20. Calmate Por favor.

623 71 23
                                    


Nos sentamos en el sofá de su sala, perdimos la televisión y colocamos la película que Niko quería ver. Se llama La vieja guardia, es una película de acción, yo no soy amante de este género. Mis favoritos son las de terror y suspenso, pero tampoco me niego a ver cualquier película con mi mejor amigo y la verdad fue interesante ver esa.

— ¿Me vas a contar que sucedió o quieres ver otra película ? – dijo viéndome a los ojos.
— Hoy denuncie a Mauricio – solté de repente.
— Ya era hora – dijo abrazándome – ¿ qué hizo esta vez para que decidieras hacerlo? – agrega.
— Intentó matarme – dije.
—¡¿Qué!? – gritó poniéndose de pie muy furioso
—¡Cálmate por favor! – dije.

— ¿Cómo quieres que me calme, cuando ese infeliz intento matarte ? – dijo caminando de un lado a otro
— Nikolas, por favor cálmate – dije poniéndome de pie también.
— Lo voy a matar – dijo caminando hacia la puerta principal.
— ¡Nikolas, cálmate! – dije poniéndome en su camino
— Hazte a un lado Joaquín – dijo enojado.
— Cálmate, Emilio ya le dio una lección – dije tratando de tomarles las manos.
— ¿ Emilio? – dijo deteniéndose.
— Si, Emilio – dije llevándolo de nuevo al sofá.

— Ese es el nieto de tu paciente, ¿ verdad? – pregunta sentándome de nuevo.
— Si, ellos me ayudaron hoy. Emilio me salvó de Mauricio, él intentó ahorcarme, pero Emilio llegó a tiempo y lo golpeó hasta dejarlo inconsciente. Y Samuel me ayudo con la policía , así que cálmate – dije sentándome a su lado.


— Lo siento... lo siento, debí estar para ti en lugar de estar teniendo sexo. — Nunca había visto llorar de esa manera a Nikolas, su abrazo me asfixiaba un poco por la fuerza con la que me abrazaba, pero lo dejé porque solo eso podía calmarlo.
— Oye, estoy bien, no te preocupes. No te martirices, no es tu culpa – dije dándole leves caricias en su espalda.
— ¿Seguro? – pregunta separándose de mí cuando ya se calmo un poco.
— Si, no tienes de que preocuparte. Samuel me esta ayudando con su abogado para hacer la demanda y todo el proceso que se requiere para poner tras las rejas al idiota de Mauricio – dije.

— De acuerdo, sabes que puedes quedarte aquí todo el tiempo que quieras. Te daré una copia de la llave de mi departamento – dijo levantándose para acercarse a una cajita que estaba al lado de la puerta – también tendrás que darme una de tu departamento por cualquier cosa, por seguridad, así yo iré por tus cosas y no tendrás que encontrarlo tú.

— Está bien, sacaré una copia mañana antes de ir al trabajo – dije sin querer contradecirlo.
— Bien.... Ven, vamos a dormir dijo agarrandome la mano.
Fuimos a su habitación, Niko me dio una de sus camisas para dormir y me la puse, ya que no tenía pijamas en su departamento. Mientras que él estaba en el baño, yo me fui directo a la cama, me sentía muy cansado, agotado, y sentía que mis ojos empezaban a cerrarse por el cansancio acumulado. Senti como se hunde el colchón cuando Niko se acuesta a mi lado, apaga las luces de la lámpara que había en su mesa de noche. Me sentía protegido por mi gran y mejor amigo.

— Te quiero pequeño – dijo besando mi cabeza.
— También te quiero Niko –dije.
— Descansa – dijo.
— Hasta mañana, descansa – dije.

Ambos nos quedamos dormidos luego de dar las buenas noches. Empecé a tener pesadillas con Mauricio ahorcándome en un sitio desolado, era un edificio inmenso y abandonado, parecía como si en cualquier momento se fuera aparecer algún fantasma, no veía a nadie que me pudiera ayudar, estaba solo a punto de morir en los manos de Mauricio. Me desperté asustado por el sueño que acababa de tener, me puse mi mano en mi pecho para tratar de calmarme y hacer que mi agitado corazón se calmara también.

— Tranquilo Joaquín, estás seguro aquí, mañana será un nuevo día – dije tratando de calmarme a mí mismo.
Trate de volver a quedarme dormido, pero me fue imposible. Era difícil cerrar los ojos y no recordar lo que me había hecho Mauricio. Llevaba dos horas, casi tres tratando de dormir, pero no lo conseguí. Me levanté de la cama despacio y en silencio, para no despertar a Niko y me fui a la sala, quizás si miraba algo en la televisión podría ayudarme a dormir algo.
Al ver que en definitiva no podía dormir, me puse mi ropa, me acerqué a Niko y le dejé una nota, para que no se asustara al ver que no estaba a su lado. Tomé mis llaves y me fui en mi auto a mi departamento.

Al llegar esta vez decidí no subir con el ascensor, sino subir por las escaleras, necesitaba pensar y este era el momento.
Cuando llegué al quinto piso, abro la puerta de las escaleras y salgo al pasillo que conecta con mi departamento. Al girar veo a alguien ahí, de pie en mi puerta....

— ¿ Qué haces aquí?, me asustaste – dije colocando una mano en mi pecho.
— Lo siento, no quise asustarte – menciona Emilio.
— Está bien, solo no vuelvas a hacerlo. Es tarde, ¿qué haces afuera de mi departamento? – pregunté abriendo la puerta.

— Estoy bien, ¿quieres algo de tomar? – pregunté nervioso caminando hacia la cocina.
— Agua estaría bien, gracias –dije.
— Enseguida vuelvo – dije, no entiendo su visita, pero su presencia me pone nervioso... de repente recuerdo como me sentí entre sus brazos y que quisiera volver a estar ahí.
— Gracias – dijo apenas recibe el vaso de agua que le estaba ofreciendo.
— De nada, tú.... bueno...¿ Por qué viniste? digo... es muy tarde, podías esperar hasta mañana para visitarme – dije sentándome en el sofá.

— Mañana me voy de viaje por negocios, estaré fuera dos días – dijo.
— ¿Por qué?, digo... ¿ Por qué me lo dices ? – pregunté.
— Solo quise asegurarme que estabas bien, además.... – dijo.
— Estoy bien, pero no entiendo, ¿Qué haces aquí? – pregunté ansioso por su respuesta.

Tenemos un trato y prometí ayudarte con tu ex, además..... Quiero que nuestro trato quede por escrito en un contrato y también te traje el nuevo teléfono que dije que te daría – su respuesta me decepcionó un poco.
— Ah.... Entiendo, aún así, no era necesario que vinieras Además, no era tu obligación comprarme un teléfono nuevo, yo mismo podía comprarme uno, puedo comprar mis cosas y no te preocupes, podemos dejar por escrito nuestro trato, pero si quisiera que se coloque las condiciones que pedí, al igual que tus condiciones – dije un poco enojado.

— No hay problema, mi abogado te va a contactar contigo mañana mismo.
Cuando llegaré de mi viaje, podemos sentarnos a hablar por si quieres hacer algún cambio – dijo entregándome mi nuevo teléfono.
— Está bien – dije.

Enamorado de un idiota millonario (Emiliaco ) ❤️Where stories live. Discover now