Abyss [m-preg]

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En el piso de abajo los nervios estaban bastante tensos. Isaac no podía ayudar porque la mayoría de cosas tenían acónito o muérdago y no podía tocarlas.

-¡Deja de pedirle ayuda a Isaac, joder! Al final lo envenenas pero con tu idiotez -gruñó Dean por enésima vez.

-Quédate en casa, cari -le dijo Sam a su novio-. Nos encargamos Dean y yo.

-¿Cari? -resopló el rubio enarcando una ceja-. Por favor...

-Métete en tus asuntos, Dean -gruñó Isaac frunciendo el ceño.

-Y tus asuntos no creo que sean cómo le llamo cari a mi novio -dijo con sorna.

-Joder, cómo os ponéis. -Sonrió un poco para destensar el ambiente-. Isaac, entra en casa, en serio. Vamos a usar mucho acónito y muérdago y si te quedas aquí te va a afectar.

-... -El susodicho frunció los labios y sonrió ante la preocupación de Dean. A su manera pero también lo cuidaba-. Está bien. Cuando terminéis llamadme que si no me siento inútil.

-¿Quieres sentirte útil? Ve a ver cómo está Derek y prepara algo de cenar. -Su frase sonó demasiado dura, aunque en realidad no quiso ser muy brusco.

-¿Si no viene Carmen ahora yo tomo su papel? -repuso molesto por el tono del cazador.

Entró enfadado en la casa y subió a ver a Derek, que estaba enfrascado en una conversación con sus asesores. Bajó las escaleras y se metió en la cocina. Le hizo una ensalada a Sam y para Derek, Dean y él un par de pizzas del congelador.

-Dean, ¿no crees que te has pasado? -le preguntó su hermano mientras seguían montando las trampas-. Él sólo quería ayudar.

-Joder no me crucifiques, no quería sonar tan brusco -dijo ceñudo. Resopló mirando a Sam-. Ya sabes como soy joder... Se me ha visto el plumero mostrándome tan preocupado por él que luego he querido arreglarlo cagándola más.

-Claro. Es que tienes que mantener un equilibrio, ¿no? -repuso sarcástico-. Hazte un favor, y deja de fingir que no te importa. Los tres sabemos que sí.

-¿Qué vamos a ser, parejita y yo de tercera rueda? ¿Trío? ¿Irá por votaciones las decisiones importantes? No hables por mí Sam, nunca has sabido cómo pienso.

-No sé qué va a pasar. Lo único que sé es que tenemos un vínculo y nos queremos cuidar mutuamente...

-Estoy del vínculo hasta las narices. Nunca he querido cuidar a nadie que no seas tú, no va a cambiar eso. Voy a cuidar a Isaac porque es tu novio.

-Y porque le quieres.

-¡No le quiero, deja de suponer cosas!

-Y tú deja de engañarte. -Terminó de montar la última trampa y se levantó, sacudiéndose los pantalones.

Gruñó mosqueado y resopló al terminar la trampa por fin. Siguió a su hermano dentro y se encontró con la escena del lobo y su hermano besándose. Puso los ojos en blanco y subió al cuarto de Isaac.

-¡Voy a ducharme, lo que vayáis a hacer rapidito! -gritó el rubio de mal humor.

-Ya está todo listo -le dijo Sam a Isaac-. Es importante que no salgáis de casa ni abráis las ventanas de la planta baja, porque podría entrar el acónito.

-Vale -repuso Isaac dándole un beso suave y sonriéndole-. Habéis hecho un gran trabajo.

-Quiero protegerte -murmuró el castaño abrazándolo-. No te van a tocar un pelo.