ғᴏʀᴄᴇ ᴅᴇsᴛɪɴʏ

Capitulo 37: El beso

Rey irrumpió por el pasillo, no particularmente preocupada por a dónde iba, tanto como de lo que huía. Ella se había sentado en su habitación durante demasiado tiempo, el frasco que él le había confiado en la mano, debatiendo si continuaría ocultándolo, destruyendo su contenido o llevándoselo a Leia. En su patética debilidad, lo había ocultado de nuevo. Ella estaba guardando secretos de la Resistencia, tal como lo había hecho con Luke.

Y eso resultó genial, ¿no?

Todavía tenía media mente para volver a su habitación, agarrar el frasco y entregárselo. Ella podía lavarse las manos de Kylo y su maldad. Porque estaba quedando claro que, por la razón que fuera, ella no podía matarlo ella misma. Casi podía sentir que la Fuerza mantenía su mano mientras levantaba su arma contra él. Él complicó aún más sus interacciones al negarse a luchar contra ella. ¿Qué se suponía que debía hacer con un enemigo que se negaba a comportarse como un enemigo?

Sin embargo, ni él era un aliado, ni ninguna otra etiqueta ingenua que ella se encontraría considerando en momentos de debilidad. Ella agonizaba por su conexión, pero dudaba de que él siquiera pensara en ella cuando estaban separados. Afirmó que todo, desde una masacre hasta la firma de su propia orden de muerte, era necesario, pero ella no aceptó tontamente sus excusas. Ella creía que la verdad era mucho más egoísta. Kylo le había demostrado que solo le importaba una cosa: el poder. Y, como su enemigo, tenía todas las razones para mentirle. Esas cosas que le dijo en momentos vulnerables, todas eran parte de sus planes para seducirla a la oscuridad. Ella había sentido que él entraba en su mente, tratando de controlarla antes de que la voz de la Fuerza le advirtiera.

« Y casi funcionó. ¿Qué estaba pensando?» Había una pequeña voz dentro de ella, rogándole que viera la verdad, pero Rey sabía la verdad. « ¡Es un asesino! »

Era simple. Rey no daría la vuelta al frasco, porque causaría más problemas entre ella y la Resistencia. Ella enfocaría su energía en terminar el vínculo y detener a Kylo Ren y la Primera Orden. Era lo que debería haber hecho desde el principio, pero en cambio, se había distanciado de sus amigos. Ella los había mantenido a distancia, solo permitiéndoles conocerla superficialmente. Rey siempre había querido una familia, pero permitir que la gente viera a la verdadera ella era más aterrador de lo que había imaginado. ¿Y si la abandonaran? Finn era su roca, la persona más cercana que había tenido a su familia, sin embargo, solo conocía al Rey que ella mostraba al resto de la galaxia. Conocían a la luchadora de carácter fuerte e ingeniosa que derrotó a Kylo Ren, la mujer obstinada pero también perdonadora y esperanzadora.

Sin embargo, había otra mujer debajo. Estaba sola, insegura y rápida de templar. No confiaba en nadie, y tenía tanto miedo de que sus amigos la dejaran si podían ver dentro de su mente. En el fondo, todavía anhelaba el amor de su familia. Ella seguía siendo la misma niña de Jakku. Ella lo sabía. Debido al conocimiento que el vínculo le brindaba, Kylo nunca la había dejado olvidar, nunca le había permitido ser el frente que presentaba a todos los demás. Y cuando él no la condenó por ello, sino que actuó como él entendió, Rey se encontró confiando en que él la conocería en un nivel más profundo de lo que nadie la había conocido antes. La única persona con la que descubrió que podía ser ella misma, ser verdaderamente ella misma, era su enemiga. Solo terminaría terriblemente. Ella estaba esperando a un hombre que nunca volvería a la luz.