55. ¿Celoso?

509 66 64
                                    




Después de que Emilio se fuera, no dejaba de ver constantemente la hora. Me sentía nervioso. . . Desde que nos besamos, mi cuerpo se eriza con su cercanía, no voy a negar que ese hombre es demasiado sexi y me excita como nadie. El color de sus ojos y cabello son negros, sus labios son delgadas, y suaves. Es alto y me pude dar cuenta que tiene un pecho firme, así que supongo que entrenará su cuerpo. Me pregunto, ¿ cómo se verá sin nada?, de por si con su traje se ve sexi, pero desnudo. . . Debe ser todo un Dios, quien sabe. . . Me gustaría confirmarlo, pero no puedo hacerlo.

Faltaba tan solo quince minutos para que terminara mi turno. Así que me quité mi uniforme para reemplazarlo por mi ropa civil, gracias al cielo que había traído conmigo un cambio de ropa, me acerco al espejo que había en el baño y me pongo un poco de maquillaje para ocultar las ojeras que se han formado debajo de mis ojos por tanto trasnocho. Arreglo un poco mi cabello y me pongo un poco de perfume. Cuando salí del baño, me llevé un gran susto al ver a Emilio sentado en el sofá de mi oficina.

—¿Acaso me quieres matar del susto? - pregunto con una mano en mi corazón.

— No te vi al entrar, así que decidí esperarte. Si no aparecías en cinco minutos, iba a ir por ti. Ya sabes. . . Pensaba sacarte como un costal de papas - dice con voz burlona.

— Pues aquí estoy, asi que no es necesario - dije - además. . . ¿ Por qué siempre entras en mi oficina sin autorización? - pregunto.

— Nunca la cierras, así que me ahorro el tener que esperarte en el pasillo - dice señalando la puerta.

— Algún día vas a matarme de un infarto por aparecerte de la nada. ¿ Cómo piensas hacerte responsable si eso llega a pasar? - pregunto cruzándome de brazos.

— Dudo que eso pase, pero si hablamos hipotéticamente, ten por seguro que me haré responsable - dice poniéndose de pie.

No supe que decirle, tras escuchar esa respuesta. Parecía que estaba hablando enserio, no lo sé. . .

— ¿Nos vamos? - pregunta.

— Sí - digo.

— Bien - dice dándose la vuelta para salir de mi oficina.

Tomé mi maletín y caminé tras él, no tenía el valor para decir una sola palabra, pero si tenía el valor para ver su lindo y redondo trasero. Como me gustaría verlo desnudo. . .

— ¿Te gusta lo que ves? - su pregunta me sorprende y a la vez me pone nervioso.

— ¿Disculpa? - pregunto sin saber a qué se refería.

— Pregunté si te gusta lo que ves - dice cruzando sus brazos.

— No sé a que te refieres - digo y luego me doy cuenta que estamos afuera del hospital, en el estacionamiento. Él estaba sentado en el capo de su auto

— Si sigues mirándome así, no podré contenerme - dice.

— ¿Ah? - digo sin entender.

— Olvídalo - sé levanta y abre la puerta del copiloto - entra - dice.

Hago caso y entro al auto, cuando cierra la puerta, rodea el auto y yo me quedo observándolo. Una vez que se sienta a mi lado, desvío la mirada para ocultar mi rostro sonrojado.
" ¿ Te gusta lo que ves? " . . . Su pregunta no deja de rondar por mi cabeza, acaso . . . ¿Se ha dado cuenta que le miraba el trasero? Mi cerebro se alarma y comienzo a sentir como la vergüenza llega a mí, giro mi rostro y veo su rostro de perfil. Es muy guapo, puedo notar que se ha quitado la barba, aunque pensándolo bien. . . Nunca lo he visto con barba, ¿ cómo se verá con una?. . . Nuevamente me quedo observándolo en silencio y no sé si él no se ha dado cuenta o simplemente lo ignora. No sabía a dónde íbamos a ir, así que decido preguntar.

— ¿A dónde vamos? - pregunto.

— A cenar - dice.

— Eso ya lo sé, lo que quiero saber es, ¿ en donde vamos a comer? - digo rodando los ojos.

— A mi hotel - dice.

Creí que iríamos a dónde yo escogiera, pero al parecer iremos donde él quiere, da igual. Al fin y al cabo, solamente hablaremos del contrato. Al llegar, caminamos hasta la recepción para pedir una mesa, no dejo de impresionarme por la belleza del hotel. Tiene grandes lámparas de cristal en forma de araña, alfombra roja, decoraciones en color dorado y hermosas flores que decoraban el lugar, había también algunas estatuas bien hechas. Mi favorita era la de un ángel que había cerca de la mini fuerte que había en la recepción, todo era muy hermoso.

— Buenas noches - dice la mujer de la recepción.

— Buenas noches le respondemos al mismo tiempo.

— Señor Osorio, ¿ en que lo puedo ayudar? - pregunta de forma coqueta.

Esa mujer no dejaba de sonreírle, la muy descarada estaba coqueteando con Emilio en mi presencia y eso me enoja mucho me enfurece. Parecía que era algo normal para él, como si estuviera acostumbrado a ello.

— Necesito una mesa para dos - respondió Emilio.

Poniendo una mano en mi cintura para acercarme a su cuerpo, mientras le respondía. Esa mujer me miraba con odio pero no me importó para nada. Mi corazón latía muy fuerte por la cercanía de Emilio, aunque la verdad me dio mucho gusto que hiciera este gesto frente a esa mujer.

— ¿Qué estás esperando? - le pregunta con el ceño fruncido

— Lo lamento señor Osorio, por favor sígame - dice caminando frente a nosotros.

Si que es descarada. . . En el corto trayecto de la recepción a la mesa VIP del restaurante, no ha dejado de exagerar en el movimiento de sus caderas, se nota que se sentía necesitada de un hombre. Miré a Emilio discretamente para ver si él le observaba el trasero a esa descarada, pero él estaba concentrado en su teléfono.

— Aquí está su mesa - dice señalando a la mesa que había a un lado de nosotros.

— Bien, dile al chef que traiga lo mejor de esta noche, ya puedes retirarte - le dice Emilio guardando su teléfono

— Si señor - responde coquetamente de nuevo.

Cuando veo que la mujer se retira dejándonos solos, me le adelanto antes de que saque su lado de hombre caballeroso. Me siento en la silla enojado y tomó el menú solo para ignorarlo, necesitaba calmarme.

— Veo que era cierto - le digo sin atreverme a ver sus ojos.

— ¿A qué te refieres? - pregunta sentándose frente a mí.

— Lo que me dijiste antes -dije aún sin verlo.

— ¿Qué cosa? - pregunta con voz tranquila.

— Veo que no te faltan las mujeres - dije señalando la puerta por donde se había ido la mujer de la recepción.

— ¿Celoso? - su pregunta hace que levante de inmediato mi mirada hacia él.

— ¿Celoso yo? - me rio sarcásticamente.

— Eso es lo que parece - dice burlón.


Para esas personas que querían ver a Joaquín celoso, aquí está Jajajaja 😂😂😂🫢

Enamorado de un idiota millonario (Emiliaco ) ❤️Où les histoires vivent. Découvrez maintenant