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Sentía un cosquilleo por todo el cuerpo. El dolor del mordisco había desaparecido, pero el cambio que más notaba era que podía sentir todo lo que le rodeaba. El sonido era como si lo pudiera tocar, y una extraña fuerza intentaba tirar de él hacia un lugar desconocido, pero luchó contra ella y la ignoró para seguir procesando lo que sus sentidos captaban.

Tres diferentes esencias se enredaban en su nariz, sintiéndolas cerca y muy familiares, le traían recuerdos que aún ni siquiera tenía. Cogió aire con fuerza y abrió los ojos, contemplando el techo del salón de Derek. Pero aquello no fue como siempre, ahora podía captar todos y cada uno de los detalles que había en éste.

Vio a los otros tres y los miró como si fuera la primera vez que los observara. Sentía una sensación de hogar que lo aturdió unos segundos. Sonrió levemente y Stiles se le acercó con una sonrisa. Había algo raro en él, una clase de poder que lo empujaba a seguirlo hiciera lo que hiciese.

-Creo que tú también eres el alfa de la manada, Stiles -comentó el rubio frunciendo el ceño-. Tengo la sensación con ambos, es confuso.

-Wow -murmuró Derek arqueando ambas cejas-. Los recién convertidos sois más sensibles a captar eso, y al ser tan reciente se notará aún más...

-¿No tendrá esto que ver con que estéis juntos? -preguntó Scott con curiosidad.

-No sé, no he visto nunca nada parecido, y te recuerdo que yo nací siendo hombre lobo, no me hicieron como a vosotros. No sé nada de un "co-alfa" ni nada que se le parezca.

-Esto es una pasada -murmuró Isaac con una sonrisa-. Puedo oír todo, oler todo y ver cosas que antes no podía ver, me encanta.

La felicidad de Isaac era contagiosa, y pronto ambos betas y el menor de los alfa estaban probando qué tal andaba de reflejos. Al ser tan alto y espigado, sus movimientos eran casi gráciles, con lo que llegaba a los lanzamientos más difíciles. Mientras tanto, Derek seguía pensando lo que les podría estar pasando a Stiles y a él, aunque no podía llegar a nada en claro.

***

Al día siguiente, aprovechando que era sábado, Stiles, Scott e Isaac quedaron con Derek en la mansión quemada.

Una vez allí, comenzaron a buscar por la casa los libros que se habían salvado del incendio o no habían salido tan mal parados, por si conseguían encontrar información sobre los alfas.

Se dividieron para buscar, y Stiles subió al piso de arriba. Los escalones crujían bajo sus pies, incluso uno de ellos se resquebrajó y estuvo a punto de hacer un agujero.

Entró en una de las habitacionesy la olfateó. Era la de Derek.

Se notaba que la última vez que estuvo allí fue cuando era un chaval, ya que había fotos con amigos del instituto. Un stick de lacrosse descansaba junto al escritorio, donde tan sólo había una lámpara y un cuaderno viejo puesto de cualquier forma.

En los armarios había más fotos, una con dos chicas que intuyó que eran sus hermanas. Otra era con un chaval mayor que él de ojos azules, pero Stiles no podía apartar la mirada de Derek cuando era niño. Era realmente guapo con esos ojos verdes brillando en todas las fotos en las que aparecía.

Oyó una tosecilla a sus espaldas y cuando se dio la vuelta vio al Derek de carne y hueso mirándolo con una expresión divertida.

-¿Cotilleando mis cosas, Stiles?

-Un poco -respondió el castaño, rascándose distraídamente la nuca-. Sólo quería buscar los libros, pero he olido tu esencia aquí y me ha podido la curiosidad. -Cogió una fotografía del corcho que estaba en la pared, junto a otras que tenía colocadas con chinchetas, sumadas a otros recuerdos como entradas de conciertos y demás. Era una foto en la que Derek aparecía abrazado a una chica-. ¿Ella... era tu novia?

Abyss [m-preg]Where stories live. Discover now