[COMPLETA].
La conocida teoría de los polos opuestos atrayéndose cierta vez toma poder en las relaciones, pero ¿qué ocurre cuando estos polos son similares? ¿Se repelen, o son capaces de sobreponerse a la fuerza magnética que los aísla por la propi...
Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.
Dejo a Liam con su cariz preocupada y me encamino hacia el salón.
Lo vi contento al principio y sin duda alguna me preocupa su repentino cambio, pero he pasado días realmente malos en casa y lidiar con su silencio no es algo que me atraiga por el momento aunque parezca egoísta, así que espero que lo que sea que le esté pasando no sea nada grave.
Ya hemos hablado sobre este tipo de cosas y si es él quien quiere volver a esto que ya creí, habíamos superado, no seré yo la que lo haga cambiar de actitud.
Con relación a mis malos días en casa, se deben a la presencia de Mateo. No es que el chico me esté molestando insistentemente, de hecho se ha mostrado atento y preocupado como antes, pero no deja de lanzar comentarios venenosos sobre Liam cuando estemos a solas, alegando que el castaño es una mala persona por todo lo que me ha hecho antes y que él sabe porque se lo conté hace tiempo.
Sé que Liam me hizo mal en más de una ocasión y no olvido nada de eso, pero me ha demostrado ser una buena persona con todos los gestos que ha tenido conmigo o incluso con los demás últimamente y ya no hay nada que hacer con respecto a lo que siento. Quiero a Liam, me hace sentir orgullosa y mi cariño por él, el deseo de estar a su lado, de verlo a diario sonreír y de compartir momentos, surgió mucho más rápido que con Mateo. No hay nada que yo pueda hacer para cambiar eso.
Los comentarios del italiano los ignoro como puedo, pero no deja de ser una molestia, así como lo sigue siendo el hecho de que continúe disculpándose insistentemente por lo que pasó hace meses, y yo no soy tan estúpida como para caer en eso.
No soy capaz de creerle del todo y no lo odio ni lo desprecio, pero ciertamente no puedo puedo sentir el mismo cariño por él. Todo lo que llegó a gustarme desde el año pasado se esfumó mágicamente aquel día que me enteré por mí misma que me había traicionado porque no quise demostrarle mi afecto del modo que él quería. Me lastimó, hizo que me sintiera desconfiada y frágil, y aunque también me culpo por eso, no puedo disminuir el peso de sus acciones.
Sin embargo, sé que aquello pasó porque tenía que pasar y ahora lo acepto. Con Liam creo que podría ser diferente y por eso agradezco haber superado pronto lo de la infidelidad, porque, además, yo no estaba enamorada de Mateo.
No sufrí demasiado gracias a esto último, pero eso no significa que voy a arriesgarme a caer con él otra vez.
—¡Arya! —el grito entusiasmado de Vanessa me trae de vuelta a la realidad cuando ingreso al salón.
Sonrío como respuesta y me acerco para saludarla hasta donde se encuentra, de pie a un lado de su escritorio junto a Camila y Andrea y sosteniendo una bonita rosa roja en sus manos.
—Hola, niñas —contesto alegre. Mis amigas van a responder, pero Vanessa lo impide.
—Dime que te parece hermoso el regalo de mi enamorado —añade luego de que le doy un abrazo, esbozando una amplia sonrisa.
