ғᴏʀᴄᴇ ᴅᴇsᴛɪɴʏ

Capítulo 193: Sueños

Rey sabía que estaba dormida. Ella estaba de pie junto al lago, su lago, esperándolo como lo hacía todas las noches en sus sueños. Todas las noches excepto la última semana, por supuesto; Esas noches se habían pasado sin sueños en una bruma borracha. Era la primera noche que estaba sobria de nuevo, y parte de ella realmente creía y esperaba que él estuviera allí. Él le había dicho una vez que el lago era donde ella siempre podía encontrarlo. Pero como había sido todas las noches desde que se despertaron, él no estaba allí. Aunque esta noche, mientras estaba sentada mirando el agua y pensando en él, había algo diferente. Podía escuchar música.

Rey se volvió de la brillante quietud del lago, mirando hacia arriba en la oscuridad para ver un hermoso edificio cristalino iluminado con luces de colores. Sus pies la llevaron hacia el edificio antes de considerar si debía o no hacerlo. Algo la estaba atrayendo allí.

A medida que se acercaba y la música se hacía más fuerte, Rey comenzó a escuchar una gran cantidad de voces. Fue una fiesta de algún tipo. Rey nunca había estado en una fiesta antes. Una hermosa escalera de cristal conducía a la entrada. Casi podía escuchar a alguien llamándola por su nombre. Cuando levantó el pie para dar el primer paso, notó que llevaba un vestido.

Era verde oscuro, brillando en las luces. El material le recordó algo que habría usado en Jakku, suave y delicado, aunque el material fue tirado directamente hacia arriba en un cabestro en lugar de envuelto en un entrecruzamiento en su pecho. Sin embargo, se entrecruzó sobre su abdomen. El material agarró su cintura con fuerza y luego fluyó libremente a sus pies en suaves pliegues. Un tren verde brillante y translúcido fluyó de su espalda. La brisa se levantó, y zarcillos sueltos de cabello le hacían cosquillas en las mejillas, la falda y el tren bailaban a su alrededor mientras subía cada escalón. Rey extendió la mano para asegurar su cabello, pero se mantuvo en su lugar. Pasó sus dedos sobre las trenzas retorcidas y se dio cuenta de que estaban formadas con una trenza elaborada en la coronilla de su cabeza y tres bollos trenzados en la espalda.

Levantando su vestido, subió corriendo los últimos escalones. Se sentía como si estuviera flotando mientras sus pies la acercaban a... ¿Qué? ¿Qué la había traído allí? ¿Qué encontraría más allá de las puertas altas y arqueadas que la separaban de la fiesta? Antes de que pudiera perder los nervios, las puertas se abrieron y entró.

Cuando entró en la gran habitación abovedada, el mundo casi parecía agudizarse a su alrededor. Las caras de los invitados estaban cubiertas de intrincadas máscaras de mascaradas que coincidían con los colores de la boda de verdes, blancos y grises. Bailaron en el centro de la sala con una banda en vivo de varias especies alienígenas. Linternas flotantes se balanceaban en el aire sobre ellos, proyectando a los bailarines en tonos vibrantes. Los asistentes que no estaban en la pista de baile se pararon alrededor de fuentes y buffets de comida que podrían haberla alimentado durante todo un año. Consideró pasar el resto de su sueño allí, pero vio a un niño vestido de negro, lanzándose entre los invitados. Sus rizos oscuros rebotaban mientras entraba y salía de la vista. Algo familiar sobre el niño hizo que su aliento se detuviera.

«¿Ben?»

—¡Rey!

Se volvió para encontrar a Rose con un hermoso vestido blanco que se oscureció en un verde profundo debajo de sus rodillas. Una delicada cadena de cristales envolvió su cintura. La parte superior fue diseñada de manera similar al vestido de Rey, aunque el vestido de Rose tenía un hermoso encaje transparente que corría a lo largo de sus brazos. Su cabello estaba arreglado en suaves rizos alrededor de sus hombros. El lado izquierdo estaba trenzado libremente detrás de su oreja, fijado en su lugar por una brillante flor de encaje verde. Su máscara de mascarada blanca contenía el mismo encaje verde que la flor y cristales de la hebra alrededor de su cintura. Su sonrisa iluminó la habitación, brillaba positivamente. Rose agarró su medallón de media luna alrededor de su cuello, asegurándose de que la memoria de su hermana fuera parte de su día especial.