ғᴏʀᴄᴇ ᴅᴇsᴛɪɴʏ

Capitulo 48: Conocimiento

Rey se sentó en la base de un árbol antiguo y dañado, uno de los textos Jedi de Luke se abrió en su regazo. Ella había estado emocionada con su nueva habilidad, adquirida a través de su compañero de vínculo no tan intolerable. Pero cuanto más leía, más temía que el dogma Jedi no fuera para ella. Fue tan decepcionante como Luke había sido como maestro. De alguna manera, no pudo reconciliar la diferencia entre la realidad que experimentó y las leyendas fantásticas que había escuchado. ¿Cómo había sido ese anciano cínico el Maestro Jedi en el que ella había creído? ¿Cómo podría una Orden inmersa en el lado de la luz de la Fuerza ser tan rígida y radical acerca de sus creencias?

Suspiró frustrada.

Sus ojos se cerraron mientras se perdía en el calor del sol en su rostro. Imaginó que estaba de vuelta en Jakku, el sol mucho más duro, pero una presencia reconfortante de todos modos. No habría amigos a los que decepcionar, ni guerra que basara su esperanza en su "regalo", ni enemigo con el que compartir una conexión confusa. Todos seguirían ahí fuera, por supuesto, pero ella no sería parte de eso. Ella estaría sola, pero ¿eso había cambiado realmente ?

Sus ojos parpadearon al sonido de un chillido lejano, rompiendo su ensoñación, y parte de ella esperaba ver una extensión interminable de arena. Un dolor seco se apretó en su garganta cuando sus ojos se posaron en una extensión interminable de árboles. Ella todavía estaba en Barkhesh, una decepción para todos, y confundida como siempre. Volvió a cerrar los ojos.

Ella debería haber mentido a Finn y Rose, encontrar cualquier excusa razonable para atraerlos de la selva tropical y esas criaturas. Fue un error mostrarles su cuerpo. No se habían molestado en desafiar lo que ella había estado haciendo en el bosque, observándolos. Pero sí le preguntaron cómo había matado a la bestia, sola, sin un arma. Era una pregunta que no estaba dispuesta a responder. Había mentido con suficiente confianza, pero notó que la sombra pasaba sobre la cara de Finn y la desconfianza en sus ojos. Sabía que un palo grande no había creado ese agujero a través de la pantera. ¿Había reconocido Finn los patrones de quemaduras? ¿O fue la falta de sangre alrededor de la herida lo que la delató?

Finn se había distanciado inmediatamente de ella. A pesar de que ella los había abrazado y expresado su felicidad por su compromiso mutuo –lo cual era cierto, a pesar de su propio anhelo egoísta– sus ojos la miraban fijamente. Sus pensamientos estaban en otro lugar. Ella había sido muy consciente de lo que él estaba contemplando. Tenía sus sospechas; él sabía que ella no había estado sola en el bosque. Y ella sabía que habían llegado a un callejón sin salida cuando él le pidió a Rose que se reuniera con él en el templo. Su conversación se reprodujo una y otra vez en su mente.

—Necesito hablar contigo—, le había dicho. Faltaba la amabilidad, el brillo en sus ojos. Ella estaba aterrorizada, convencida de que él la obligaría a contarle sobre Kylo. Tal vez debería haberlo hecho.

—Escucha, Rey, sé que te prometí que no le contaría a nadie sobre tu vínculo, porque necesitabas tiempo. Pero Poe vino a mí. Todavía no tiene pruebas, pero lo sabe. Pensó que escuchó la voz de un hombre en tu habitación. No se lo dije, pero es solo cuestión de tiempo antes de que se dé cuenta de lo que está sucediendo. Has cambiado, Rey, y ya no sé qué creer. Creo que estás perdiendo el control sobre lo que sea que esto sea. Necesitas terminar con esto. Ahora. Tienes tres días para matarlo. Si no lo haces, me veré obligado a decirle a Poe todo lo que sé. No puedo mentir por ti. Esto pone a toda la Resistencia... todos los que me importan, incluyéndote a ti, en riesgo. Si crees que no puedes hacerlo, di la palabra, y lo haré por ti.