61. Mis advertencias.

502 67 57
                                    




✨NARRA JOAQUÍN✨

Algo en mí me decía que Emilio mentía, quería saber que era que se escondía detrás de esa cláusula, pero decidí darle el beneficio de la duda. Si en verdad me estaba mintiendo, le daré un tiempo para que me lo diga, pero si se atreve a mentirme por mucho tiempo, le enseñaré que mis advertencias no son en vano.

— No te miento - dice insistiendo.

— Está bien, creeré en ti - sonrió y me acerco a él poniendo mis manos en su pecho - pero. . . que te quede claro Emilio Osorio, mis advertencias nunca son en vano - le susurró al oído.

Me alejo un paso y le doy una sonrisa, si tan solo supiera que yo sé que me miente. Creo que sacaré provecho de eso y voy a divertirme un poco con él. Pude ver que trago en seco, señal de culpa, estoy más que seguro que es lo que esta sintiendo en estos momentos. Me quedo viéndolo con una sonrisa en mi rostro y veo que está nervioso por lo que esta pasando.

— Entonces. . . ¿Tienes impresora? - pregunto tratando de aligerar el ambiente

— Ah. . . Esto. . . Si, sígueme - dice caminando a la puerta.

—¿No deberías vestirte antes de salir de la habitación? - le pregunto señalando su cuerpo y debo admitir que me gustaría tirarlo a la cama y comérmelo todo.

— Tienes razón - dice nervioso - se veía muy tierno así.

— Quien lo diría - murmuró.

— ¿Dijiste algo? - pregunta vistiéndose.

— Nada - dije sonriéndole.

— Punto para Joaquín, cero para Emilio - me digo en mi mente.

Salgo de la habitación caminando detrás de él, no dejaba de ver su trasero y tampoco dejaba de pensar en que, por primera vez pude ver nervioso a Emilio Osorio. Entramos en su despacho y mientras él imprimía el contrato para firmarlo, yo observo la habitación, le faltaba vida sin lugar a dudas. Quizás unas cuantas fotos familiares y tal vez algo de color le daría más vida.

— Aquí tienes, imprimí dos copias, una para cada uno - dice extendiéndome una copia.

— Bien - le respondo.

— ¿Estás seguro de firmar? - pregunta.

— Claro, ya te deje mi advertencia más que clara. Espero que no tengas que ir al médico por mentirme - le digo señalando su miembro. Esto me divertía y mucho.

— No será necesario - dice enojado.

— Bien, es tu decisión si me mientes o no - dije sonriéndole.

— Solo firma de una vez - dice alzando la voz.

— Bien, firmaré - dije sin dejar de sonreír.

Camino hasta su escritorio, me siento en una de las sillas que tenía al frente, tomó un bolígrafo y firmo ambas copias. Él hace lo mismo y me entrega una. No pensé que pasaría de llorar toda la noche a sonreír toda la mañana, creo que este hombre será mi desgracia, pero al mismo tiempo mi felicidad.

— Mañana será la cena con mi familia, en casa de mi abuelo, espero que no me decepciones - dice aún enojado.

— Yo soy quien debería decir eso, espero que no me decepciones y no tenga que cumplir con mis advertencias. Te estoy dando el beneficio de la duda, si tienes algo que decirme antes de ir a esa cena, soy todo oídos - mientras le decía eso, fingía arreglarle la camisa con una sonrisa en mi cara, solo para hacerlo sentir mal por haberme hecho llorar tanto ayer.

— No tengo nada que decir - dice serio.

— Bien, entonces. . . ¿Cómo quieres que te llame frente a tu familia? - pregunto poniéndome serio.

— Como quieras - dice sin apartar su mirada de mí.

— De acuerdo - le digo

— Bien - dice secamente.

— Bien, ahora sí me me disculpas - suspiro - tengo que irme - digo y trato de dar un paso hacia la puerta para irme, pero me detiene.

— ¿A dónde vas? - pregunta y veo preocupación en sus ojos.

— Tengo que ir a casa, mis gatos no han comido nada y también tengo que ir a trabajar hoy - le explico para que se calme.

— Te llevó - dice y sale del despacho, dejándome ahí de pie.

Salgo detrás de él de nuevo, caminamos hasta el auto y subimos en silencio. Ninguno dice nada y eso me pone nervioso, así que decido hacer conversación sobre la cena de mañana con su familia.

—¿ Hay algo que deba tener presente para la cena con tu familia? - pregunto de forma directa.

— Solo me interesa que simpatices con mi abuelo, con nadie más. Eres libre de decirle al resto de la familia lo que quieres, solo avísame si estarás en problemas con ellos - dice sin voltear a verme

— Está bien, aunque yo ya simpatizo con Samuel, le tengo cariño - digo y eso era la verdad.

— Ya lo sé, solo sigue así - dice y volvemos al silencio.

Ninguno dijo nada en todo el transcurso, ese silencio fue eterno. Sentía mi cuerpo encenderse al recordar que lo vi en bóxer. Este hombre tiene un cuerpo de infarto, sus brazos son musculosos, su pecho fuerte, un abdomen plano y con cuadritos como si fuera una tabla de chocolate, trasero redondo, piernas fuertes y se notaba que está más que equipado por delante. Nunca pensé que podría gustarme este hombre, pero lo admito. . . Me gusta Emilio Osorio y estoy más que a gusto de fingir ser su novio. Seré la invadía de muchas personas, si se llegarían a entrar de mi relación con este hombre.

— Gracias por traerme - le digo cuando se estaciona.

— ¿Desde cuándo tienes gatos? - pregunta de repente y me sorprende.

— Desde hace poco, son muy lindos - digo sonriendo al recordar a mis dos bebes.

— Está bien - dice.

— Bien - le digo y me quito el cinturón de seguridad.

— Pasaré por ti mañana a las dos - dice.

—¿Por qué a las dos? - pregunto, ya que es muy temprano para la cena.

— Te voy a llevar comprar ropa y después a un salón para que te arreglen, necesito que te veas perfecto mañana - dice.

— De acuerdo - digo un poco decepcionado por su respuesta.

Enamorado de un idiota millonario (Emiliaco ) ❤️Where stories live. Discover now