40. Idioma Miller

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—¿Qué crees que debería hacer? —pregunto a mi madre, después de que dos meses más tarde, he decidido contarle a alguien acerca del sobre que me dejó el padre de James para que se lo entregue a mi amigo

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—¿Qué crees que debería hacer? —pregunto a mi madre, después de que dos meses más tarde, he decidido contarle a alguien acerca del sobre que me dejó el padre de James para que se lo entregue a mi amigo.

Todo este tiempo he visto bien a James, incluso me parece notarlo más enamorado de su novia, y eso ha sido razón suficiente para detenerme nuevamente y no avanzar con relación a este tema. No sé si deba ser yo quien le deje el paquete y quedar como responsable de lo que sea que hay allí dentro y de lo que vaya a causar y tampoco quiero. Es mi amigo y lo que menos ansío en la vida es, al igual que con el resto, verlo mal.

En el momento que acepté el paquete de manos de aquel hombre no imaginé lo difícil que luego sería. O quizá no lo es y simplemente me estoy complicando porque quiero, pero a día de hoy me resulta lo más complicado que he tenido que manejar. A veces ni siquiera alcanzo a dormir bien, pues le otorgo demasiado valor a lo que sea que hay allí permitiendo que me arrebate el sueño, y desesperado por hacer que esto acabe decidí consultarle a mamá. Ella siempre me ha guiado, y ahora con mi inexperiencia en la resolución de los dilemas de la vida resulta ser también mi primer opción para buscar ayuda.

Me ha escuchado con atención toda la historia después de que le interrumpí con algo de culpa el programa de cocina que veía en la sala de estar, y ahora, mientras sostengo el sobre en mis manos viéndola con pertinacia a mi lado, espero que espabile y me dé su opinión.

Esta noche tenemos una fiesta donde Jemes y sus amigos me han convencido de cantar junto a ellos como banda, y mi plan era hablarle acerca del sobre hoy mismo. Es mucho tener que cargar con este peso con algo que, aunque me importa por tratarse de mi amigo, no tiene nada que ver conmigo.

—Te estás complicando demasiado, hijo —me confirma, observándome con los ojos desorbitados por mi atropellada verborragia. Luego sonríe tranquila, como si el asunto incluso cediera espacio a la gracia mientras yo no le veo más que terror—. De cualquier modo no creo que sea prudente que le entregues eso en la fiesta, sino más bien invitarlo mañana a casa y hablarlo con él en privacidad. Como dices, no sabemos qué hay dentro del sobre y si es malo lo mejor será que no se arruine la noche y esté preparado para tocar en la fiesta y pasarlo bien... O podrías déjarselo al término del evento y que él lo revise solo —sugiere finalmente, cuando ve que lo estoy pensando.

—Sí, no sé si dejarlo solo sea una buena idea, pero tienes razón, ma. Le diré que venga mañana —exteriorizo, cediendo con una sonrisa porque es una opción que ya había meditado. Es que la desesperación por salir de eso me hace tomar ideas sin sentido, pero supongo que ella está en lo cierto.

James es tranquilo, pero si hay algo más grande que escape de sus manos no será capaz de contenerse y mucho menos de controlar sus emociones. Y además de que espero que hoy lo pase bien haciendo lo que disfruta, no quiero que haga el ridículo delante de aquellas personas que lo contrataron.

Agradezco a mamá, que asiente con esa serenidad que la caracteriza, y luego me levanto para dejarla con su programa volviendo a mi habitación, donde paso el resto de la tarde retando con un juego de la Playstation a mi hermana.

Canela ©Where stories live. Discover now