17. Algo imposible

367 81 177
                                    

Al finalizar la canción, agradezco de inmediato la atención y me retiro a guardar la guitarra dentro del estuche que se encuentra al fondo del escenario, donde Arya lo dejó. Y después de mostrar mi gratitud a los chicos de la banda, bajo de la tarima para caminar en dirección a Camila, que me hace señas con la mano para que me acerque y cuando lo hago, recibo el abrazo que me ofrece como agradecimiento, aunque me resulta incómodo recibir esas muestras de afectos con tanta confianza por su parte.

La encuentro junto a Eduardo, que parece feliz, y aprovecho para hablar sobre su sorpresiva y disimulada declaración de amor que todavía no asimilo. Me cuesta creer que haya estado enamorado de ella desde siempre y que recién ahora entero, me hace ver como un peor amigo de lo que antes pensé.

Conversamos sobre lo mismo un rato o más bien los escucho narrar sus experiencias pasadas juntos, hasta que Camila se aleja a conversar con una señora que le habla y me deja junto al rubio.

—Lamento no haberte ayudado. Lo habría hecho con gusto, te habría ayudado a preparar todo y eso, pero no tengo guitarra. No... no sé si lo notaste, pero usé la de Arya —comunico cuando quedamos solos.

Eduardo me mira y sonríe, como si estuviese realmente feliz y nada pudiese opacar lo que siente ahora.

—Lo noté. ¿Ya pueden llevarse mejor? —me pregunta.

Suelto una risa nasal. No porque me haga reír, sino porque me parece una pregunta tonta.

No lo hacemos, porque me he encargado de que así sea desde hace mucho tiempo.

—Seguimos igual. Camila le pidió el favor y no se negó a hacerlo, supongo que lo hizo por ella o por eso que dices..., que es gentil —añado, intentando convencerlo con algo que estoy seguro, es mentira.

No pienso que no sea buena persona, jamás lo he puesto en duda, pero ahora nada me saca de la cabeza que esto se debe a otra cosa.

Se habría negado, estoy seguro de ello. Solo que tal vez en este momento esté siendo víctima del arrepentimiento.

Si tan solo supiera que eso no me importa.

—Necesito pedirte otro favor muy importante —enuncia Camila cuando vuelve con nosotros, frenando las palabras de Eduardo y dirigiéndose a mí apremiante y con tono preocupado.

—Claro. ¿Qué necesitas? —me ofrezco despreocupado.

Ella sonríe apenada y entrelaza sus manos al frente antes de hablar, temerosa.

—Que vuelvas a cantar —expone, apretando los ojos a la espera de mi reacción.

Supongo que piensa que es demasiado, pero no lo veo así pese a que no ensayé y asiento como respuesta. Siempre se me ha dado fácil y no me molesta hacerlo, pero ella me hace ver que me he adelantado cuando sigue.

—Es solo que... —continúa temerosa, más precavida en su expresión—. Debes hacerlo con Arya.

¿Que debo qué?

No debo, ella quiere que lo haga, que es muy diferente.

—¿Qué? —exteriorizo, arrugando la frente sin entender.

¿Cómo y por qué me pide esto?

—Sé que la relación de ustedes es extraña, pero son los únicos que conozco que pueden hacerlo y ya esto estaba preparado. Es solo que la pareja que iba a venir al final no pudo hacerlo y apenas me han informado. Por favor, Liam, nadie más puede cantar —suplica, como si estuviese desesperada.

Suspiro pesadamente. Siento que me está manipulando, pero es su cumpleaños.

Esto no saldrá bien.

Canela ©Where stories live. Discover now