34. Estoy jodidamente condenado.

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Todo estaba oscuro, no podía ver mi rostro, así que no podría reconocerme y eso me permitía disfrutar de él sin problemas. Me quedé mirándolo unos segundos, su cuerpo y todo él, eran mi más grande tentación desde que lo vi bajar de su auto.

—¿Y bien? - dice al ver que no hago y no digo nada.

— Desnúdate - dije retrocediendo un poco para verlo mejor.

Él empezó a quitarse la ropa, y eso me pareció lo más sensual que había visto en toda mi maldita vida. A lo largo de mi vida disfruté de la compañía de muchas mujeres y hombres, pero por primera vez en mi vida me sentía ansioso por estar con un hombre, por primera vez me sentía hipnotizado por uno
Lo estuve mirando durante otros minutos y vi cómo se impacientaba.

— ¿Piensas quedarte ahí de pie como una estatua o piensas jugar? - dice cruzándose de brazos.

— No hay prisa - dije con mi voz ronca.

— Si no piensas hacer que me divierta esta noche, entonces lo mejor es que me vaya a buscar diversión a otro lado - dice mientras va recogiendo su ropa.

— Detente - dije con rudeza, no iba a permitir que se fuera mucho menos ahora que tengo la oportunidad de hacerlo mío, de poseerlo y hacerle de todo, como tanto quiero desde que lo vi por primera vez.

— Tú no eres nadie para detenerme - dice furioso.

Por lo visto no es un sumiso como suelen ser los hombres que han estado conmigo hasta ahora, parece todo un reto, uno que deseo cumplir. Lo tomé de las muñecas y lo llevé hasta la cama, cuando vi que iba a ponerse su ropa para irse, lo coloqué boca arriba con sus manos sobre su cabeza. Solo necesite una mano para inmovilizar las suyas, apoyo mi cuerpo sobre el de él, impidiendo así cualquier movimiento que quisiera hacer.

—¿Qué crees qué haces? - pregunta al ver que lo había inmovilizado.

— No sabes cuánto te deseo - dije con mi voz más ronca que antes.

— Pues ahora soy yo el que no tiene interés alguno en pasar la noche contigo - dice.

—¿Estas seguro? - dije acercando mis labios a su cuello, dando leves besos.

— Totalmente seguro - dice soltando un gemido, maldición que bien se siente escucharlo gemir.

— Mientras, tu boca dice una cosa, tu cuerpo no miente - dije sin dejar de sujetarlo con mi mano, mientras con mi mano libre recorría su cuerpo - ¿el gato te comió la lengua? - pregunto con sarcasmo.

— Eres un idio. . . - No deje que siguiera hablando, deseaba besarlo y lo hice. Quería besarlo lento, pero mi ansiedad por él, me hizo besarlo ferozmente.

— ¿Decías? - dije separando nuestros labios para dejarlo respirar.

— Idiota - dice.

— Nadie me insulta sin recibir un castigo - dije sonriendo de medio lado.

— Pues siento informarte mi amigo, pero yo no soy un tonto sumiso, yo domino, espero que te quede claro - dijo y no se cómo pero ahora yo estaba en la cama y él estaba sobe mi, nunca ningún hombre había tomado el control de la situación, siempre fui yo el que dominaba y controlaba a mi pareja en el sexo, pero ver que era él quien deseaba dominar, me estaba excitando como nunca y él parece darse cuenta de eso, porque empieza a besarme y frotar su cuerpo contra el mío.

Joder que bien se siente, tan bien que un gemido se escapa de mis labios. Estábamos jodidamente excitados, me di cuenta que él estaba a punto de tener su primer orgasmo, mientras estábamos teniendo sexo con ropa, yo estaba igual que él o peor, si no lo detenía, me iba a correr aún con mi ropa de por medio.

— Aún no - dije volviendo a besarlo mientras tocaba su cuerpo.

—Por. . . Por fa. . . vor - dice con voz entrecortada.

—¿Dime que es lo que deseas? - pregunto.

— A ti - su respuesta me está volviendo más loco de lo que ya estoy.

— Se más específico, dilo o me iré - dije levantándome de la cama para quitarme la ropa que me estorbaba.

— A ti, quiero que me hagas tuyo joder - maldición, estoy jodidamente condenado.

— Muy bien, lo tendrás - dije quitándome cada prenda que estaba sobre mi cuerpo. Su mirada, su cuerpo, todo él me estaba matando lentamente.

—¡Dios mío! - dice viendo mi miembro.

—¿Te gusta lo que ves? - dije sonriendo con superioridad.

— ¿Tú que crees? - dijo sonriendo de la misma forma.

Vi cómo se levantaba de la cama y se arrodillaba frente a mí, no había previsto lo que está haciendo con su boca. Es un experto sin duda alguna, se sentía muy bien lo que estaba haciendo. Me tenía al borde de la locura, jamás me había sentido de esta manera con un hombre, permití que ambos tengamos el control, por primera vez, no tengo el total control de la situación y eso me gusta mucho. Al menos con él.. . .

— Joder, detente antes de que me corra - fue lo único que pude decir.

Pero parecía que él no deseaba detenerse, siguió con lo que estaba haciendo, pude sentir como una corriente corría desde la punta de mis pies hasta mi miembro. No pude resistirme por más tiempo y me he corrido en su hermosa boca, eso parece no molestarle en lo absoluto. Lo levanté del suelo y lo arrojé hasta la cama, ahora era mi turno de escucharlo gemir y de hacerlo temblar, como lo ha hecho él conmigo.


Beso sus labios con ansias, y comienzo a bajar por todo su cuerpo sin dejar de besarlo. Hasta legar a su zona íntima, masajeo un poco su miembro, beso la punta y muerdo con rudeza pero a la vez con gentileza. Se siente jodidamente bien escucharlo gemir de placer y sobre todo ver y sentir como se corría a mi boca, lo había hecho que tuviera su primer orgasmo de esta noche. No dejé que se recuperará de su orgasmo me coloqué entre sus piernas y entre en él de un solo golpe.

¡Joder que bien se siente! Esta tan apretado me gustaría llenarlo de mi semilla, pero no puedo ser irresponsable. Es por eso, que mientras le hacía sexo oral, me había puesto un preservativo, no podía arriesgarme contagiarme de algo y sobre todo no podía embarazarlo. Me gustaba como se sentía estar dentro de él. Las embestidas que daba, eran cada vez más y más fuertes lo que hizo que él tenga su segundo orgasmo y pienso hacer que tenga muchos más. Odiaba tener puesto el preservativo con él, deseaba quitármelo pero no podía. Tal vez en otra ocasión, pueda sentir su piel contra la mía.

Hemos hecho diferentes poses, han sido varios orgasmos que le he dado, y yo me he corrido con él en cada uno de sus orgasmos. Se sentía de maravilla todo lo que estábamos haciendo, deseaba seguir así por horas y no detenerme ni un solo segundo, pero no iba a ser posible. Él suplicaba por más y yo le daba lo que pedía, podía bajarle la luna y las estrellas, incluso la galaxia entera si me lo pedía. Deseaba seguir haciéndolo mío, deseaba hacerlo siempre.

— Córrete para mí precioso - dije colocando sus piernas sobre mis hombros.

—¡Oh Dios mío!, por favor no te detengas - dijo suplicándome para que no detenga mis movimientos.

— Vamos, córrete conmigo - dije.

Segundos después nos corrimos al mismo tiempo, dejé caer mi cuerpo sobre el de él. Había sido el mejor sexo  de todo mi vida, al fin lo hice mío, pero ahora deseo más. Deseo todo de él, lo quiero para mí. No quiero que ningún hombre lo haga suyo, lo quiero y lo voy a conseguir.


Me levantó de encima de él y voy hasta uno de los baños que había en la habitación, necesitaba darme una ducha y quitarme el sudor de mi cuerpo, al salir del baño me di cuenta que él ya no estaba. Me vestí rápido y salí de la habitación, comencé a buscarlo por todo el club pero no estaba, se había ido.

— No escaparás de mí, serás mío y de nadie más - me dije una vez que  estaba fuera del club.

Enamorado de un idiota millonario (Emiliaco ) ❤️Where stories live. Discover now