POR KARMALAND

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Y allí estabas tú sentada encima del tejado de aquel chico que juró volver pero que a día de hoy no había vuelto. Desde esa casa encima de la montaña se veía todo la aldea de Karmaland, suspiraste recordando todos aquellos momentos que habías vivido junto a aquellos 9 héroes, tanto los buenos como los  malos, todos eran un preciado recuerdo de aquella gran aventura que tan solo comenzó con una espada de madera y mendrugo de pan.

-Tita, tita. Grito Lukas desde abajo. - Mama dice que si te vas a quedar a comer

- Hoy no puedo, pero mañana estoy aquí la primera. Dijiste bajando del tejado y revolviéndole el pelo al chico

-¿Mañana me enseñaras a usar la espada?. Dijo con una gran sonrisa en el rostro

- Claro, será todo un honor, Lukas me haces un favor mientras voy a hablar con tu madre. El chico asintió. - ¿ Puedes ir a buscar a Junior, debe estar acostado al sol por alguna parte? 

- Voy.

Viste como Lukas empezaba a buscar al pequeño lobito por el patio, así que aprovechaste para despedirte de Lanita. Entraste a la casa y fuiste dirección a la cocina para ver si ella se encontraba allí, de camino cruzaste el salón encontrándote una pared llena de fotos de los chicos, no pudiste no pararte a admirar aquellos momentos vividos juntos.

-Por fin has bajado, ¿ te quedas?. Dijo Lana a tus espaldas mientras se secaba las manos con un trapo

- Esta vez no, tengo que investigar una cosa , al parecer hay algo raro en las afueras de Karmaland y voy a ver que no sea algo peligroso para el pueblo.

- ¿Vas a ir sola? ¿ no puede ir otro?

-  Sabes bien que tengo que ir, ya no queda nadie, todos los héroes o han abandonado o se han ido. Dijiste dándote la vuelta y mirando a Lana. - Te prometo que volveré, es más cuando esté de vuelta te llamaré, estaré bien además él me protege. Dijiste sacando un pequeño amuleto que te dio Luzu el primer día que llegasteis. La chica sonrió melancólica al recordar a su esposo al que llevaba sin ver más de 1 año.

-Me tengo que ir ya. Nos vemos mañana Lanita. Dijiste sonriendo y dándole un abrazo que ella aceptó gustosamente.

Saliste de la casa encontrándote a Lukas jugando con Junior, te lo ibas a llevar pero decidiste que era mejor que Junior se quedara allí, cosa que al pequeño le encantó. Bajaste la gran escalinata negra de la casa de Luzu que se dirigía a las entrañas de la aldea, cruzaste esta sin apenas cruzarte con nadie, realmente la ciudad había perdido la vida desde que los héroes habían abandonado aquella aventura y se habían dedicado a vivir sus vidas, cosa que tu no se lo echarías en cara es más comprendías el porqué lo habían hecho. Para cuando te diste cuenta ya habías salido del territorio de Karmaland y llegabas a la zona del peligro.

Exploraste toda la zona en busca de aquel peligro que decía Merlon había encontrado, tras dos horas examinando el lugar no encontraste nada raro asi que decidiste dejar el lugar y volver a casa o por lo menos esa era tu intención hasta que un fogonazo de luz lleno el bosque apareciendo de la nada una gran grieta en el suelo que cada vez se acercaba mas y mas a ti. Empezaste a correr con todas tus fuerzas pero aquella grieta parecía que estaba obsesionada contigo y no te dejaría escapar.

Las piedras de detrás de ti se partieron dejando tu pie izquierdo volando en el aire haciendo con esto que cayeras en el precipicio, como pudiste clavaste la espada de diamante en el suelo y te sujetaste a ella para impedir que te absorbiese, activaste el pinganillo rezando por que alguno de los chicos escuchara tus auxilios y vinieran a por ti.

-Chicos me oís, necesito ayuda, repito socorro. Repetiste varias veces

- _______. Se escuchó en tu pinganillo.

-¿Dónde diablos estás?. Dijo el chico al otro lado del pinganillo

-En el bosque a las afueras de Karmaland, el bosque más pegado a la casa de Lolo, ven rápido no se cuanto aguantare.

El chico cogió su chocobo más rápido y se dirigió hacia el lugar pero el tiempo era un mal aliado y para cuando Vegetta llegó lo único que vio fue la escena de su mejor amiga cayendo por aquel precipicio y como casi su mano tocó la suya.

El chico se quedó en silencio mientras lágrimas de sus ojos caían, vio como aquella grieta se cerraba y como la espada de diamante yacía clavada.

- No se si alguien todavía sintoniza este canal, pero tengo una mala noticia, hemos perdido a _______.

El silencio en la línea era notoria y no por su falta de gente en el canal, si no por que los que estaban allí intentaban aceptar aquellas palabras en su mente. Vegetta se levantó y cogió la espada, la guardó en su inventario y caminó hacia su chocobo ya allí se subió y se dirigió hacia la única casa que aquella chica estaba más en que en la suya propia, la casa de su hermano, la casa de Luzu.

Lo que no sabía Vegetta era que aquella grieta no era la primera vez que se tragaba a alguien, ya iban dos personas que fueron arrastradas hasta el fin del mundo.

One Shot Youtubers and StreamerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora