69. Se sentía estupendo.

499 63 21
                                    


MARATÓN 1/5?

✨NARRA EMILIO✨

Sentí miedo de que Joaquín me hiciera algo por haberle mentido en este pequeño espacio en el que estábamos, así que indirectamente llevé mi mano hacia mi miembro para cubrirme por si intentaba algo, pero no lo hizo.
Cuando lo veo irse de esa forma, sentí que lo iba a perder. Voy tras él y veo que se encontró con mi abuelo. Ellos se van al despacho de mi abuelo para hablar y yo regreso a la sala con todos los demás, tal como lo pidió mi abuelo.

—¿Ya se fue tu noviecito primo? - pregunta Santiago.

— Cierra la boca Santiago - le dice su madre.

—Hijo. . . - dice mi madre, pero decido ignorarla.

—Tu madre te está hablando - dice Ernesto.

—¡Ernesto! - dice ella.

— Déjalo, no me interesa escucharlos a ninguno de ustedes - dije acercándome a la ventana que había al lado de la puerta. Todos dicen cosas insignificantes para mí. No me interesa escucharlos en absoluto, solo quiero saber lo que me dirá Joaquín, nadie más.

— ¿Crees que serás el heredero de todo? - pregunta Ernesto llamando mi atención.

— Ernesto por favor, deja de buscar peleas - dice mi madre.

—No me calles mujer, puedo decir lo que yo quiera. Tu hijo no es más que un desagradecido, además por creer que será el heredero de todo, actúa de manera prepotente - dice.

— El prepotente es otro - digo volteando a verlo.

—¿Es verdad? - pregunta.

— ¿Qué cosa? - pregunto.

—¿Piensas casarte con ese puto? - lo que dice me hace enojar de nuevo.

— Si lo vuelves a insultar otra vez, no habrá poder humano que me detenga - le digo.

—¿De verdad golpearías a tu propio padre por un hombre? - pregunta.

— Jamás has sido un padre para mí, por si lo olvidaste siempre has preferido a tus amantes, que a tu propia familia - digo con deprecio.

—¡Emilio! - me grita mi madre.

—¿Qué?, es la verdad. Tu esposo solo sabe ser un cobarde y un infiel - dije metiendo mis manos en los bolsillos de mi pantalón.

—¡Tu! - me grita Ernesto - no te consta lo que dices - agrega.

—¿Estás seguro de eso? - pregunto con una sonrisa - por si lo olvidaste, tú fuiste quien se revolcaba con mi prometida. Solo lo digo para refrescarte la memoria - digo.

—¡Emilio basta! - grita mi madre.

—Nadie dijo nada más, Ernesto estaba rojo del enojo y sabía que estaba mordiéndose la lengua para no decir nada que lo delate. Pero lo que no sabe, es que su silencio también lo delataba
Cuando por fin iba a decir algo, entraron mi abuelo con Joaquín a la sala, me acerco a ellos, trato de tomar la mano de Joaquín pero no me lo permite.

Su rechazo me duele, no tengo ojos ni oídos para nadie más. Solo él tenía toda mi atención, no quise quitarle la mirada de encima y él tampoco lo hacía. Escucho todo lo que dice mi abuelo sobre que yo seré su heredero, ahora que lo dijo ante todos, no tenía más opción debía hacer que Joaquín acepte casarse conmigo lo antes posible.

— Bueno, no hay nada más que decir - dice mi abuelo.

—Pero padre - dice Ernesto.

—Ya lo dije, es mi última palabra. Es hora de que todos vayan a descansar - dice mi abuelo - Joaquín disculpa las molestias, siento mucho que te hiciéramos sentir incómodo esta noche - le dice tomando sus manos.

— Descuida Samuel, no pasa nada - dice Joaquín.

—Bien, nos veremos pronto para los chequeos - dice mi abuelo.

— Por supuesto, te estaré esperando - dice Joaquín y se despiden.

— Tenemos que irnos - hable por fin.

— Claro - me responde Joaquín.

Sus ojos no reflejaban nada más que frialdad. Caminamos hasta el auto, Joaquín iba adelante y no pude dejar de ver su trasero. Mi cuerpo se excitaba con solo ver su cuerpo, me detengo cuando que él lo hace y se gira para verme con una sonrisa.

Siento mi piel erizarse y lo veo acercarse, coloca sus manos en mi pecho y parecía que iba a besarme, pero no me esperaba un rodillazo en mi parte íntima de su parte. Mi cuerpo se dobla en dos debido al dolor, y se me dificultaba respirar. Joaquín se aleja con rapidez y se sube al auto. Mientras yo me retorcía de dolor, me enfurece lo que ha hecho, pero sabía que me lo merecía por engañarlo y mentirle, me queda mas que claro que cumple sus advertencias.

Cuando sentí que podía enderezar mi cuerpo y que ya no me dolía tanto, subo al auto cerrando la puerta de un portazo. No digo nada, enciendo el auto y lo llevo a la casa para darle una lección. No debió atreverse a golpearme, aunque me lo advertiera. No tengo ninguna intención de llevarlo a su departamento, tenía planeado darle unos buenos azotes para darle una lección de no volver hacer lo que hizo. Apenas estacioné el auto, Joaquín se baja del auto escapando de mí y camina rápido hacia a la casa, pero no tendrá forma de entrar, ya que no tiene llaves, pero justo en ese momento sale una empleada que se encarga de limpiar la casa y Joaquín se escabulle en la casa. Después de decirle a la empleada que tiene el día de mañana libre, no preste atención en lo que me respondió. Sigo caminando tras Joaquín, lo veo entrar en la habitación que usa cuando se queda aquí, cierra la puerta de golpe y yo la abro de golpe también.

—Jamás vuelvas a. . . . - no pude decir más, Joaquín se abalanzó sobre mí y me besa.

—¡Maldita sea!, se me había olvidado lo que le quería hacer en el momento que se abalanza para besarme. Le correspondo el beso que cada vez sube más de intensidad, mi cuerpo estaba más que despierto para disfrutar de él. No quería dejar de besarlo, lo pegué a mi cuerpo y llevo mis manos hacia su trasero y escuché un gemido de su parte. Lo cargo entre mis brazos y lo llevo hasta la cama lo pongo suavemente en la cama sin dejar de besarlo.

Apoyo mi cuerpo sobre el suyo, mis manos empiezan a recorrer su cuerpo, Joaquín trata de quitarme el saco de mi traje y yo le ayudo. Yo también le quito su traje y empiezo a disfrutar de él como nunca. Empecé a besarle cada parte de su cuerpo, lo estaba haciendo mío, y escucharlo gemir era mi mayor placer. Me concentré en hacer que fuera él quien disfrutará al máximo.

Entraba en él una y otra vez, cada vez más fuerte. Por fin estábamos haciendo el amor, en vez de tener solo sexo como en el club. Se sentía estupendo hacerlo con él. Una vez que Joaquín llegó al orgasmo, no pasó mucho tiempo y lo seguí liberándome, dentro de él, dejando un suave beso en sus labios. Él aún temblaba debido al fuerte orgasmo que acaba de tener, ambos respirábamos con dificultad. Mi pecho subía si baja por lo que habíamos hecho. Gire mi cuerpo llevándolo conmigo, él apoya su cabeza en mi pecho y nos quedamos así por unos minutos, mientras nos recuperábamos.

Enamorado de un idiota millonario (Emiliaco ) ❤️Where stories live. Discover now