si no me viera obligado a hacerlo. No tengo ningún interés en conquistarte y mucho menos de enamorarme de ti, mis preferencias son más altas – dice viéndome de pies a cabeza.



—¿Como se atreve? – no podía creer lo que había dicho.
— Lo que escuchaste, tú no eres mi tipo, nunca serías el hombre ideal para estar a mi lado – dijo.
—Escúcheme bien idiota, me alegra saber que no soy su tipo de hombre, gracias a dios que no lo soy, jamás me enamoraría de un idiota como usted.



Puede que sea millonario pero sin duda alguna, es usted un idiota millonario, ese título le queda perfecto. No me interesa su dinero para su información soy el jefe neurocirugía y soy uno de los mejores neurocirujanos, de lo contrario Samuel no me hubiera buscado a mi, en lugar de otros neurocirujanos.
Busque a otro que desee ser parte de este absurdo trato yo no lo seré – dije furioso y ofendido.



Caminé hasta la entrada principal, abrí la puerta y la cerré de un portazo. Caminé todo el sendero del jardín, era un recorrido largo, pero me servio para tranquilizarme un poco. No tenía mi auto, ni dinero y mucho menos veía un taxi. Tomé mi teléfono y llame a Niko para que viniera por mi.


—Hola pequeño, ¿cómo estás? – preguntó alegre.
—Mal, necesito que vengas por mi, te mando la ubicación –dije de forma cortante.
Tuve que esperar alrededor de treinta minutos para que Niko llegara por mi, había caminado unas cuantas cuadras para no tener que ver al insufrible. Me sentía muy ofendido, enojado y estresado por lo qué me había hecho y dicho el idiota millonario. Ni de chiste aceptaría su propuesta, es absurdo, en mi mente tenía un sin fin de insultos para ese hombre.


—¿Donde estas?, no te veo –dice Niko por el teléfono.
—Caminé unas cuantas cuadras, sigue derecho y me verás – dije estresado.
—De acuerdo, espérame –dice para luego cortar la llamada.
Dos minutos después de la llamada pude ver cómo se acercaba Niko en su auto, por fin podría volver a mi trabajo para despejar la mente, menos mal que no tenía ninguna cirugía ni consulta programada o si no estaría en problemas.


—Hola, – dije entrando al auto.
—Hola ¿que sucedió? – preguntó.
Sucedió que me encontré con un idiota millonario – dije colocándome el cinturón de seguridad.
—¿Qué? – se más especificó no entiendo nada de lo que me dices – dijo.
—¿Recuerdas que te conté de mi paciente Samuel? – lo pregunté.
—Si, el que te salvo del imbécil de Mauricio – dijo.
—Ese mismo, bueno, resulta que el idiota de su nieto me secuestró – dije enojado.
—¿Cómo vas a estar secuestrado si estás frente a mi? – dice.



—Me refiero a que el idiota se apareció en mi oficina diciendo que quería hablar conmigo, tenía un tonta propuesta que hacerme, pero en vez de hablar forma civilizada, me cargo como un costal de papas y me trajo a su casa – estaba más que expresivo por la forma que movía mis manos.



—Jajajaja – fue lo único que dijo, el tonto de mi amigo se estaba burlando de mi.
—Si te vas a burlar, entonces me iré – dije tratando de abrir la puerta.
—Lo siento pequeño, no volveré a reírme, es solo que no entiendo por qué te pasan estas cosas – dice más tranquilo luego de su ataque de risa.
—Ni yo lo sé – dije suspirando.
— ¿Y que propuesta era? – preguntó.



—Quiere que finjamos frente su abuelo, quiere que finja que tenemos citas y que decidimos tener una relación –dije.
— ¿Pero, por qué? – preguntó encendiendo el auto.
— Quiere el puesto de presidencia y para eso quiere engañar a Samuel, en lo poco que lo dejé hablar, me dijo que Samuel no dejaba de hablarle de mi, y por eso quiere fingir una relación conmigo, en cambio me daría lo que yo le pida –mientras le contaba lo sucedido me sentí enojado de nuevo.


—¿Lo que quieras ? – dijo.
—Si, lo que quiera. Puede ser una casa, joyas, auto, dinero, lo que yo quiera – le dije.
—¿ Y por qué no hacerlo? – preguntó viéndome a los ojos.
—¿Estás loco? – dije incrédulo.
— No, ¿ acaso el tipo es feo?– dice.
—No lo es, el idiota a sido afortunado en ese aspecto – dije recordando sus ojos y la forma de sus labios.
—Si es guapo, ¿ por qué no hacerlo?, dijo que te daría lo que quieras – dice.




—No lo haré, no insistas mi respuesta seguirá siendo un NO rotundo – dije finalizando esta conversación.
—De acuerdo, yo sólo digo que podías beneficiarte, podrías decirle que te ayude a alejar a Mauricio de tu vida y pedirle muchas cosas mas, hasta pueden que se enamoren los dos – dijo sorprendiéndome aunque la verdad lo que dijo sobre Mauricio llamó mi atención.



—No pienso enamorarme de un idiota millonario – dije
—No necesitas enamorarte –dice.
No sé en qué momento dejé de prestarle atención a nuestra conversación, su comentario sobre Mauricio no dejaba de soñar en mi cabeza.
Tenía razón, si llego a aceptar su propuesta, podría pedirle que me ayude en todo lo referente a Mauricio, pero aún así no quiero engañar a Samuel, él es un hombre de gran corazón.




El poco tiempo que ha estado en el hospital, bajo mi cuidado, junto lo sucedido con Mauricio aquel día, nos ha hecho más cercanos, algo así como amigos. Que su nieto me confesara que Samuel no dejaba de hablarle de mí, me sorprende y no entiendo el por qué lo hace , pero eso es algo que pretendo ignorar.



Al llegar al estacionamiento del hospital, le di las gracias a mi amigo por recogerme de esa casa y traerme a mi trabajo, quedamos en vernos luego para tener una noche de diversión, la cual honestamente la necesito, ya que la última vez no pude relajarme en absoluto.


Pasaron unas horas mas, mi turno a terminado, estaba a punto de irme cuando de repente llega una ambulancia a emergencias, me quedo observando unos segundos para ver qué ha sucedido y me llevo la sorpresa de que era Samuel quien estaba siendo ingresado.


—¿Samuel? – dije en un susurro.
—Necesitamos ayuda, el paciente no responde –dice uno de los paramédicos.
—¿Que ha pasado? – dije acercándome rápidamente a ellos para ayudar.
—Fue encontrado en la autopista principal en estado inconsciente, su presión cada vez es más baja y aún no tenemos respuesta de su parte – dice el otro paramédico mientas lo pasaron a una camilla de hospital.



—Es mi paciente, sufre de una aneurisma, la cual fue diagnosticada hace un tiempo
Debemos tomar una tomografía de inmediato –dije examinándolo – ¿ enfermera que está esperando?
—Lo siento, enseguida doctor – responde ella.



Entre la enfermera que estaba de turno y yo llevamos a Samuel a la sala de tomografías, esperamos resultados y mi temor se confirmó. Su aneurisma ha incrementado y eso es lo que ocasiona sus desmayos, no podíamos operar era demasiado riesgoso, el entrar al quirófano, significaba muerte segura.



Ordené adminístrale medicamentos para controlar su presión y también di órdenes de llamar a sus
familiares y avisar sobre su estado.
Aunque mi turno había terminado, fui hasta la sala de descanso y me coloqué de nuevo mi uniforme, no pensaba dejarlo solo en ese estado. Me preocupaba que pudiera pasar algo grave en mi ausencia y una parte de mi tampoco quería alejarse de él.


Ha pasado una hora y ninguno de sus familiares han llegado, ¿cómo es posible que lo ignoren así como así? Eso me enojaba y sobre todo me ofendía esa actitud de su familia.
Así que decidí quedarme en su habitación vigilando su estado por si hay algún cambio, los residentes tenían órdenes de vigilar a mis otros pacientes, debían llamarme si algo sucedía, pero hasta entonces me quedaré con él cuidándolo, ya que al parecer su familia no quería hacerlo.

Enamorado de un idiota millonario (Emiliaco ) ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora