ғᴏʀᴄᴇ ᴅᴇsᴛɪɴʏ

Capítulo 69: Último deseo

Rey sabía que lo había evitado lo suficiente. Conteniendo la respiración, siguió a C-3P0 a la sala del templo. La mujer estaba enfocada en una caja en su regazo. Rey observó al droide salir de la habitación y se aclaró la garganta.

—Leia, necesito hablar contigo. Se trata de Ben.

—Entra—, respondió débilmente el general.

Leia se había estado debilitando constantemente, pero la Fuerza solo se sentía más fuerte alrededor de la mujer cada vez que Rey la veía. Aunque era una luchadora, se había hecho evidente que Leia estaba luchando contra la inevitabilidad. Estaba pálida, su respiración era irregular y estaba demasiado débil para ponerse de pie. Leia era la representación física de la fuerza en cada definición de la palabra. Ver su cuerpo fallarle era un tipo único de tortura, porque era completamente extraño en la mujer que conocía. Rey había visto la muerte, era la mayor especialidad de Jakku, pero no así. El desierto reclamaba a los débiles o temerarios.

Nunca había visto sufrir a alguien, a alguien a quien había llegado a amar, especialmente a alguien que fuera el más fuerte de todos. Ella había aceptado la muerte como un proceso natural de la vida en Jakku, pero, desde que se fue, era una píldora más formidable de tragar. Ver su fuerza vital desvanecerse lentamente fue un dolor diferente, pero igualmente atormentador, de soportar como la pérdida de Han Solo. Aunque era aún más atormentador que las personas a las que había llegado a amar y respetar, durante tan poco tiempo como las había conocido, no pudieran reconciliarse con las personas que había presenciado en los recuerdos de Kylo. Rey sabía que Kylo era un tema doloroso para Leia, así como un riesgo para su asociación con la Resistencia, pero no podía soportar la idea de ocultar su conexión con él por más tiempo.

Por primera vez, sintió el toque de decepción mientras estaba de pie frente a su madre. Era la misma decepción que había sentido con Luke, no por su propio bien, sino por su compañero de esclavitud. Ella imaginó en quién podría haberse convertido Kylo si sus padres no le hubieran fallado. Era fácil culparlos; tener a alguien a quien señalar con el dedo y lamentar su influencia en su caída. Era más fácil que admitir que, en última instancia, fue la elección de Kylo caer, y la elección de Kylo permanecer lealmente comprometido con el lado oscuro.

Se recordó a sí misma que no había estado allí; solo había visto los recuerdos más traumáticos, a través de la perspectiva de Kylo. Así como la verdad de lo que sucedió la noche en que Kylo quemó el templo de Lucas dependía de la perspectiva, también podía hacerlo la verdad de los eventos que comprendieron su infancia. No sabía la razón por la que Leia o Han tomaron las decisiones que tomaron, aunque era difícil para ella comprender cómo algo podría haber sido más importante que salvar a un niño con dificultades de la pesadilla que Kylo había enfrentado.

Tal vez fueron sus sentimientos de abandono lo que albergaba hacia sus propios padres, tal vez fueron las emociones que había sentido en los recuerdos de Kylo con las que había empatizado demasiado bien. Rey amaba a Han y Leia; Habían sido más como padres para ella que sus propios padres. Más como padres para mí que para Ben, pensó, antes de darse cuenta de que el sentimiento era injusto para ellos. Ella sabía que lo amaban; Llegaron demasiado tarde para mostrarlo de la manera que necesitaba. Respiró profundamente para limpiar las emociones resentidas que desencadenaban la oscuridad. Aunque Leia le había fallado a su hijo cuando más la necesitaba, Rey esperaba tener la sabiduría para ayudarlo a regresar a casa antes de que fuera demasiado tarde.