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Abrió los ojos pero enseguida se arrepintió de haberlo hecho porque la luz lo cegó. El dolor de cabeza no remitía y ya iba haciendo recuento de daños. Se le había dislocado el codo y tenía una brecha en la cabeza. Miró a su lado y vio un círculo de ceniza y a Stiles dentro. El castaño intentaba por todos los medios estar tranquilo para no preocupar a Derek, pero estaba muerto de miedo.

Fue a preguntar por sus captores pero enseguida fue respondido al ver abrirse la puerta. Entró una mujer con las uñas de manos y pies en forma de garras, y un hombre ciego con su bastón.

-Dile a Ennis que sin el súper alfa no podemos hacer el ritual -comentó el ciego con expresión seria.

-¿Súper alfa? -preguntó Dean mirando a Stiles.

-Sí, el otro alfa de la manada, cazador. Queremos a la pareja de alfas y conseguir de nuevo al super alfa -dijo el hombre con una sonrisa.

-¿Stiles? ¿De qué está hablando? -gruñó débilmente cegado por el dolor del codo.

-Es una larga historia... -resopló el castaño, intentando calmarte, aunque la presencia de aquel hombre le ponía el doble de nervioso-. ¿Usted quién es?

-Soy Deucalion, y cuando os matemos a tu novio y a ti, seré el nuevo súper alfa -comentó con una sonrisa ladina. Dean luchó con el escalofrío que le recorrió la espalda-. Sabemos cómo es Derek, y va a hacer todo lo posible por presentarse aquí... Ha sido una locura venir a Quebec a reunirte con tu lobito, Stiles...

-¿No tienes otra aspiración en la vida que la de tener los ojos rojos? -le vaciló Dean-. Penoso por tu parte.

-No me das miedo, cazador -dijo con frialdad-. Mis ojos no sólo son rojos, sino que son los más rojos que hayas podido ver en tu vida. -Se quitó las gafas y Dean intentó retroceder, pero sólo había pared. Los ojos de aquel hombre lobo eran blanquecinos, pero su iris era rojo oscuro-. A ratos soy ciego, ¿sabes? -Su voz se hizo más grave, provocando el escalofrío en Stiles y Dean. Deucalion se acercó a Dean-. Ahora mismo te puedo ver, porque mi poder como alfa es inconmensurable.

Se tapó los ojos con ambas manos, incapaz de seguir mirándolo por mucho tiempo. No se dio cuenta de que temblaba hasta que se tocó la cara. Aquel hombre lobo rio, poniéndose las gafas.

-Tu mayor miedo sé que es convertirte en un monstruo de los que cazas, sería bastante irónico que nuestra forma de torturarte sea haciéndote el mayor regalo que alguien podría recibir, ¿no? La mordedura.

-¡No! ¡Dejadle en paz! -le gritó Stiles-. Él no tiene nada que ver con esto.

-Él intentará estropear nuestros planes, porque a eso es a lo que se dedica, pero si sabe que podríamos domarlo... sería aún mejor que un chucho con correa.

-No te tengo miedo -repuso Dean con voz inusualmente firme a pesar del dolor de su codo. Temblaba de pura rabia, y no iba a amilanarse por aquellas amenazas.

Stiles temblaba más que él. No sabía qué hacer, además de que ni siquiera podía moverse. Si Derek acudía allí correría peligro, pero al mismo tiempo se moría por verle aparecer en el lugar. Se sentía muy indefenso y lo necesitaba cerca.

La sonrisa de Deucalion le estremeció completamente. Se iba acercando y él no tenía escapatoria, y menos tan herido como estaba. El hombre lobo se transformó ante sus ojos y soltó una palabrota: era completamente grotesco, no se parecía en nada a los que había visto con anterioridad.

El lobo lo cogió del cuello y lo alzó, haciendo que su desesperación creciera exponencialmente, y no dejaba de agitarse notando que se iba quedando sin aire. Deucalion levantó su camiseta y se relamió burlón.

Abyss [m-preg]Where stories live. Discover now