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-¿Te lo estás pasando bien? -preguntó Scott mirando a su compañero de lacrosse.

-¿Bromeas? ¡Nunca había jugado a nada igual!

Habían decidido ir a una sala de juegos donde el sótano era una sala para jugar a las pistolas láser. Lydia había llamado a dos amigas suyas que resultaron ser insufribles, y al final ellas se fueron a ver tiendas y habían quedado ellos dos con Allison y Jackson.

Habían hecho dos equipos, y los dos chicos estaban agazapados en las sombras para tenderles una emboscada a los otros dos.

-Stiles se marea con tantas luces, así que no hemos podido venir nunca.

-Por eso me necesitabas, ¿eh? No sabías con quién venir y acosaste a un compañero en la ducha -dijo Isaac riendo. Scott lo imitó.

-Qué puedo decir, me has calado totalmente.

De repente las luces se fueron. Se notó por las pocas lámparas de neón que había repartidas por la sala y por las pistolas, que ya no se iluminaban.

-Qué raro -comentó el hispano ceñudo. Se puso de pie y llamó a los otros dos. No obtuvo respuesta.

-A lo mejor estaban cerca de la salida y han ido a ver.

De repente Scott escuchó unas suaves pisadas. No eran de persona, era más de animal cuadrúpedo. Al beta se le erizaron todos los pelos y fue junto al rubio, que casi le da un infarto al no esperárselo allí.

-Isaac, ahora necesito que entiendas que lo que vas a ver o escuchar es algo que te explicaré luego, ¿vale? Mientras tanto no flipes.

-¿Q...qué?

Escucharon un gruñido mucho más cercano y Scott rugió por toda respuesta. Aún no controlaba del todo el transformarse pero aquel momento era de vida o muerte, así que lo hizo y sus ojos vieron todo más nítidamente. Dio una vuelta sobre sí mismo y vio la salida de emergencia. Fue a ella pero un gruñido más fuerte lo hizo ponerse a la defensiva.

Y entonces lo vio. El lobo gris se acercaba a él con los dientes fuera. Se quedó paralizado unos instantes hasta que agarró con fuerza a Isaac y corrió hacia la salida. De un golpe estruendoso dieron con unas escaleras que iban hacia la calle.

Notaba la mirada del rubio en su rostro transformado, pero lo empujó y él subió las escaleras. Scott atrancó la puerta de la sala y corrió junto al otro mientras volvía a su estado normal. Le sorprendió cambiar tan fácilmente.

-¿Tienes coche? -preguntó Scott intentando recuperar el resuello.

-Sí, está ahí mismo.

-Vale, tenemos que ir rápidamente a casa del entrenador, de Derek Hale.

***

Stiles corría por el prado. Todo el paisaje lo conformaban colinas verdes y amapolas. Derek iba a s lado, dándole la mano, y ambos brincaban de un lado a otro a cámara lenta mientras sonaba Let It Go en el ambiente.

Unos fuertes golpes en el piso de abajo le hicieron despertar de golpe. No estaba en el prado. Estaba en la cama de Derek, que también se había incorporado.

-¡SCOTT! -exclamó.

Con sólo oler sabía que se trataba de él y que estaba asustado, por lo que sólo podía significar una cosa.

Saltó de la cama y se puso rápidamente los calzoncillos para bajar corriendo con su novio y abrirle la puerta.

En cuanto abrió la puerta, dos cuerpos se lanzaron al interior del apartamento, dejando caer a Stiles al suelo. Eran Isaac con cara de asombro y Scott blanco de miedo.

Abyss [m-preg]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora