83. ¿Dónde estás?

495 71 25
                                    




El chico empieza a enseñarnos lo que las cámaras han grabado por toda el área de neurocirugía en los ultimas tres horas, no se ve nada sospechoso hasta que vi a Joaquín entrando a su oficina completamente sano, para luego verlo saliendo inconsciente en los brazos de un hombre y una mujer caminaba tras ellos. No se veían sus rostros, evitaron mostrarse a la cámara desde que entraron a la oficina y salieron de esta llevándose a Joaquín con ellos. Mi corazón latía de una manera indescriptible. Sentía mucho miedo y preocupación por lo que le pudieran hacer a Joaquín.

— Tengo que hacer una denuncia a la policía - digo.

— Si, vamos a poner una denuncia, Mateo necesito que hagas una copia de estos videos y también de las cámaras que están afuera del hospital para dárselos a la policía - dice la doctora

— Por supuesto doctora, lo haré de inmediato - dice Mateo.

Mientras la doctora le pedía a Mateo que hiciera una copia de los videos de las cámaras de seguridad, yo llame a la policía para poner la denuncia, no podía esperar más. Quedaron en venir inmediatamente al hospital, gracias a que soy de la familia Osorio.
En cuanto llega la policía estoy dando mi declaración y después de terminar veo llegar a mi madre. Estaba en la habitación de mi abuelo, tuvieron que conectarlo a más máquinas para mantenerlo estable y yo quería estar a su lado.

—¿Qué está sucediendo aquí? - pregunta al ver a la policía en la habitación.

— Joaquín fue secuestrando - le digo.

— ¿Qué? - pregunta ella.

— Se lo levaron - dije sintiendo como me arden mis ojos - se lo llevaron - repito.

— Tranquilo hijo, él va estar bien - me dice mi madre.

— Comenzaremos la búsqueda inmediatamente señor Osorio, si tenemos noticias, se lo haremos saber - dice el oficial de policía.

— De acuerdo, gracias - dije y los vi salir de la habitación.

—¿Qué fue lo qué pasó? - pregunta mi madre.

— Lo drogaron, y se lo llevaron inconsciente. No sé quiénes eran, pero tengo mis sospechas - dije.

—¿Sospechas? - pregunta.

— Si, y si me entero que son ciertas, lo mato - dije furioso.

—Cálmate hijo - dice ella.

—Quiero que mandes un mensaje - dije más calmado.

—¿A quién?, ¿qué mensaje? - pregunta ella.

— A Ernesto. Dile que mi abuelo ha muerto - dije.

—¿Por que mentiría sobre algo como eso? - pregunta ella.

—Necesito comprobar algo - dije.

—¿Crees que tu padre esté involucrado? - pregunta abriendo sus ojos como platos

— No lo creo, estoy seguro. Si él aparece de inmediato, entonces dejaré de dudar de él, pero si se demora en venir, será sospechoso y comprobaré mi teoría - digo.

—¿Por qué dudas de tu padre? - pregunta.

— Porque se atrevió a amenazarnos, así que por eso dudo de él - dije.

—¿Estás seguro? - pregunta ella.

—¿Lo harás o no? - pregunto enojado.

— Está bien, lo haré pero verás que tu padre no tiene nada que ver - dice ella sacando su teléfono de su bolso.

Veo como le envía el mensaje y me lo enseña. Espero no estar en lo cierto, solo sospecho de él y su amante Fernanda, pero si resultan ciertas mis sospechas los voy a destruir. No llega una respuesta de parte de Ernesto y cada vez estoy más que seguro que ellos son los culpables. Ya han pasado casi cinco horas desde el secuestro de Joaquín y yo no sabía nada, estaba en el pasillo esperando a Roy. Él me había llamado diciendo que tenía información.

— Ya llegué - dice agitado.

—¿Por qué tardaste tanto? - pregunto enojado.

— Vine lo más rápido que pude - dice.

— Ve al grano - le digo.

— Tuve que sobornar a un oficial de la policía para que me enseñara la copia de los videos de las cámaras de seguridad que le dieron para que rastreara la placa del auto con el cual lo secuestraron.

— ¿Y? - pregunto.
— La placa es falsa, pero lograron encontrar el auto en un edificio abandonado - dice Roy.

— ¿En dónde queda? - pregunto.

— En el antiguo teatro - dice.

— Muy bien, gracias debo ir ahí de inmediato - dije.

— Espera, creo que Ernesto y Fernanda tienen que ver en todo esto. Recuerda la noche del hotel, cuando los escuché decir que querían matar a Joaquín y así obtener la herencia - dice.

— Lo sé, yo también creo que ellos son los culpables. Pero si me entero que de verdad son los responsables, no tendré piedad - dije enojado. Necesito que te quedes aquí, que me cubras, vigila el tiempo de llegada de Ernesto, si llega solo o acompañado de Fernanda, trata de sacarle toda la información que puedas, necesito una pista, algo que me permita mandarlo a la cárcel - dije.

— Está bien, aquí me quedo, ve con cuidado - dice.

— Gracias amigo, por favor no dejes solo a mi abuelo - digo.

—No, no lo haré, ve tranquilo - me dice.

Voy de camino a la dirección que Roy me ha dado, al llegar estaciono el auto en lugar donde no se vea. Coloco mi celular en silencio para que no se den cuenta de mi presencia por si sonaba. Enciendo la linterna de mi celular y recorro el sitio, no veía nada. Ya era de noche y no se veía nada con claridad. Recorro todo el lugar y no hay nada, estaba vacío.

¡Maldición! ¿Dónde estás Joaquín?

Regreso al hospital, para ver que ha sucedido en mi ausencia. Estoy pendiente de mi teléfono por si llaman para pedir alguna recompensa. Vi a Ernesto en el pasillo, ya que frente a la habitación de mi abuelo estaban dos hombres Roy había contratado dos hombres para que no dejaran entrar a nadie que no sea mi madre, él o yo.

—¿Dónde está? - pregunto agarrando a Ernesto del cuello de su camisa.

— No sé de qué me hablas - dice.

—Si descubro que tienes algo que ver con el secuestro de Joaquín, eres hombre muerto - digo y lo tiro al piso.

—¿Qué diablos te pasa? - pregunta levantándose.

— Sé que tienes algo que ver con el secuestro de Joaquín y te juro que si estoy en lo cierto, tú y tu maldita amante estarán jodidos - digo - entro en la habitación de mi abuelo para ver si estaba bien y a él lo dejo afuera.

Van a ser ya seis horas desde que Joaquín no aparece y yo no sé nada, mis nervios y preocupación no dejan de crecer.

— ¿Dónde estás? - murmuró.

—¿Encontraste alguna pista? - pregunta Roy cuando me ve entrar.

— No, ninguna - dije sentándome al lado de mi abuelo, que seguía inconsciente.

— Ya aparecerá, ya lo verás - dice Roy tratando de darme ánimos.


Si Emilio supiera que en el celular de Joaquín tiene las evidencias para refundir a Ernesto en la cárcel. . . Pero pronto lo sabrá.

Gracias por leer mi historia.

Enamorado de un idiota millonario (Emiliaco ) ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora