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Estaba alucinando. ¿Él había hecho eso? Joder, si había sido pan comido... Se sentía lleno de energía, y en su interior un torrente de sensaciones que le recorrían le hacía sentir como que podría jugar diez partidos de lacrosse sin cansarse.

Algunos de sus compañeros corrieron a felicitarle y él no podía hacer más que sonreír con cara de atontado.

El resto del entrenamiento fue un espectáculo gracias a Stiles. Hizo jugadas asombrosas ante la consternada mirada de algunos chicos que sabían lo malo que era jugando a lacrosse.

Terminó el entrenamiento y Derek se puso a recoger los conos que había puesto para ensayar jugadas. Captó el olor del chico y se incorporó, asustándolo.

-Has estado magnifico, Stiles -comentó acercándose y poniendo una mano sobre el hombro que había mordido la noche anterior.

Contuvo el aliento unos instantes ya que había sentido una corriente de electricidad recorriéndole cuando lo tocó. Stiles pareció haberlo notado también, porque lo observaba sorprendido.

-Ve a cambiarte Stiles, y luego ven que he de hablar contigo.

-Va... vale...

Asintió y se dio la vuelta, volviendo a los vestuarios. Parecía tener un muelle en los talones de la emoción que sentía bullir en su interior, y más por el nerviosismo que le causaba estar a solas con su entrenador.

Se duchó en silencio y rápido, sin perder mucho tiempo. Al salir buscó a Scott, cortándole la felicitación que su amigo comenzaba a soltarle.

-Creo que ya se lo que pasa. Te veo luego. -El hispano lo miró contrariado mientras su mejor amigo se iba corriendo, volviendo de nuevo al campo para hablar con Derek.

El entrenador estaba en el lado más alejado del instituto con los brazos cruzados, esperando. Cuando Stiles llego a su lado, se dio la vuelta y se fue caminando a adentrarse en el bosque que rodeaba el instituto. El chaval lo siguió confuso.

Cuando consideró que se habían alejado lo suficiente, Derek se giró para encarar al chico, que lo miraba asustado. La presencia del moreno le imponía bastante, haciendo que todo su cuerpo estuviera en tensión. Y por alguna razón, el mayor parecía estar pasando por lo mismo.

-No me pongas esa cara, no te voy a morder -dijo con doble sentido, sonriendo de manera socarrona. Stiles retrocedió un poco alarmado. Entreabrió los labios exhalando todo el aire de sus pulmones con sorpresa y entrecerró los ojos.

-Fuiste tú... -lo acusó-. Tú eras aquel lobo de anoche. Tú me mordiste. Por eso hueles así y por eso siento como si te debiera algo. -El moreno enarcó una ceja, extrañado.

-¿Sientes como si me debieras algo? ¿Por qué? Y sí, yo era el lobo de anoche. Siento el shock que te causé pero agradece que tuviera autocontrol, porque estuve a punto de devorarte entero, no sabes lo apetitosa que sabe tu carne -repuso relamiéndose, acordándose del sabor de la sangre de Stiles. El castaño palideció aún más, resaltándole el color de sus lunares.

-Joder... eso ha sonado muy mal -susurró intentando que su corazón volviera a latir con normalidad. Lo miró de arriba abajo, buscando algún signo de licantropía en él.

-Entonces... eres un hombre lobo.

-Sí, lo soy. Y tú también lo eres, Stiles. Eres parte de mi manada -dijo en voz baja, algo que extrañamente le agarrotó por dentro y le hizo tener un escalofrío.

Stiles era parte de él. Sonaba demasiado bien como para ponerse a pensar que técnicamente era parte de su manada, no de él. Pero era tremendamente atrayente ese pensamiento. Se mordió el labio inferior mientras el otro estaba agarrándose las manos con ansiedad.

Abyss [m-preg]Where stories live. Discover now