26. No necesitas ponerte a la defensiva.

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La cena transcurre en total silencio, es realmente incomoda esta situación. Ninguno dice nada, cada uno se enfoca en el plato de comida que tiene en frente, aunque puedo notar que Emilio no deja de ver a mi amigo Nikolas.
Muchas cosas pasa por mi mente, como por ejemplo, ¿ por qué Emilio ha tenido esa actitud, o por qué no creyó desde el principio que Niko y yo somos solo amigos, o que es lo qué pasa por su mente en este momento?,No lo entiendo. . . . Una y otra hipótesis pasaba por mi mente pero al final les descartaba a todas.
Seguimos sin decir una sola palabra, hasta que escuchamos un teléfono sonar y me di cuenta que era el de Nikolas.


— Lo siento pequeño, debo contestar – me dice sonriéndome como disculpa.
— Descuida, contesta quizás sea importante – dije al ver el brillo en sus ojos, algo me dice que es Eduardo el que está llamando.
— Ahora vuelvo disculpen – dice levantándose.
Vi como mi amigo se estaba alejando de la mesa, dejándome a solas con Emilio.
Empezaba a ponerme completamente nervioso, traté concentrarme de nuevo en mi comida, pero su comentario me interrumpió y me dejó confundido por completo.

— Con que plan de amigos – dice viéndome como si quisiera matarme.
— Iba a ser plan de amigos pero Lucy no apareció, además. . . . ¡alto ahí! me dije en mi mente. ¿ Por que le estoy dando explicaciónes ?
— ¿ Además? – dice pidiendo que continúe.
— Olvídalo – dije.
— Espero que el contrato siga en pie – dice con una mirada y un tono extremadamente frío, lo cual hace que sienta una corriente eléctrica por toda mi columna.
— Por supuesto – dije viéndolo a los ojos.

— Bien, haré que te lleven el nuevo contrato con las debidas correcciones mañana. Te invito a cenar mañana por la noche para hablar sobre el contrato, espero que mañana no tenga de nuevo plan de amigos y me dejes plantado – dice esto último de forma sarcástica – odio cuando hacen eso, y veo que habla demasiado serio.
— Usted es. . . . Sabe que olvídelo, pero siento decirle señor Marcos que tengo turno en el hospital mañana hasta la medianoche así que no podemos vernos mañana. Puede enviarme el contrato con su abogado, y hablaremos otro día de eso – dije tratando de evitar verme con él de nuevo mañana, gracias a lo incómodo que fue esta noche.
— Esperaré – dice dejando su servilleta a un lado.
— ¿Qué? – pregunto sin entender.

— Esperaré a que termine su turno pasaré por ti a la medianoche al hospital, o podemos hablar en su oficina al finalizar su turno, a menos que quieras hablarlo en un lugar más privado, como mas te guste, no habra problemas para mi. Hasta mañana señor Bondoni – dice colocándose de pie y empezando a alejarse dejándome estupefacto.
— ¿Qué demonios le pasa? – dije para mí mismo.
Unos minutos después veo a Niko acercarse a la mesa con una gran sonrisa. De seguro algo bueno paso con esa llamada me alegra mucho ver a mi amigo tan feliz.



—¿ Dónde está el chico sexy?– pregunta muy sonriente sentándose en la mesa.
—¿El chico sexy? – pregunto alzando una ceja.
— Si – dice bebiendo un poco de su copa de vino.
— Ya se fue – dije bebiendo también un poco de vino.
—¿Aún cree que soy tu novio, o ya nos cree que solo somos amigos? – pregunta divertido.
— Eres un idiota, ¿lo sabías?– dije poniéndome de pie.
— Aún así, me amas querido – dice siéntate vamos a pagar para irnos.
Esperábamos que el mesero nos traiga la cuenta para pagar lo que hemos consumido esta noche y nos llevamos la gran sorpresa de que  Emilio ya había pagado todo. No debió hacerlo, pero como había dicho que era el dueño, supongo que por eso lo hizo, o quien sabe la verdadera razón, pero este hombre me va a volver loco.


— Pequeño, ¿quieres que te lleve a tu departamento? – dice Niko abriéndome la puerta del auto.
—¿ Vas a salir? – pregunto sin entrar al auto.
— Sube, ya te contaré – hago caso a lo que me dice y entro al auto, el rodea el auto con tranquilidad y los segundos me parecieron una eternidad.
— ¿Y bien? – dije apenas se sienta en asiento del piloto.
— Saldré con Eduardo, pasaremos una noche de juegos – dice encendiendo el auto
—¿Irás al club con él? – pregunto.
— No, iremos a otro lado – dice viéndome.
— Diviértete – dije
— Lo haré, ahora dime ¿a donde quieres que te lleve? – pregunta.
— Al club – dije.
— ¿Al club?– dice alzando una ceja.
— Si, me has antojado, necesito una noche de diversión también – dije con una sonrisa pícara.
— De acuerdo, te llevaré solo no olvides de llamarme por si pasa algo – dice cambiando la dirección hacia el club.
— Lo haré – dije.



Llegamos en la entrada del club, me despido de Niko con un beso en la mejilla y le aseguro por tercera vez que lo voy a llamar por si pasa algo. Me bajo del auto y camino hacia la entrada, saludo al guardia del lugar y ingreso al club. Voy hasta la barra y pido un ron con coca cola. Me siento en uno de los taburetes que había ahí y observo el lugar tranquilamente.

— ¿Puedo sentarme? – dice un extraño señalando el taburete que había a mi lado.
— Claro – dije sin importancia
—¿Cómo te llamas? – pregunta sin dejar de ver mis piernas.
— ¿Acaso importa? – dije a la defensiva.
— No necesitas ponerte a la defensiva, escucha seré sincero contigo. Llamaste mucho mi atención y quiero pasar un buen rato contigo – dice viéndome de pies a cabeza, debo admitir que el sujeto es guapo, pero no tanto como Emilio. . .
Maldición. . . .


— Me parece bien, no estás mal, – dije ahora siendo yo el que lo miraba de pies a cabeza.
— Bien, ¿Quieres que alguien más nos acompañe o vamos a ser solo nosotros?
— Como sea – dije levantándome, ¿ vienes o no?– dije alzando ambas cejas.
— Claro – dijo terminando su bebida.

Enamorado de un idiota millonario (Emiliaco ) ❤️Where stories live. Discover now