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Después de salir del gimnasio Team Black, mientras el taxi lo conducía de regreso a casa, Dan notó una tienda de antiguedades, que en su escaparate, había un jarrón de porcelana, tenía el sentimiento de que era el  que una vez vio, pero cuando era un niño.

— Disculpe, ¿podría dejarme aquí? — dice Dan al taxista.

Después de pagar el viaje y salirse del taxi, Dan se acercó al escaparate para ver de cerca el jarrón. Y sí, era el mismo.

Flashback...

— Mira abuela, ese jarrón está bonito — dice un alegre Dan de 5 años caminando de regreso a casa después de una divertida tarde en el parque que estaba una calle antes de la zona domiciliaria, viendo un jarrón de porcelana con un cerezo pintado en él. Y este tenía unas líneas doradas.

— Es muy bonito, que buen ojo tienes — dice Heena, sonriéndole amenamente al pequeño Dan.

— Abuela ¿Porqué el jarrón tiene esas líneas doradas? — pregunta Dan curioso, señalando el jarrón, pero apuntando a las líneas doradas.

— Oh, bueno, este frasco se rompió en algún momento, pero, con una especie de resina y polvo de oro lo reparan, haciéndolo más hermoso incluso después de romperse, es una forma de arte japonesa llamada Kintsugi — explico su abuela.

— ¿Y porqué abuela? Podrían hacer otro.

— Mi pequeño Dan, eres igual a tu padre, — sonríe Heena acomodándole el cabello a Dan, riendo — Nosotros, somos como jarrones, somos únicos, difícilmente habrá uno igual.

— En la vida, habrá momentos en los que sentirás que no quieres seguir adelante, tee sentirás como un frasco roto, pero sabes que hay calma después de una tormenta. — dice la abuela, de rodillas, mirando a los ojos al pequeño e inocente Dan — Solo uno mismo puede juntar todas sus piezas y tratar de pegarlas todas, pero habrán veces en las que no se necesitan todas las piezas, algunas pueden perderse, y está bien, a veces esas partes que faltan pueden ser buenas, o pueden ser perjudiciales, pero esos espacios vacíos puedes llenarlos con cosas nuevas, y las puedes hacer brillar, como el oro.

Fin del flashback...

— Nunca escondas que alguien o algo te rompió Dan, muestra que te rompiste, pero que te volviste a reparar, esa, esa es la belleza del Kintsugi — decía Dan, recordando las palabras que su abuela en vida alguna vez le dijo, mientras más lagrimas se agolpaban en sus ojos.

Dan se limpió las lagrimas que alcanzaron a salir y entró a la tienda.

En exposición habían muchas cosas. Como un reloj de bolsillo plateado con un esqueleto de serpiente y una rosa grabados. Un bastón hecho a mano, que en su etiqueta decía "Bastón de Shell Overlord". Una piedra azul con turquesa que brillaba, que parecía como varias olas. Una máscara blanco y negro con detalles dorados. Un lienzo con una pintura de dos hombres teniendo un momento intimo y que en la firma ponía el nombre Jung Namin.

Solo había una anciana con un niño detrás de un mostrador, ella estaba contandole la historia del lord Geumhoo que se enamoró de un carnicero sin nombre, al que luego el lord bautizó como Beom.

— Oh, disculpe, bienvenido a Spring Flower, la última tienda de antiguedades de la ciudad, ¿Le puedo ayudar en algo, joven?

Lapso de tiempo...

En algún momento de la internación de Heena, ella le dijo que en el momento en el que se fuera al otro lado, y en este se convirtiese en cenizas, le gustaría que estas estuviesen dentro de un jarrón Kintsugi. Dan siempre negó aquello porque le perjuraba y juraba que ella no iba a morir en el hospital, iba a salir de ahí. Y he como resultaron las cosas.

Después de pasar a la tienda de antiguedades, Dan había regresado al penthouse de Jaekyung para recoger todas sus cosas, y pasar las cenizas de su abuela delicadamente al jarrón. Así es, lo compró. Ya no quería estar aquí, ni un segundo más.

Durante el proceso, dos hojas de papel bien dobladas salieron de la urna de metal que le dieron en el hospital. Dan tomó las cartas después de dejar en el pequeño escritorio de la habitación la urna de metal. En una de lac cartas, en una cara la carta ponía "Para el paciente de mi Dan", todo indicaba que esta carta no era para él, la carta era para Jaekyung. Dan solo rodo los ojos y tomó la otra carta, que en una cara ponía "Dan" con un dibujito de un hamster. Dan solo sonrió nuevamente. Dan para un evento de su escuela, le tocó disfrazarse de hamster, y desde entonces luego su abuela lo llamaba así, porque se veía tan tierno y parecía uno de verdad.

Guardó la carta en su bolsillo, tal vez más tarde la leería. Pero no estaría aquí en la casa del monstruo de Jaekyung. Estaba haciendo el mayor de sus esfuerzos para evitarlo, esperaba no encontrarselo, jamás, en su vida.

Lapso de tiempo...

Dan solo pensaba en entrar nuevamente y comprar más alcohol, y seguir bebiendo. En la tienda de conveniencia en la que el castaño solía trabajar antes de enredarse con Jaekyung, ahí se encontraba él, tomando ya su quinta cerveza. Estaba tomando solo. Con el jarrón de porcelana con el cerezo y las grietas cubiertas con oro, encima de la mesa. Dan realmente había perdido todo motivo por el cual vivir. Ella era el motivo por el cual trabajaba como burro en todos lados, se sentía demasiado agradecido con ella que sentía que haciendo eso era una forma de agradecerle el haberlo cuidado durante más de 23 años. La urgencia de pagar su tratamiento, Dan se enredó con Jaekyung. 

Al momento de levantarse nuevamente de la silla, casi tropieza con algo... Más bien, quise decir, alguien. Al momento de alzar la mirada para ver quien fue el que evitó el posible estrellón contra el piso, vio a alguien alto, que parecía hacer ejercicio, se parecía un poco a Jiwon, el chico del gimnasio, porque también traía el cabello negro, ojos ambar, y el rostro un poco más atractivo.

— Cuidado amigo ¿Estás bien? — dice — ¿Dan?

A Dan parecía que se le había bajado lo poco que tenía de ebrio.

— ¿Jihoon Sunbae? 

[FANFIC/AU] Sólo es un contrato (Jinx)Место, где живут истории. Откройте их для себя