Abyss [m-preg]

-45-

Llegó el jueves de la semana en la que Tyler iba a visitar de nuevo la ciudad. Las obras habían avanzado para entonces, y la nueva zona de exposición estaba casi lista. Stiles había estado hasta arriba de trabajos y se le había pasado el tiempo volando, pero las ganas de ver a Derek flotaban en el ambiente.

Le mandó un mensaje de buenos días y corrió a prepararse para las clases. Tendría que comer rápido, porque tenía que ir a AppRise para ayudar a recoger algunas cosas antes de que llegara el señor Hoechlin al día siguiente. Estaba más hiperactivo que de costumbre, el hecho de ver a su chico después de dos semanas lo tenía a la que saltaba.

Llegó a la tienda un poco mosqueado, ya que no había tenido noticias de Derek en toda la mañana, y al llegar a su trabajo vio al dueño hecho un manojo de nervios. Le contó que estaban revisando la obra y las instalaciones, así que no le dio mayor importancia y empezó a trabajar.

Al cabo de unos minutos le abofeteó un olor conocido, y al levantar la vista vio a Derek -bueno, a Tyler- saliendo de la zona de obras con gesto adusto, el cual cambió nada más ver a Stiles, que se había quedado sin habla. Jamás superaría que aquel dios en la tierra fuera suyo.

-Me alegro de verle, Stilinski -dijo con voz ronca, tendiéndole la mano. El castaño se la estrechó y tuvo que contenerse para no lanzarse encima. Luego Tyler bajó la voz para que sólo lo oyera él-. Espero que estés preparado porque no vas a separarte de mi entrepierna -murmuró con una mirada lasciva.

Stiles sonrió ampliamente y asintió ante aquella provocación. No se iba a alejar mucho de él, y menos por haberle dado la sorpresa y haber ido antes a Beacon Hills.

Fue casi imposible trabajar con Tyler allí. Su olor lo distraía continuamente, y tuvo que soportar que el moreno se tomara la confianza de rozarlo o le palmeara el hombro de forma casual, pero era algo difícil de soportar para ellos dos.

-Dejaré dicho en el hotel que vienes -murmuró el moreno antes de irse de la tienda-. Bueno Jim, un placer verte. Mañana vengo otra vez.

Salió por la puerta y Stiles pudo respirar tranquilamente, aunque el aroma de Tyler siguiera impregnado en la tienda le sería más fácil trabajar, ya que no era tan fuerte si no estaba él.

Se le hicieron eternas las horas de curro, hasta que por fin acabó su horario a la hora de la cena. Envió un mensaje a su padre diciéndole que no cenaría ni dormiría en casa, sin darle muchas más explicaciones, y se presentó en el hotel en pocos minutos. Entregó su carnet identificativo en recepción para asegurar que era Stilinski y le permitieron subir a la suite.

El olor de Derek sobrepasaba la puerta atravesando la rendija. Lo aspiró con ganas mientras esperaba a que le abriera la puerta

Fue a abrir como Tyler, aunque sabía perfectamente que estaba Stiles, no sabía si estaba acompañado por alguno de sus asesores o no. Cuando abrió la puerta y pudo comprobar que no había nadie más en el pasillo, cogió a Stiles por el broche del cinturón y tiró de él al interior del cuarto, cerrando de un portazo y besándolo con ansiedad.

Después se podrían a hablar y todo lo demás, pero en ese momento necesitaba ser tocado y tocar a Stiles lo más que pudiera. Se le pusieron los pelos de punta al escuchar los gemidos que soltaba con el mero contacto de sus labios y se separó de él mirándolo con lascivia.

-Pienso follarte ahora mismo por todas las fotos que me has mandado sin camiseta o agarrándote la polla o cualquiera que me haya hecho excitarme lo más mínimo -gruñó Derek contra su garganta, lamiendo su cuello hasta llegar a sus labios-. Ya luego te diré lo que te he echado de menos y lo que te quiero.

-Me parece perfecto -repuso el castaño con ansiedad.

Le dedicó una sonrisa antes de desabrocharle los vaqueros y colar su mano en los bóxers, tocando su erección totalmente para él. Jadeó pajeándole y le bajó los pantalones con rapidez. Poniéndole de espaldas, frotó su polla contra el culo del castaño, que gimió lastimeramente con ganas de que lo follara.