ғᴏʀᴄᴇ ᴅᴇsᴛɪɴʏ

Capítulo 166: Force Destiny

Ben sabía que su tiempo era extremadamente limitado. No sabía el gasto de energía que requería, pero podía sentir que se desvanecía. Probablemente no ayudó que tuviera que agotar más energía para cargar a Rey, pero no le importó; se estaban acercando a Force Destiny. Las puertas de explosión aseguradas permanecieron abiertas, y los puestos de la guardia fueron abandonados, como resultado de que el barco entró en procedimientos de emergencia debido a su inminente falla.

Esa fue otra razón por la que el tiempo era limitado. Las sirenas sonaban a su alrededor, el humo abrazaba el techo mientras bailaba por el pasillo. El Finalizador estaba deshabilitado e indefenso. Si la Resistencia desencadenara una fusión en el reactor con un golpe lo suficientemente preciso, todo desaparecería. Ben no se preocuparía por eso. O salvaría a Rey, o moriría en el intento. No había otra opción.

Ben había esperado que terminara en Force Destiny, una posibilidad remota con todo lo que tenía que superar, pero una esperanza al fin y al cabo, pero nunca había imaginado que sería su vida la que estaría compitiendo para salvar. No sabía antes cómo llegaría allí, pero no pudo detener el pensamiento abrumador que lo había atormentado desde que había tomado los dados de su padre del Halcón Milenario. La máquina de Force Destiny necesitaba un cuerpo o un objeto imbuido de alma. Si hubiera algún objeto imbuido del alma de su padre, aparte del propio Halcón Milenario, serían esos dados.

Había parecido tan simple. Una vez que hubiera completado su misión, habría llevado los dados a esa máquina. Había estado seguro de que si hubiera tenido la oportunidad, podría haber salvado a su padre. Han había regresado por él; No quería nada más que intercambiar su vida para que su padre pudiera vivir. Le causó un profundo dolor en el pecho que ya no era una opción.

Pero tenía que salvar a Rey.

Ni siquiera había sido una pregunta: cambiar su vida por la de ella. Ya lo había hecho en las cuevas. Él la amaba más que a nada; Él habría muerto feliz sabiendo que ella estaba a salvo. La Fuerza le había dado la oportunidad de hacer algo más que salvarla, y él había hecho todo lo posible para asegurar la caída de la Primera Orden. Ahora que la galaxia estaba a salvo, intercambiaría sus destinos y estaría en paz. Si ese fue su último acto antes de encontrarse con su destino, entonces no podría pensar en una mejor manera de morir.

Ben había leído lo suficiente sobre Force Destiny para saber cómo funcionaba. El problema era que no podía usar la máquina como se había previsto sin ayuda. Para salvarla, su fuerza vital ya tendría que estar en ese líquido. Pero si ataba a Rey a la máquina y la encendía, entonces podía sentarse en esa piscina y empujar su fuerza vital fuera de su cuerpo y en el líquido. Con su comprensión limitada de la máquina, debería funcionar. Tenía que funcionar.

Ben dejaba su sable de luz en la mano, para poder escapar cuando se despertara. Tal vez una parte de ella lo escucharía cuando él le dijera que la amaba. Probablemente fue mejor de esta manera, Ben nunca fue muy hábil para las despedidas. Sabía que le dolería ver lo que había hecho, pero esperaba que ella corriera y encontrara a sus amigos y estuviera a salvo. Él quería que ella viviera. Eso era todo lo que importaba.

Había una inquietud que sentía al caminar por el pasillo que conducía a esa puerta. Lo había sentido cuando vino en busca de Rey. Lo sintió ahora. Había una incertidumbre de si tendría éxito, sí, pero había algo más. Era la advertencia en la Fuerza, tal vez, o el rastro apenas visible de sangre que cruzaba el suelo negro. Había anticipado desafíos para ejecutar la máquina con sus propios límites físicos.

Lo que Ben no había anticipado era que el Force Destiny ya estaría en uso.

Al cruzar la puerta de la última habitación en Desarrollo de armas, Ben se encontró con su adversario pelirrojo, todavía vivo. Había dejado al hombre jadeando sus últimos alientos en el Puente de Comando; ¿Cómo había llegado a Force Destiny? Las únicas otras personas que habían estado dentro de esa habitación eran los caballeros, y todos estaban ocupados luchando contra él.