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-Hola señor Hoechlinski -saludó Stiles bajándole un refresco al sótano. Derek estaba reparando las paredes, ya que de los disparos de los cazadores habían hecho bastante daño a la pared en lugar de dañar a Tyler. Cuando el moreno escuchó a Stiles llamarlo así sonrió, dándose la vuelta.

-¿Te ha gustado el cambio de apellido?

-Bueno, es diferente. Creía que iba a ser Hoechlin pero tú has insistido en añadirle mi toque.

-Me queda bien tu apellido, además, ya me cambié el nombre una vez, no quería que tú también perdieras tu esencia Stilinski.

-Un detalle -murmuró dejando el vaso a un lado-, me hubiera gustado ser Hale.

-A mí también me gustaría volver a ser Hale. Quizás cuando nos jubilemos podremos volver atrás.

-No quiero volver atrás -bromeó Stiles-, demasiadas emociones para toda una vida.

Tyler sonrió, dejando las tablas y el martillo a un lado, y acarició la barriga de Stiles, que sobresalía ya notablemente. Escondió la cara en el cuello del castaño, que suspiró, pasándole los brazos por el cuello mientras disfrutaba de las caricias en su vientre.

-No es humano -susurró Tyler con los ojos cerrados, notando a la criatura que estaba allí dentro.

-Lo sé, pero me pregunto si será como tú, mitad lobo, mitad humano.

-Eso espero, si no tendremos un perro muy grande.

-Y muy bonito, y seguirá siendo nuestro hijo.

-Carmen se volverá loca si le explicamos todo eso -comentó Derek separándose de su cuello y besándolo.

-Algún día tendremos que decírselo, ¿sabes? No es normal que cuando yo tenga lo que hay aquí dentro de repente aparezca un perro.

-Buen punto, no había pensado en eso.

Stiles sonrió por las caricias de su recién estrenado marido -llevaban celebrando la noche de bodas varios días, y parecía que nunca tenían bastante-, y se mordió el labio inferior cuando las manos de Derek viajaron de su barriga a su espalda, por dentro de su camiseta.

Los besos que al principio eran inocentes, pronto cobraron algo de intensidad, haciendo que el castaño soltara una risita, provocando que Tyler lo mirara con una ceja enarcada.

-Siempre nos encendemos con un par de besos -dijo Stiles recorriendo la mandíbula del otro con el pulgar.

-Nunca he oído quejas al respecto.

-No las tengo, quizás las tuviera si no me contentaras como necesito.

Tyler rio con ganas, tirando del otro y llevándolo al colchón del sótano que aún estaba allí desde aquella noche.

-¿En serio lo quieres hacer en el sótano? -preguntó Stiles.

-Es el único sitio de la casa donde no te he follado.

-Buen punto. -Se echó en la cama y disfrutó del beso que le dio Tyler cuando se tumbó encima-. Estoy deseando que haya menos gente y volver a follar en la cocina.

-Repetiremos el tour, eso seguro -repuso Derek antes de concentrarse en el cuerpo del castaño, que perdió el hilo de los pensamientos cuando la mano de su marido abarcó su erección, que iba despertando poco a poco. Jadeó al sentirla dentro de su ropa interior, masturbándola y logrando que estuviera totalmente lista para la estimulación.

No fallaba nunca, se encendían en segundos, y una muestra de ello eran los mordiscos en el cuello de Tyler, repasando la marca que una vez le hizo hace muchos años y que pese a que era levemente tenue, no había desaparecido con el paso del tiempo.

Abyss [m-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora