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Maratón (1/2)

Se fue al aparcamiento con un peso en el estómago y condujo a su casa. Se sentó en la mesa de la cocina y esperó que llegara el chico, intentando apartar los malos pensamientos y el dolor de la transformación.

Stiles había notado que Derek seguía resentido, y eso le dolía aunque comprendía su molestia. Había sido el primer bache en la relación, la primera prueba, y él había desconfiado al momento.

Regresó a su taquilla para dejar algunas cosas y vio a Jackson acercarse hacia donde él estaba. Metió la cabeza con disimulo dentro de la taquilla para que no le viera y pasara de largo.

El capitán de lacrosse puso los ojos en blanco y le dio con la puerta en la cabeza, haciendo gemir de dolor al otro.

-Que sepas que de momento voy a callarme con lo de Derek y tú, pero no estoy dispuesto a renunciar a ser hombre lobo, así que si no veo mejoría pienso joderos la vida -gruñó el rubio con una mueca.

Stiles lo miró, quejándose del golpe y frotándose con la mano.

-Darme taquillazos no me va a joder la vida

-Pero si hacerte romper con tu querido entrenador alfa. -Sonrió con crueldad-. Ya he tanteado el terreno y sé el daño que puedo hacer.

-Te equivocas -dijo con seguridad-. Antes me has pillado con la guardia baja, pero no volveré a desconfiar de él.

-Qué bonito, pero quizás a la próxima no seas tú el que desconfíe, sino que sea él el que lo haga -repuso alzando ambas cejas con chulería.

-¿Cómo puedes ser tan infantil? -Cerró la taquilla-. Mi novio nunca se creerá nada que le cuentes. Y ahora, si me disculpas, me está esperando en su casa.

-La semilla de los celos y la desconfianza ya está plantada Stilinski, en poco tiempo podré recoger los frutos -comentó saliendo por la puerta y dirigiéndose a su Porsche.

Stiles salió después y montó en su Jeep, oyendo repetidas veces la frase de Jackson. Tenía que hablar con Derek. Llamó al timbre al llegar, ya que no tenía copia de las llaves.

Llevaba un rato en la misma posición sin moverse. Tenía la mente en blanco porque la verdad es que si empezaba a darle vueltas se enfadaría, y realmente no quería enfadarse con Stiles.

No quería hacerlo pero le había parecido cruel que el chico quisiera interrogarle sobre Wen en lugar de ayudarle.

Con esos pensamientos sonó el timbre, lo que le sacó de su ensimismamiento. Se levantó y le abrió la puerta al chico, dejándole pasar.

-Si quieres comer algo te puedo hacer un sándwich, no me apetecía cocinar...

Su ánimo no parecía pedir un beso. Stiles entró y le miró desde el centro del salón.

-Jackson me ha dicho que hará que desconfíes de mí.

-Es un encanto de chico. Se gana a pulso que le arranque la garganta de un mordisco.

Estaba intentando ignorar el sexto sentido lobuno que le indicaba que Stiles estaba totalmente apenado, pero Derek estaba dolido. Por más que le había repetido sus sentimientos y le había dicho que las mujeres -¡ni los hombres!- no le atraían, que sólo lo podía ver a él, Stiles había preferido hacer tambalear todo por ese hijo de puta. Cerró los ojos con cansancio y se tiró encima del sofá, quitándose los zapatos con los propios pies.

-Yo... voy a hacer deberes -dijo Stiles, viendo lo poco receptivo que estaba Derek, y subió al piso de arriba.

Suspiró hondamente con profunda tristeza, pero el agotamiento por haber sufrido la transformación aquella mañana le hizo dormirse.

Abyss [m-preg]Where stories live. Discover now