82. No estoy enamorado de ti

206 40 124
                                    

¿Por qué tienes que burlarte de mí? —reclama, fingiendo seriedad.

No puedo verlo, pero me lo imagino ahogando una risa.

—Es que quiero verte con ese vestido —me quejo en medio de un falso llanto, para soltar otra carcajada al instante.

Arya, esto no tiene gracia repite hastiado, porque desde que me contó lo que estaba haciendo no hago más que descojonarme por su situación.

No necesito decir que tiene gracia, porque tú sabes que la tiene —recalco al parar de reír—. Debes verte tan hermoso como Cenicienta y ahora solo te hace falta un príncipe encantador y estúpido con el que jamás vas a interactuar, pero al que amarás tanto como él a ti —añado burlona, imitando un tono soñador aunque no deja de ser cierto lo que digo.

Liam exclama un bufido. 

—Hazme el favor y respétame un poco, Russo. El vestido es amarillo, ¿de acuerdo? Me parezco en todo sentido a Bella. Soy culto, excesivamente inteligente y guapo. Además, tengo el tono de su cabello —se ufana.

Suelto una carcajada mayor cuando él finaliza, y luego lo escucho reír al otro lado porque tampoco puede contenerse tras su estupidez.

—Perfecto, Bella. Solo quería saber que tu día estaba yendo bien y ya que lo confirmo, te dejaré para que te asegures de enamorar a cada persona que se te atraviese en ese fantasioso pueblo... Te veré esta noche, diviértete con ese vestido y no te olvides de dejarle un príncipe a Ann, ella también necesitará uno. 

—Ann no necesita ni tendrá ningún príncipe. Tú, en cambio, prepárate, porque cuando me quite el vestido seré uno para ti —se jacta, y de nuevo me lo imagino sonriendo con presunción, hasta que vuelve a oírse serio—. Arya, espera... Quería preguntarte algo.

Mientras no sean preguntas de examen, adelante —bromeo, pero a él no parece hacerle gracia. Lo percibo nervioso.

—Con mi familia viajamos todos los años a un lugar que no amas, pero pensé que de todos modos te gustaría ir conmigo... Ya sabes, para que estemos juntos y eso.

—Ya supongo a dónde es y creo que me parece buena idea... podría ser divertido. ¿Cuándo es?

—Mañana temprano. No tienes que pedir permiso, mis papás y yo nos encargaremos de eso.

—De acuerdo, es está bien.

—Bien... Entonces... hasta esta noche, bonita... Te quiero —finaliza seguro, provocándome una sonrisa tonta.

—Yo te quiero más, guapo, adiós —digo sorpresivamente serena, para cortar la llamada al instante.

Dejo el celular de vuelta en la mesita de noche y observo la pantalla como tonta embelesada, sonriendo y mordiéndome el labio inferior con nerviosismo.

Así me deja con una simple llamada de rutina.

¿Ya dejaste de estar enamorada? —La voz de Rugge me saca de mis pensamientos, y mi reacción es lanzarle una almohada hasta el pie de la cama, donde él se encuentra acostado.

Si tuviera una piedra a mi alcance, se la lanzaría solo por burlarse de mis sentimientos, pero lamentablemente no es el caso.

—No seas envidioso, Ru —contesto a su burlona pregunta.

Rugge bufa.

—Estoy bien con Judith... —garantiza pretencioso. Suspira y sonríe antes de continuar—. Me gusta verte feliz.

Canela ©Where stories live. Discover now