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-¡Hola, Lydia! Pareces muy... dispuesta a ignorarme -le dijo cuando la chica pasó por su lado sin inmutarse.

Era el primer dia de instituto, y todo apuntaba a que Scott y Stiles iban a seguir siendo los mismos pringados empollones de siempre. "Empollón de rebote", eso decía ser Stiles.

Siempre le echaba la culpa a Scott de que fueran los "pringados", pero la verdad era que se habían acostumbrado tanto el uno al otro que no hacían nada por conocer a más gente. Bueno, quizás Scott pudiera, pero él sentía terror a la hora de relacionarse con las personas. Si tenía que hablar con alguien, su ironía y sarcasmo hacían el resto, dando a entender que no estaba dispuesto a dejar entrar a nadie a su vida.

Por eso mismo llevaba enamorado de Lydia desde tercero, por no saber dejar a un lado su careta de bromista y sincerarse con la muchacha.

Bueno, por eso y porque no era capitán de Lacrosse.

Entraron en clase y enseguida vieron que los profesores no se andaban con chiquitas. No pensaban perder tiempo y enseguida comenzaron a dar materia.

Minutos después, irrumpió en el aula una chica nueva. Se llamaba Allison, y Stiles notó como Scott no le quitaba ojo.

-Hey... -le susurró Stiles a su mejor amigo-. ¿Te recojo la baba?

-¿Qué estás hablando Stiles? Será mejor que recojas tu dignidad una vez más, creo que Lydia te la ha vuelto a pisar -gruñó por lo bajo mirándole de forma significativa para que cerrara el pico.

-...Vale, está bien. Uno a uno -respondió, rascándose la nuca.

La tal Allison se sentó junto a Scott y le pidió prestado un lápiz. Stiles los miró de reojo.

"Dos a uno" pensó para sí mismo.

Acabaron la clase y tocaba lacrosse. Habían oído que el antiguo entrenador había dejado el cargo y en su lugar se encontraba otro más joven. No sabían quién sería, pero para Stiles bastaba con que no fuera tan gritón. Y, a poder ser, que lo sacara del banquillo de una vez.

Derek Hale no era una persona con la que se pudiera tratar fácilmente. Era adusto con gente desconocida y no le gustaban los adolescentes, aunque él acabara de dejar esa etapa. A pesar de su odio irracional, necesitaba mezclarse con la gente, aprender de ellos y poder decidir quién merecía el don que él poseía.

Él necesitaba una manada, y algunos de los adolescentes que allí había iban a ser parte de ella.

Porque sí, Derek Hale era un hombre lobo, era un Alfa y como tal necesitaba aprendices que siguieran sus pasos de líder.

De repente, un aroma dulzón entremezclado con algo que no sabía ubicar le llegó a sus fosas nasales. La charla que le daba el director quedó en un segundo plano, e intentó averiguar de quién era ese olor.

En el vestuario no paraban de entrar odiosos adolescentes hablando a gritos, por lo que empezaron a entremezclarse los olores de unos y de otros, pero aquel seguía llamándole la atención.

Los chicos llegaron a vestuarios y empezaron a cambiarse de ropa. Stiles se sorprendió a sí mismo observando a sus compañeros desnudándose y percatándose de que Danny tenía un trasero curiosamente atractivo.

Desde hacía tiempo había notado que sus intereses sexuales iban más allá de las chicas. Quizás había pasado gran parte de su adolescencia colado por Lydia (y seguía estándolo), y por eso jamás se había planteado mirar a otras personas. Pero aquel verano, cuando se había permitido el lujo de no obsesionarse tanto con ella, se había dado cuenta de lo mucho que le gustaba perder minutos observando torsos y bíceps en la piscina municipal. Eso le hacía replantearse su sexualidad en más de una ocasión, pero no le había comentado nada a Scott. Después de todo, su meta seguía siendo conseguir decirle dos palabras a Lydia y que ella le devolviera otras cuantas.

Abyss [m-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora