47. ¿Mi novio?

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—¿¡Cómo que te invitó a salir!? —chilla mi amiga. Cuando volvimos del descanso entramos directamente a clases y es hasta ahorita, de camino a casa, que le cuento—. Supongo que le has dicho que sí, ¿verdad? —asiento con la cabeza porque sé que me está viendo, ella da repetitivos aplausos de emoción—. Tienes que ponerte maravillosa.

—Ni siquiera sé a dónde iremos. No pondré ningún esfuerzo —bufa.

—Eres la peor —hago una reverencia como agradecimiento a sus valiosas palabras—. Arya, es tu primera cita con él, por favor, no seas así —se queja, cruzándose de brazos infantilmente.

—¿Primera? ¿Cita? —giro a verla unos segundos, antes de volver la vista a la carretera—. No es una cita.

—Claro que lo es, y no solo eso. ¿Sabes que esto podría considerarse un universo alterno en el que al fin ustedes dos están en un espacio ¡solos! llevándose bien? —ruedo los ojos.

—Solo vamos a hablar sobre algo que él quiere decirme y que no tengo idea de qué es, no significa que nos vamos a llevar bien. Y ahora que lo pienso, no sé por qué acepté —analizo, ella gruñe. 

—Tienen cosas de que hablar así que no digas nada. Lo demás, es un comienzo, sé que van a llevarse bien. Lo que intento decirte es que debes verte mucho mejor que siempre para deslumbrarlo.

—¿Por qué haría eso?

—Mierda, de verdad estás pasada de lenta. Es obvio que le gustas ¡Le-gus-tas! —insiste agitando sus manos. 

—Con más razón. Suponiendo que le gusto a una persona, no debería estar arreglándome forzadamente para verme bien. Si le gusto, le gusto como soy. Él me ha visto toda la vida en uniforme y sin usar si quiera maquillaje. Esto soy yo, un zombie y escasamente femenina.

—Odio que tengas razón y que seas tan aburrida. ¿No entiendes que hay que agregarle sazón a la cosa? —dice, y de soslayo la veo tambalearse. Río por su actitud porque a pesar de que se torna insoportable, ella es la energía que le hace falta a mi vida.

—Bueno. Voy a complacerte y me colocaré un labial claro, ¡pero! —exclamo en tono de voz más alto para detener sus intenciones de hablar—. Voy a llevar mis vans. Eso de ser una niña arcoiris no va conmigo, lo sabes.

—Bueno, ya que —acepta al fin, entre dientes.

Coloca música para que ambas comencemos a cantar y después de dejarla en su casa y prometerle que la llamaré de inmediato para contarle todos los detalles, me retiro a la mía.

Coloca música para que ambas comencemos a cantar y después de dejarla en su casa y prometerle que la llamaré de inmediato para contarle todos los detalles, me retiro a la mía

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—¡Mi niña, llegaste! —exclama Mari al verme. Me acerco a ambas para saludarlas dentro de la cocina.

—¿Cómo te fue hoy? —pregunta mi mamá, mientras me siento en una banca de la barra.

—Bien, sin novedades.

—¿Igual que hace un tiempo? Sin novedades, pero tenías una cita con un chico para la tarde —comenta con una sonrisa coqueta, yo me rasco la nuca y desvío la mirada a Mariah, que me ve con curiosidad.

Canela ©Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin