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El moreno terminó el papeleo en su despacho y no perdió más tiempo en el instituto. Se metió en su deportivo y condujo hasta su piso.

Recogió un par de cosas que había dejado por medio al salir por la mañana y sacó una cerveza mientras esperaba a Stiles. Escuchó el timbre del portal y lo hizo entrar al loft, sonriendo con anticipación. Dejó la puerta entreabierta y se apoyó en la encimera de la cocina, bebiendo de su lata.

Escuchó golpecitos en la puerta y la cabeza de Stiles apareció en el hueco entreabierto.

-Pasa, anda -dijo haciéndole un gesto con la mano para que entrara.

-He venido con las cosas del instituto -le explicó-; nos han mandado deberes para mañana, y prefiero hacerlos ahora y no de madrugada. -Sonrió de medio lado, entrando y cerrando la puerta.

Dejó la mochila en la entrada, a los pies del perchero, y se acercó a él, que seguía bebiendo del botellín.

-¿Me echabas de menos?

-Joder, no te haces una idea de las ganas que tenía de verte -comentó tirando de la cinturilla de sus vaqueros y pegándolo a él.

Lo besó con suavidad y con mucha dulzura, para luego morder el labio inferior de su beta. Las manos de Stiles se metieron por dentro de su camiseta y acarició la piel de su espalda.

-Me encantan las ganas que siempre tienes de tocarme, me vuelve loco -jadeó Derek con una sonrisa.

-Madre mía, Derek, ¿quién no iba a tener ganas de tocarte? -le preguntó, agarrándolo de la nuca y siendo él quien mandaba en el siguiente beso.

Se tuvo que separar para que la cosa no fuera a más.

-Los deberes -murmuró haciendo un mohín y suspirando-, tengo que hacerlos cuanto antes y quitármelos de encima.

El moreno se quejó en voz alta y lo empujó alejándolo de su entrepierna, aunque estaba bastante a gusto con la presión del pene de Stiles contra el suyo.

-Estás en tu casa, venga -dijo el moreno quitando las revistas de la barra de la cocina y dejando que el otro se sentara.

Observó como el chico se subía los pantalones que estaban un poco bajados. Se palpó el trasero sacando las llaves del jeep y la cartera. Suspiró sonoramente ante esa imagen y se puso en el asiento frente al que se iba a sentar Stiles para hacer los deberes.

Sacó el cuaderno y el libro de Química. Buscó una hoja en blanco dispuesto a copiar el enunciado de la primera actividad, pero vio que Derek no le quitaba ojo. Levantó un poco la cabeza y sonrió de forma ladeada al ver que le estaba mirando.

-Eres mi entrenador, no mi profesor de apoyo. No hace falta que me ayudes.

-Vamos Stiles, no se me da tan mal la química. No sé si te das cuenta pero en esta cocina hay bastante -comentó Derek sonriente señalándose a él mismo y al castaño-. Yo me dedico a beber y a observarte, no te molesto -murmuró acercándose el botellín a sus labios entreabiertos.

-Es que sí me molestas -le explicó, pero sin perder la sonrisa-. Me pones nervioso, y no consigo concentrarme, porque todo lo que oigo es el sonido de tus labios cuando los despegas del botellín, y como buen adolescente hormonado me es imposible no buscar similitudes entre eso y cosas sexuales.

-Ah, entonces el sonido de succión que hago con el botellín te hace pensar en aquella noche en la que te la chupé en tu cuarto, ¿no? Vaya, tu mente busca similitudes bastante agradables... -repuso levantándose y dándole un beso justo bajo la oreja-. Te dejo un rato tranquilo, pero no mucho o empezaré con ruidos más obscenos.

Abyss [m-preg]Where stories live. Discover now