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Greco

Te apoyaste en la pared de aquella comisaría, sacaste un cigarro del bolsillo trasero de tu pantalón y te lo llevaste a los labios, fuiste a sacar el mechero cuando te quedaste pensativa, te quitaste el cigarrillo de los labios y empezaste a jugar con el.

 -No se por que todavía llevo de estos encima. Dijiste en un susurro viendo aquel cigarrillo.

Levantaste la mirada y observaste aquel gran edificio, observaste a la multitud de gente que había dentro de la comisaría seguramente para pedir o reclamar algo, viste como los agentes hablaban con aquellas personas y sonreíste melancólica al recordar tu pasado como policía.

 - No sé qué pinto aquí, yo debería de estar de vacaciones. Pensaste

La puerta de la comisaría se abrió y de ella salió un hombre de pelo castaño con barba y tatuajes, aquel hombre pasó de largo y se quedo parado enfrente de las escaleras, estuvo un rato allí parado hasta que otro hombre se paró a hablar con él, te quedaste observando al hombre de largos cabellos y tatuajes, te sonaba mucho. Te fuiste a acercar para comprobar que no era quien te pensabas, conforme te acercabas mas te parecía que ese hombre barbudo era alguien bastante conocido.

El hombre bajó las escaleras y tu lo seguiste, andaba bastante rápido, eso sumado a que ya de por si te llevaba ventaja se te hacia difícil alcanzarlo, entró en un garaje pero para cuando tu entraste en aquel garaje el ya no estaba. Te diste la vuelta y caminaste de vuelta a la comisaría.

- Ese no era Greco, solo se parecía. Dijiste. - Pero y si era. Susurraste mirándote la alianza que llevabas en la mano.

Volviste a apoyarte de nuevo en la misma pared de aquella comisaría, lo que no sabías era que aquel barbudo al que habías perseguido se había dado cuenta y que cuando tu entraste a aquel garaje te había reconocido perfectamente. El policía que antes había hablado con el hombre ya no estaba, la comisaría seguía bastante llena así que esperaste a que se despejara para entrar.

Para las 8:15 la comisaría estaba vacía, abriste la puerta y andaste en busca del vestuario para cambiarte al uniforme reglamentario, por suerte lo encontraste a la primera y para mejorar estaba vacío, buscaste tu nombre y sacaste tu uniforme, unos minutos después ya estabas lista, te miraste en el espejo haciendo que miles de recuerdos vinieran a tu mente. Te quitaste el anillo de la mano y con cuidado lo colocaste en la cadena de tu collar.

De un momento a otro el vestuario se empezó a llenar de gente, tú saliste de allí ya que por el momento no tenías muchas ganas de estar con tanta gente, al salir te chocaste con un hombre.

- Disculpe. Dijiste

- No pasa nada. Dijo con un notorio acento mexicano.

Debido a que aquel hombre era un poco más alto que tú y a que ibas pensando en tus cosas no le habías mirado fijamente a la cara, al verlo una sonrisa apareció en tu cara igual que en la de él al reconocerte.

- Pero bueno Vicente cuánto tiempo.

- ______. Dijo abriendo los brazos para darte un abrazo.

Allí en la puerta de los vestuarios os pusisteis al día, ya llevabais rato hablando cuando viste subir a alguien por las escaleras, cuando lo viste completamente todo tu ser se helo.

- Carrillo te tengo que dejar que el Comisario  quería hablar conmigo

- Claro, luego nos vemos.

Te despediste con la mano y caminaste en dirección contraria al hombre que acababa de subir las escaleras, escuchaste su apodo de los labios de Carrillo y su profunda voz entró por tus oídos, bajaste las escaleras y volviste a salir de la comisaría ya que necesitabas un poco de aire después de tantos recuerdos en tan poco tiempo. Sacaste de nuevo el cigarrillo y como ya era costumbre cuando estabas nerviosa empezaste a jugar con él.

- Pensé que ya lo habías dejado

- Y no te equivocas. Dijiste mirándolo.

- ¿Y eso?. Dijo señalando al cigarrillo que tenías entre los dedos

- Siempre lo llevo uno encima

La conversación entre vosotros dos quedó así, el hombre se apoyo en la misma pared que tú estabas, tu te deslizaste hasta sentarte en el suelo cosa que el imito. El ruido de los coches pasando era lo único que escuchabais, el chico se fijo en la cadena que descansaba en tu cuello y tu te fijaste en el anillo que llevaba todavía en su mano derecha.

- Creía que no lo llevarías después de lo que paso. Dijo el hombre

- Bueno tu también lo llevas todavía.

- Si bueno he pensado en quitármelo muchas veces pero no he podido, era lo único que tenía de ti. Dijo Greco mientras jugaba con el anillo.

Apoyaste tu cabeza en su hombro como hacia ya tiempo atrás lo hacías a diario, Greco sonrió dulcemente ante esta acción, tu cogiste tu collar y observaste el anillo.

- Creo que por esa misma razón lo tengo yo, te he extrañado bastante desde que te fuiste de Los Santos.

- Ojala te hubieras venido ese día

- Sabes que no podía

- Lo se, pero me alegra que por fin el destino nos haya vuelto unir

- Y a mi. Dijiste mientras lo mirabas aun apoyada en su hombro.