ғᴏʀᴄᴇ ᴅᴇsᴛɪɴʏ

Capítulo 122: Finn's Choice

Finn había observado en silencio desesperado, con la mano agarrada fuertemente a Rose, mientras Kylo cerraba los ojos y presionaba sus manos contra la herida en el abdomen de Rey. No pasó nada. Parecía interminable, cuánto tiempo permaneció en esa posición, debilitado pero centrado.

Todo lo que Finn escuchó fue la respiración lenta y superficial de Kylo, ya que se había vuelto cada vez más laboriosa. El ex Líder Supremo se balanceaba ocasionalmente, como si estuviera perdiendo el conocimiento, pero luego se enderezó nuevamente. Finn sintió una pesadez en el aire a su alrededor, pero nada sugería que el esfuerzo del hombre fuera exitoso. Al final, su cuerpo se sacudió violentamente, y Rose casi intervino para poner fin a la tortura, pero Finn la detuvo. No había luces místicas o auras brillantes que indicaran que cualquier cosa que hiciera podría salvarla, pero la esperanza era todo lo que tenían. Si Kylo estaba dispuesto a perder su vida en un intento de salvar la de ella, Finn se lo dejaría.

Cuando Kylo mostró signos de sucumbir a su debilidad, Finn temió que Kylo hubiera fallado, pero luego el calor reemplazó el espantoso tono pálido de su piel. Pink volvió a sus labios reposados. La reconfortante niebla de su aliento se hinchó débilmente en el aire helado. Cuando la vida volvió a su rostro, la condición de Kylo empeoró, pero se mantuvo firme en su promesa hasta que estuvo demasiado débil para continuar.

Sus últimos momentos fueron una lucha violenta para darle todo lo que tenía. Rose se negó a mirar. Incluso fue difícil para Finn; fue casi un alivio cuando Kylo jadeó y finalmente se derrumbó hacia atrás en la nieve. Chewbacca dejó escapar un grito aterrador. Finn corrió al lado de Rey, revisando sus heridas. Le levantó la chaqueta, pero la única señal de las heridas bajo la sangre que empapaba su camisa eran tres cicatrices rosadas levantadas.

Rose miró con los ojos muy abiertos.

― ¡Todas se han ido!

―Se está congelando. Tenemos que recuperarla del Halcón Milenario―, dijo Finn, sacando suavemente a Rey de donde yacía junto a Kylo, y volviendo a las cuerdas que habían asegurado. No fue hasta que salió del túnel que se dio cuenta de que Rose y Chewbacca no lo estaban siguiendo.

―Rose, vamos, vámonos―, exigió frenéticamente. Rey estaba viva, no la perdería ahora.

Cuando se volvió para explicarle eso a su prometida, encontró su rostro retorcido por la tristeza.

―¡No podemos dejarlo aquí, Finn!

Chewbacca le gruñó. No hablaba el idioma que hablaba un wookiee, pero su tono sonaba como si estuviera de acuerdo.

―Está muerto. Lo escuchaste; Estaba planeando renunciar a su vida para salvar la de ella. Si no está muerto, lo estará pronto. ¿Qué quieres que haga, acabar con su miseria?

Rose lo miró con una mirada de decepción que le dolía en el pecho.

―¿Quién eres? Porque no eres el Finn que conozco. El Finn que conozco encontraría una manera de sacarnos a todos de este agujero gigante, especialmente al hombre que acaba de salvar la vida de su mejor amiga―, dijo Rose entre lágrimas.

Se arrodilló al lado de Kylo y comprobó si tenía pulso.

―Todavía está vivo, apenas, lo que significa que tiene una oportunidad.

Con delicadeza, ella despejó el cabello de Kylo de su frente y Finn odiaba que ella no le hiciera esto fácil. Si dejaba atrás a ese hombre, no tendría que enfrentar la verdad sobre él.

―Ella lo ama, Finn. ¿No les debemos a ambos darle la oportunidad de vivir esto?

Finn caminó con impaciencia, luego le entregó cuidadosamente a Rey a Chewbacca. Se arrodilló al lado de Rose.

―Rose, sigue siendo el enemigo―, insistió―. ¿Recuerdas esa cosa que no te dije? Recibí órdenes directas de Poe de asesinarlo. Piensa en la resistencia, Rose. ¿Qué habría hecho tu hermana? Creo que ella te diría que el destino de la Resistencia vale más que la vida de un hombre. Él nos está haciendo un favor a todos al ir por este camino. Si lo llevamos de vuelta con nosotros, ya sabes lo que le harán. No puede volver a la Primera Orden, también intentaron matarlo. Es mejor así; Tuvo la oportunidad de salvar su vida antes de morir, por lo que al menos será recordado por algo bueno. Tú y yo sabemos que no tenemos los suministros para salvarlo y nadie en la galaxia nos ayudará a salvar al ex Líder Supremo. Si quieres que termine con su sufrimiento por él, solo ve a esperar por Chewbacca; Yo me encargaré de eso.

Rose negó con la cabeza en desafío, pero después de un momento, pareció aceptar la resolución de Finn. Acarició suavemente la mejilla de Kylo, susurró algo que no era para los oídos de Finn, luego caminó hacia Chewbacca sin mirar atrás.

Había una pesadez en el aire alrededor de Finn, algo cargado y sofocante. Miró nerviosamente los cristales. ¿Qué era este lugar

Finn se paró sobre su viejo enemigo y estabilizó el bláster. La sangre de la herida de Kylo ya cubría la mitad de su rostro. Aun así, apenas reconoció al hombre como el monstruo que casi lo había matado en Starkiller. Parecía pacífico.

― ¿Qué ve ella en ti...? ―, Susurró. Tragó saliva, tratando de ganar el coraje para apretar el gatillo. Escuchó a Rose sollozando y a Chewbacca gimiendo detrás de él. Ambos habían querido a este hombre muerto antes. Había visto al wookiee tratar de matarlo en Starkiller; ¿Qué había cambiado?

Se preparó, el arma colocada justo encima de la sien izquierda de Kylo ... pero no podía evitar pensar en cómo se vería la cara de Rey cuando le contara lo que había hecho. Rejustó su agarre del arma y se lamió los labios. Él podría hacer esto ... Tenía que hacer esto ... para la Resistencia

―Perdóname―, susurró, aunque no sabía si estaba pidiendo perdón a Rey o Kylo, y volvió la cara para no tener que ver el daño que haría el rayo bláster.

―Rey ...―, dijo Kylo en el susurro más débil, en la exhalación más suave, pero estaba seguro de haberlo escuchado. Kylo estaba tratando desesperadamente de aguantar. Finn cerró los ojos.

La imagen de Kylo y Rey en su cama esa noche consumió sus pensamientos. Parte de él lo había esperado después de que ella reveló que había ido al Finalizador para salvarlo. Debido a la acalorada fisicalidad de su relación y la capacidad de Kylo para manipularla, imaginó que el peor escenario era un momento lamentable de pasión. Nunca había anticipado el romance. Lo recordaba claramente: estaban envueltos en un tierno abrazo, Kylo era inusualmente gentil y ella confiaba inesperadamente. Parecían impostores de su verdadero yo. Sus ojos estaban fijos en una mirada vulnerable y reverente. Puede que no haya querido admitirlo entonces, pero ahora era inconfundible: estaban enamorados. Esa comprensión lo dejó como el portador de un terrible secreto; Rey amaba a Kylo, y él la amaba a cambio. La muerte inminente de Kylo impediría trágicamente que su mejor amiga supiera la verdad, porque no era el secreto de Finn para contarlo.

Tal vez por eso no pudo apretar el gatillo esa noche en su habitación. Tampoco podía hacerlo en un momento de inevitabilidad, de pie en el fondo de una caverna congelada mientras su bláster flotaba sobre la sien del moribundo. Suspiró en aceptación. Cuando abrió los ojos, su elección ya no importaba. Kylo se había ido.