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Capítulo (2/2) del MARATÓN

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Sam e Isaac terminaron de ver una peli. Habían estado juntos todo el día, saliendo a comer a un restaurante cercano y pasando horas juntos en la habitación, aunque no habían avanzado más en la relación sexual. Sam no se sentía preparado para dar ese paso. Además, no sabía si se pondrían de acuerdo a la hora de decidir quién llevaría el "control".

El castaño, que tenía un brazo alrededor del rubio mientras salían los títulos de crédito, lo besó en la sien y se acomodó en el sofá donde se encontraban.

-Ha estado bien. Las pelis de intriga siempre me han gustado.

-Porque tu vida prácticamente es una peli de intriga todo el rato, ¿verdad? -rio dedicándole una sonrisa deslumbrante.

Se acomodó con la cabeza en el cuello del castaño, dejando que su aroma lo envolviera y le hiciera estar como en casa. Aquello le relajaba, era algo bastante familiar aunque no lo sabía ubicar.

-¿Sabes que hueles genial? Como lobo me quedo con los olores de la gente, y verdaderamente el tuyo está a otro nivel. Espero que me pueda llevar una camiseta tuya a Quebec, si no te molesta.

-Eso suena muy creepy, pero si así lo quieres te la daré. -Le acarició el hombro-. Yo no tengo el olfato tan desarrollado como tú, pero me gusta también el olor del suavizante que usas. Tu casa huele así y es bastante agradable.

-Es muy creepy, pero los lobos somos así -dijo riéndose-. Si nos obsesionamos con un olor lo queremos tener siempre en mente. Para que no te sientas tan violado te daré yo una, aunque no te la vayas a poner porque no te cabe esa pedazo espalda que tienes, mamón.

-La guardaré en mi maleta de viaje -comentó dándole un pequeño beso-. Mañana te vas, ¿no? ¿A qué hora? Tengo que escaquearme de Dean para despedirme.

-Pues justo después de comer -repuso con tristeza-. Stiles nos lleva al aeropuerto... Ojalá puedas despedirte antes de que me vaya -murmuró girando un poco el rostro y besando el cuello de Sam-. Por lo menos aunque sea antes de comer cinco minutos, me da lo mismo.

-¿Os importa si voy con vosotros al aeropuerto? -le preguntó-. Me gustaría exprimir todos los minutos que faltan antes de que te vayas.

Sonrió contra su cuello y lo miró con un brillo de alegría en los ojos. Se incorporó un poco y le dio un beso en las comisuras.

-¿En serio quieres venir? Joder yo encantado de que vengas, pero me va a dar una pena horrible. Soy un sensiblón en realidad.

-Yo también. Dean se burla de mí por ello, pero me da igual. -Se levantó, apagando la tele y extrayendo el DVD del reproductor-. Tengo que irme ya. Por suerte mi hermano se está viendo con Wen y no me hace demasiadas preguntas, pero es mejor no tardar mucho en regresar.

-Vale -dijo haciendo un mohín y levantándose para acompañarlo a la puerta-. Ven mañana a la hora que quieras, estaré acabando de hacer la maleta, así puedo meter la camiseta que me des -repuso sonriendo apoyándose en el marco de la puerta principal. Le hizo un gesto al castaño y lo vio irse calle abajo.

***

Al día siguiente, Sam despertó temprano. Cogió una de sus camisetas y salió a hurtadillas para ir a casa de Isaac.

Le ayudó a preparar la maleta y pasaron el resto del tiempo entre besos, bromas, sexo oral y echando partidas a la consola, la cual el chico no quiso recoger hasta última hora. Stiles hizo sonar la bocina del jeep cuando llegó la hora de irse. Con él ya estaba Derek. Sam salió detrás de Isaac, llevándole la maleta.

Abyss [m-preg]Where stories live. Discover now