95. ¿Es suficiente para ti?

472 59 57
                                    


Maratón 4/5?

✨NARRA EMILIO✨

Podía ver que Joaquín estaba nervioso y preocupado antes de que me fuera por la comida. Cuando volví y lo vi como si estuviera derrotado me alarmé. Pero cuando escuché su historia, sentía mi respiración irregular, mi pecho subía y bajaba de una forma incontrolable. Traté de calmarme para no asustarlo, pero mis deseos por matar a su padre biológico, eran grandes, demasiado grandes.

Escuché atentamente cada una de las palabras que salían de su boca. Sé que es difícil para él contar su doloroso pasado y está haciendo un gran esfuerzo para ser cien por ciento honesto conmigo para que así nuestra relación se fortalezca y la honestidad y la confianza sea fuerte y prevalezca entre nosotros como una nueva pareja. Me dolía saber lo mucho que ha sufrido desde pequeño. Ahora entiendo a que se refería mi abuelo cuando dijo que Joaquín había sufrido mucho en su vida. Ahora más que nunca estaba dispuesto a apoyarlo y protegerlo. Acuño su pequeño cuerpo entre mis brazos, trato de consolarlo hasta que se calme, no sé cuánto tiempo llevaba llorando, pero al final consiguió quedarse dormido. Tomó mi teléfono y retrocedo unos pasos para hacer una llamada.

—Señor Osorio - contesta el mismo jefe del fiscal.

— Necesito un favor - dije directamente.

— Lo lamento, ahora no puedo - dice y eso me hace enojar.

— Si no quieres que retire todos los fondos a su distrito, entonces tendrá que cooperar conmigo - digo enojado.

— Lo escucho - dice nervioso.

— Quiero que Aarón Jones y el otro hombre que le ayudó violar a Joaquín Bondoni, jamás salgan de la cárcel, quiero que se pudran en ese encierro - digo con voz llena de odio y veneno.

— Muy bien, haré todo lo posible para conseguirlo. ¿Puedo saber la razón de su pedido? - pregunta.

— Joaquín Bondoni es mi esposo, ¿Es suficiente para ti? - pregunto.

— Más que suficiente - dice.

— Bien, encárgate de lo que te pedí - digo.

Cuelgo la llamada y me acerco a Joaquín de nuevo, tomó su mano y le doy un suave beso.

— Siempre te voy a proteger, lo prometo - murmuro.

Me quedo un rato más con él, hasta que veo entrar a mi abuelo en una silla de ruedas.

—¿Lo sabias no es así? - pregunto en cuanto cruza la puerta.

— ¿Qué cosa? - pregunta mi abuelo.

— Su pasado - digo sin dejar de verlo dormir.

— Así es, lo sabía - dice mi abuelo.

—¿Por qué no me dijiste nada? - pregunto.

— No me correspondía hacerlo - dice él muy tranquilo.

— Lo sé - dije suspirando.

— ¿Y qué harás ahora que lo sabes? - pregunta mi abuelo.

— No lo dejaré solo, lo voy apoya en todo, ya he cobrado un favor - digo.

—¿Qué hiciste? - pregunta preocupado.

— No te preocupes, solo he pedido que les diera unos años más en la cárcel a esos desgraciados, solo para asegurarme de que él estará bien - dije.

— Muy bien - responde.

Los dos nos quedamos en silencio varios minutos, cada uno pensando en sus cosas. No sé en qué estaba pensando mi abuelo, pero yo no dejaba de pensar en todo el sufrimiento por el que tuvo que pasar Joaquín.

*** *** ***

Han pasado dos semanas, en donde tuve que dormir en ese incómodo sofá. Hoy por fin darían de alta a mi abuelo y a Joaquín, en todo este tiempo los doctores lograron disminuir la dosis de arsénico en el cuerpo de mi abuelo, al parecer eso ha ayudado a que su aneurisma acelerará, pero según ellos, unos meses más de vida. Mientras que Joaquín aún debe estar en total reposo en casa, ya que no se ha recuperado por completo de su fractura, además, de que su doctora dijo que debía estar en reposo también por nuestro bebé, quien aún está en riesgo.

He seguido al pie de la letra las recomendaciones que nos dieron para que ambos se recuperen, eso es lo que más quiero que ellos mejoren y ellos solo dicen una y otra vez que soy un cascarrabias por exigir que reposen y tomen sus medicamentos al tiempo.

—¿Qué tiene de malo que me preocupe por ustedes? - pregunto enojado.

— Nada, no tiene nada de malo. Es solo que debes dejar de ser tan exigente y gruñón - dice Joaquín.

— Estoy de acuerdo con él, ya estoy aburrido de estar tirado en una cama - dice mi abuelo.

— Ninguno de ustedes saldrá de esta casa - digo alzando la voz - tú no puedes salir solo, aún te dan mareos - señalo a mi abuelo - y tú llevas en tu vientre a mi hijo, quien aún no nace y prefiero recibirlo en mis brazos, en lugar de enterrarlo - señaló a Joaquín.

— Pero quiero salir - dice Joaquín con voz infantil.

— La respuesta es no, tienes que estar en cama - digo.

— Pero no quiero - dice.

— Lo harás y punto - digo.

Cuando estaba por cargar a Joaquín para llevarlo a nuestra habitación, suena el timbre de la puerta, así que no tuve más remedio que abrir la puerta antes de que la tumbaran. Abro la puerta y me sorprendo al ver a los padres de Joaquín frente a mí.

— Señor y señora Bondoni, pasen por favor - digo y me muevo para dejarlos entrar.

— Ya te dije, que me digas Adela o suegra - dice la señora Adela apretando mi mejilla como si fuera un niño.

— Lo siento, aún no logro acostumbrarme - digo.

—¿ Dónde está mi niño? - pregunta la señora.

— En la sala - digo.

Ellos caminan hasta la sala, Adela Bondoni, corre al ver a su hijo. Debido al accidente de Joaquín tuvimos que posponer lo de la boda, al igual que les dijimos a sus padres que el accidente de Joaquín fue ocasionado por alguien borracho, ya que Joaquín no quería preocuparlos.

—¿Mamá? - pregunta Joaquín sorprendido.

— Eres un inconsciente - le dice su madre dándole un golpe en la cabeza.

—¡Ahhhh!, eso duele, ten más consideración de tu hijo - le dice Joaquín.

—¿Por qué no nos dijiste en cuanto sucedido tu accidente, en lugar de enterarnos dos semanas después? - pregunta enojada su madre.

— No quería preocuparlos, además ya estoy bien - dice Joaquín.

— No lo estás - digo.

— Lo estoy - dice eso y me mira como si quisiera matarme.

Enamorado de un idiota millonario (Emiliaco ) ❤️Where stories live. Discover now