ғᴏʀᴄᴇ ᴅᴇsᴛɪɴʏ

Capítulo 160: Halcón Milenario

Rey se despertó con un dolor de cabeza punzante. Estaba mareada y no podía recordar cómo había perdido el conocimiento. Escuchó la voz de Finn y se dio cuenta de que la estaba cargando.

—¡Bájenlos!—, gritaba. Cuando se dio cuenta de que estaba despierta, la dejó a favor de usar su bláster.

—¿Qué pasó?—, Preguntó atontada. Solo agarró la mano de Rey y la arrastró tras él. Fue solo cuando su mente se aclaró que entendió cuán grave se había vuelto su situación. El destructor había estallado en la anarquía. Los soldados de asalto se estaban rebelando. Los oficiales habían tomado posición en los pisos superiores, apuntando a los soldados de asalto de abajo, independientemente de si se habían unido a la rebelión. Los soldados caían a su alrededor a un ritmo alarmante mientras los oficiales hacían un uso mortal de su posición elevada. No había dónde esconderse. Pensó por un momento que los oficiales sofocarían la rebelión antes de que todos pudieran escapar. Pero su mejor amiga continuó gritando órdenes, continuó inspirando esperanza, y los demás se unieron a él como un verdadero líder. Los disparos indiscriminados desde arriba solo sirvieron para alentar a más soldados a unir fuerzas contra la Orden.

Ya sea que la rebelión estuviera funcionando o no, ya no era un "orden".

La escena a su alrededor era un pandemonio. Blasterfire los rodeó, golpeando las baldosas alrededor de sus pies. Finn gritó cuando uno le rozó el brazo, pero inmediatamente lo levantó de nuevo para continuar disparando. Los gritos llenaron el aire, la sangre manchó los pisos. Su lesión inspiró a Rey a usar la Fuerza al máximo para sus habilidades en su estado debilitado, creando un escudo tan grande como pudo para protegerlos de los pernos bláster. Tropezaron con los moribundos y muertos. Rose se detuvo para ayudar a tirar de cualquiera que fuera capaz de ponerse de pie. Blue estaba pegado al costado de Finn, proyectando un holomapa de la nave en el suelo frente a ellos para guiar el camino.

El disparo bláster que había estado lloviendo desde arriba, vibrando contra su escudo de la Fuerza de repente se alivió. Rey levantó la vista mientras Finn la arrastraba en su estado de mareo. Pequeños objetos negros comenzaron a caer desde los niveles superiores. No fue hasta que salieron a la superficie con un golpe sordo que Rey se dio cuenta de que eran los oficiales. Los soldados los estaban abrumando tanto en número como en estrategia. Los habían encontrado, y los estaban derrocando de la manera más literal. Los soldados fueron entrenados para ser armas de guerra, y ahora se habían vuelto contra las personas que los habían controlado.

Rey volvió su enfoque desde arriba, hacia el camino ante ellos. Se organizó una línea de oficiales, droides y armas mortales para crear una barrera entre la rebelión y el Hangar Principal. Por orden de Finn, un grupo de soldados de asalto se adelantó, superando fácilmente en número a los oficiales y droides que se pusieron de pie para detenerlos. Muchos de los soldados cayeron, pero simplemente había demasiados para que los oficiales los contuvieran. Los soldados no tenían nada que perder y eso era imposible de derrotar.

Algunos oficiales mantuvieron la línea. La mayoría huyó. Cuando un ejército estaba dirigido por el miedo, no tenían ninguna razón para morir por la causa. Cuando entraron en el hangar, los soldados se separaron para escapar sobre los combatientes y los transbordadores. Cuando Finn la tiró hacia la izquierda, Rey se dio cuenta de que el Halcón Milenario estaba frente a ellos. Algo dentro de ella gritó que no abordara ese barco. Fue solo entonces que trató de reconstruir cómo había llegado allí, y recordó los eventos en el puente. Una vez que llegaron a la rampa de embarque, Rey comenzó a defenderse. Finn se detuvo y trató de razonar con ella mientras Rose abordaba con Blue.

—¡Déjalo ir! ¡Me disparaste!—, gritó.

—Rey ... Lo logramos. Toda la flota está desactivada. Enviamos un mensaje a la Resistencia y dejamos a Mitaka en el puente. Lo logramos. El ataque está en marcha. ¡Ahora es el momento de salir de aquí!—, Razonó con ella, sus manos agarrando cada uno de sus hombros con fuerza para evitar que escapara.