52. Deseo todo de él.

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   "Pequeño". . .

Esa maldita palabra no deja de rondar por mi mente, quería matar a ese hombre por coquetear con Joaquín frente a mí, aunque me insistía que no es su novio, no les creo.

Al terminar de comer, le dejo muy claro a Joaquín que no quiero que me deje plantando en la cena de mañana por otra noche de amigos. Si lo hace juro que le daré unos buenos azotes para que entienda y jamás olvidé que nadie deja plantado a Emilio Osorio Marcos y menos desobedecer mis órdenes.

La excusa que puse para poder verlo mañana es que quiero que hablemos del contrato. Tendré que decirle a Roy que agilice las cosas o de lo contrario tendré problemas si llego a la cena sin el contrato listo. Cuando decido que ya es suficiente, me levanto y le digo que mañana esperaré a que su turno en el trabajo termine para pasar por él, y después me voy sin decir nada más. Camino rápido para alejarme, para no golpear en la cara al sujeto que estaba con él
Subo al ascensor y presiono el botón que lleva a la suite presidencial. Entro y cierro la puerta de un portazo.

— ¿Qué tienes contra la puerta? - escucho a Roy saliendo de la cocina.

— Nada - dije quitándome la corbata.

— ¿Entonces por que la cierras como si te hubiera hecho algo? - pregunta señalando la maldita puerta.

— Déjame en paz - digo acercándome al mini bar.

— Está bien, no te molestaré - dice.

— Bien - digo.

— Dame un trago, tenemos que hablar - dice.

— Tú dirás - le digo entregándole su bebida.

— Mi informante me ha dicho que Fernanda está pasando por una crisis económica, al parecer ha intentado muchas cosas por robarle la herencia que le fue otorgada a Cristina. Han teñido varias confrontaciones y ha sido expulsada de la familia Pérez cuando intentó atropellar a su propia hermana. Fernanda es una mujer con mucha ambición y avaricia, también. . . - dice y se detiene para observar mi reacción - también descubrimos que aún sigue siendo la amante de tu padre. No se han dejado de ver, creo que ellos podrían estar tramando algo en tu contra, tenemos que tener mucho cuidado - lo que Roy me decía me ha sorprendido.

Nunca creí que Fernanda tuviera el valor para hacer algo como lastimar a su propia hermana por el dinero, lo que no me sorprendió era que siguiera siendo la amante de Ernesto y creyendo que tiene el apoyo de Ernesto, hiciera todo lo que ha hecho.

—¿Qué pasa con Joaquín? - digo - la verdad me interesaba saber más de él, que de Fernanda.

— Fue adoptado cuando tenía trece años de edad, tiene una buena relación con sus padres adoptivos - dice.

—¿Adoptado? - pregunto alzando las cejas.

— Si, al parecer tuvo una vida de mierda. Su madre biológica era una prostituta y drogadicta. Su padre un proxeneta, alcohólico y drogadicto. Alguien dio aviso a los autoridades y a Joaquín lo llevaron a una casa hogar cuando tenía once años, dos años después fue adoptado por los Bondoni, fueron ellos quienes le han dado todo el amor, lo han tratado como su verdadero hijo. Tuvo muy buenas calificaciones durante la escuela y se destacó más en la universidad. Tuvo trabajos de medio tiempo supongo que era para ser más independiente, no lo sé - dice alzando sus hombros.

— ¿Eso es todo? - pregunto.

— Si, lo siento hermano, no pude encontrar nada más. Solo puedo decirte que, a pesar de tener unos padres de mierda, encontró una familia que de verdad lo aman y que es excelente en su trabajo. Tiene varios menciones de honor como uno de los mejores neurocirujanos de este país. Ahora entiendo porque Samuel no quiso aceptar la cita con el neurocirujano que te recomendé - dice suspirando al terminar de hablar.

— Hiciste un buen trabajo hermano, gracias - dije - ahora necesito otro favor - agrego.

—¿Qué favor? - pregunta bebiendo un sorbo de su bebida.

— Necesito que te apresures con el contrato, quedé en verme con Joaquín mañana para cenar, hablamos sobre el contrato - dije.

— Creí que ya había firmado el contrato que le había entregado - dice confundido.

— Joaquín no está de acuerdo con el tiempo que esta estipulado ahí, acordamos dejarlo en seis meses. Además. . . - dije pensando en poner una cláusula que me permitiera tenerlo por más tiempo.

— ¿Además. . . ? - pregunta esperando que continúe.

— Además necesito que pongas en el contrato una cláusula donde se exprese que debe ser mi prometido. . . una donde no sea tan especifico - digo sonriendo.

— No entiendo - dice.

— Quiero que pongas una cláusula donde diga que, si mi abuelo pone alguna condición para que yo pueda heredar toda su fortuna, Joaquín deberá ayudarme sin protesta alguna - dije.

— Entiendo, quieres que no se entere de que ya existe una condición para eso y que esa es ser tu esposo - me dice.

— Exacto - afirmó.

— Eres un maldito - dice para luego reírse a carcajadas.

— Deja de reírte y ponte a trabajar, para eso te pago - dije arrojándole una almohada a su rostro.

— Oye, no seas infantil - dice esquivando la almohada.

— Tú eres el infantil - dije.

— Tú fuiste quien me ha arrojado una almohada a la cara - dice riéndose.

— Cállate y ahora vete, tienes trabajo que hacer - le digo.

— Bien, bien. . . Me iré, te daré mañana el nuevo contrato - dice.

— De acuerdo, lo quiero a primera hora - dije.

— Bien, adiós - dice saliendo de la suite.

Me quedé sentado observando el vaso, estoy seguro que él considerará una trampa esa cláusula, pero no me importa. Haré lo que sea para tenerlo a mi lado.

— Pronto serás mío - digo en voz alta.

Cierro los ojos y se me viene a la mente su rostro, sus hermosos ojos, sus labios tentadores. . .  Cómo me gustaría escucharlo reír, ver su sonrisa, ver cómo se sonroja, ver lo tierno que es cuando se enoja, deseo todo de él. . . Lo deseo pronto. . .

Enamorado de un idiota millonario (Emiliaco ) ❤️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora