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Marbella Vice ( Especial Final )

A esa hora el atardecer era lo más bonito que tus ojos podían apreciar en tu vida, allí sentada en el techo del bar menos transitado de todo Los Santos, el bar que te vio tu primera borrachera, aquel bar en el que conociste a tus mejores amigos y donde pasaste tus mejores momentos allí estabas tú sentada, con una birra en tus manos y una sonrisa en la cara.

Escuchaste unos pasos detrás tuya, sin ni siquiera quitar la vista del horizonte y pasando de aquellas pisadas diste un sorbo a tu bebida, el sonido de las botas militares pisando la arena que quedaba en el techo resonó en tus oídos haciendo que desde ese mismo instante reconocieras de quien se trataba. Cuando el estaba justo detrás de ti alargaste el brazo ofreciéndole la cerveza, él la cogió sin rechistar para luego sentarse a tu lado.

- ¿ A qué debo esta visita?. Dijiste con media sonrisa

- Creo que no es una visita, creo que esta vez me quedo contigo y los chicos. Dijo Greco dando un sorbo a la botella

- Ni lo sueñes, estas aquí, me cuentas todo lo que ha pasado y vuelves a tu vida

- ¿ Y si no puedo?

- Si vas a poder

- Y si la cuestión es que prefiero quedarme aquí con mi familia

- Pues entonces me harás que te pegue una patada en tu culo y te eche de aquí y sabes que lo haré. Dijiste mientras le quitabas la cerveza

- Me gusta más este sitio que de donde vengo, esto es más tranquilo.

- Ya Greco, pero este todavía no es tu sitio, allí abajo te espera mucha gente, gente que te quiere, que te necesita. Nosotros no te necesitamos todavía por aquí, estamos bien pero ellos no

- Eso es mentira, están mejor sin mi.

- No es cierto sino tan sólo escucha.

Greco te miro desconcertado pero sin saber por qué se quedó completamente callado, al principio no escucho nada solo su respiración pesada, cerró los ojos para darle una segunda oportunidad, en el momento que lo hizo empezó a escuchar las voces de la gente que le animaban a levantarse, escuchó a Canario diciendo que merecía ser feliz y que luchara como el siempre había luchado, sintió la ira de Cano al no haber podido impedir ese disparo, las lágrimas de Iris mojaron su cara aunque no estuviera ella cerca.

El chico abrió lentamente los ojos, cuando los tuvo totalmente abiertos te miro a la cara.

- Aún piensas que nadie te necesita allí abajo

- No ya veo que me equivocaba

- Pues entonces no tengo nada mas que decirte, vuelve con ellos, vive la vida y cuando sea tu hora brindaremos juntos hermanito. Dijiste con una sonrisa en la cara.

Greco se fue a levantar pero no sin antes dejar un cálido beso en tu frente, se levantó y caminó en la misma dirección por la que había venido, disfruto de las vistas una vez más antes de volver a su vida real.

- Por cierto, dile a Iris que me cae muy bien y si alguna vez encuentras a mi sobrino dile que su tía lo ama con locura y que siempre lo cuidara.

- Se lo diré, cuídate

- Tranquilo siempre lo hago, te quiero barbas

- Te quiero enana. Dijo tu hermano antes de desaparecer para por fin despertar.