Esta historia no es mía pertenece a la escritora de Fanfic EdenWoodsParker.
Inmediatamente después de los eventos de los últimos Jedí, la batalla por la galaxia continua entre la Primera Orden y la Resistencia.
A medida de que el nuevo líder supremo...
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Rose encontró a Finn justo donde le dijo que estaría. Se retorcía las manos y caminaba. Sabía que sus pensamientos estaban en Rey, pero no pudo evitar admirar lo guapo que se veía a la luz de la luna. Era convencionalmente atractivo: una sonrisa que iluminaba la habitación, un cabello perfecto que anhelaba tocar y un cuerpo fuerte que haría que cualquier mujer se desmayara. Su mente traicionera incluso lo había encontrado corriendo con un uniforme de la Primera Orden, no es que ella le dijera eso.
Sus ojos gentiles reflejaban las estrellas, e incluso si sus pensamientos estaban en otra parte, ella se sentía como la única mujer en la galaxia cuando él la miraba fijamente. Se lamió los labios en anticipación de los detalles que ella le proporcionaría, pero ella solo podía pensar en cuánto deseaba besar esos suaves labios nuevamente. Ella había pensado que se estaba muriendo, pensó que nunca tendría otra oportunidad de mostrarle lo equivocada que había estado con él. Ella había esperado que la preocupación en sus ojos hubiera significado que él también había sentido algo. Pero se había despertado sola, y aunque le habían dicho que Finn la había visitado, probablemente fue más por culpa que por otra cosa.
Desde que se despertó, Finn había estado manteniendo su distancia. Cuando se reunieron, estaba claro que sus sentimientos eran muy unilaterales. Envidiaba el problema que tenía Rey. Los Jedi claramente amaban al hijo separado de Leia. Y a juzgar por su reacción al beso de Rey con su comandante, él también la amaba. Los usuarios de la Fuerza siempre parecían más en sintonía con sus emociones, y aunque ella no quería que Rey sufriera, fue útil saber que incluso aquellos que eran uno con la Fuerza no tenían todas las respuestas con amor.
Rey era... un poco áspera debido a su educación; era reservada, solitaria y siempre perdida en sus pensamientos. Rose se había preguntado si había más detrás de la mirada distante del último Jedi; tal vez era este "Ben", tal vez su corazón estaba llamando a alguien a través de las estrellas. Rey tenía que hacer un examen de conciencia. Estaba tan concentrada en lo que no quería, a lo que temía, que se negaba a ver la verdad de sus deseos. Una vez que Rey se entendió mejor a sí misma y lo que quería de él, Rose tenía la esperanza de que la angustia con el joven Solo se resolvería.
Por lo que Rose pudo determinar, por la información limitada que pudo arrastrar de Rey, se amaban, pero él se negó a reparar su relación con su madre, por lo que no volvió a la Resistencia con Rey, que ella tomó personalmente. Sus problemas se centraron en el distanciamiento, y sus peleas, y el mal trato mutuo, surgieron de eso. Si arreglaran el distanciamiento, entonces el resto vendría con tiempo y paciencia.
El amor era difícil y complicado, especialmente cuando era nuevo y extraño. Cometieron errores, pero Rose era una firme creyente en el perdón. No importa lo que sucediera, otro miembro de esa legendaria familia podría ayudar a la Resistencia. Tal vez Rey podría eventualmente ayudar a reparar la relación entre madre e hijo. Luego se uniría a la Resistencia, y Rey tendría tiempo para ir despacio y aprender a comunicarse adecuadamente con él. Rose solo deseaba que pudiera ser así de simple para ella.
