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Allí estaba él. A unos metros de él. Con jarrón de porcelana con líneas doradas. Con la mirada en sus ojos que tanto anhelaba mirarlo de esa manera, cálida y compasiva. ¿A que costo?

—Dan — Jaekyung apenas susurró el nombre del castaño.

— Perdón por interrumpir, estaba de paso por aquí.

— No te preocupes, está bien, supongo — dijo Jaekyung, mirando a Dan, se estaba conteniendo demasiado para no acercarse y pedirle que lo abrazara fuerte, sentir el calor de esos brazos para soportar el frío — Yo. .. Nunca esperé que nos encontráramos aquí por casualidad.

— Yo tampoco — dijo Dan, mirando el rostro del pelinegro.

Tenía los ojos hinchados, seguro que había llorado durante algunos días. Algunas ojeras eran un poco visibles. Inconscientemente, Dan había memorizado cada facción del rostro de Jaekyung, al poder siempre mirar más de cerca su rostro cada noche que compartían la cama

— Vine a buscar un nicho para la urna de mi abuela. Esto entró en sus últimas peticiones. Me las dejó en una carta.

Jaekyung solo estaba ahí, mirándolo, mientras se limpiaba las lágrimas, que sin querer seguían brotando.

— Yo... Vine a ver a mis padres — dijo Jaekyung, mirando nuevamente su piedra, que tenía grabados los nombres, los días de nacimiento y muerte, y dedicatorias. Y un pequeño dibujo.

— Ya veo – dijo Dan en un tono de voz suave – Quiero hablar contigo… Quiero ser más claro sobre… La forma en que actué estas se-

— No te preocupes... No tienes que explicarlo, el pasado es pasado — dijo Jaekyung dejando salir un suspiro de su boca — Desearía que las cosas no terminaran así, pero he aquí nosotros.

Dan solo veía a Jaekyung cabizbajo, mirando sus manos.

— Ojalá todo esto tuviera otro final también — dijo Dan — Admito que no actué bien y terminé lastimándote... Pero estaba tan cegado por mi juicio, que solo reaccioné con miedo, de ser tratado como antes.

— Te perdono... En el fondo sabía que lo merecía — dijo Jaekyung — Pero yo... Ojalá pudieras haberme dicho que irás a Alemania en estos días... Pero entiendo que todavía estabas enojado por toda la situación.

Dan dejó por un momento las cenizas de su abuela a un costado de aquel sendero, y se acercó a Jaekyung, tomó su mentón, y delicadamente hizo que lo viese a los ojos.

— Lamento todo el daño que te causé, de lastimarte y golpearte — dijo Dan — Sé que con una disculpa no es suficiente, pero... No sé que hacer tampoco...

Los ojos castaños oscuros de Jaekyung se encontraron con los ojos color miel de Dan. El azabache estaba batallando para no llorar en ese preciso momento. Jaekyung pensó que la última vez sería el final, y dolió, y ahora esta sensación como un nuevo final, dolía un poco más.

— Creo que debería regresar al columbario para dejar a mi abuela — dijo Dan, pero incluso antes de arrodillarse para recoger la urna, dejó la fría mano de Jaekyung sosteniendo una de las suyas — Jae...

— Yo... Puede que suene un poco egoísta, pero... ¿Podrías... abrazarme? — preguntó Jaekyung, con la voz temblando.

— Vale — asintió Dan, y acercándose, abrazó a Jaekyung, este correspondió el abrazo, haciéndolo más fuerte, pegándolo a su pecho.

El cuerpo de Jaekyung temblaba, no sabía si era por el frío, o por el colapso que estaba pasando. Esa sensación de calidez estaba volviendo, aunque esta vez sería efímera, se iría en cuestión de minutos o segundos. Ambos podían sentir los latidos de sus corazones. Así como había dicho la abuela en una de las cartas, encajaban como dos piezas de rompecabezas. Sus vidas sin querer se enlazaron como hilos al tejer.

Quizá este podía ser su último abrazo. Así que ambos dejaron salir sus lágrimas...

Esto se sentía como un cierre, tal vez este era el verdadero final de su historia llena de muchos altibajos. Jaekyung odiaba ese sentimiento. Dan también lo odiaba. Era algo tan doloroso que ninguno de los dos se atrevía a soltarse aún. Se sentía como separar dos cuerpos que formaban uno, dos almas intercaladas siendo jaladas hacia extremos opuestos para romper aquel vínculo, que mientras más se fusionaban, la separación iba a ser más dolorosa.

— Te amo Dan, lo digo desde el corazón... Te amo de una manera de la que nunca esperé o creí amar a alguien — dijo Jaekyung, cuya voz fue un poco filtrada por el abrigo de Dan. — No es un recurso para retenerte y que no te vayas, nunca fue mi intención, así como dijiste, eres tuyo, ya no mío. Tú tomaste tu decisión. Vete en tranquilidad y en paz... Pero nunca dejaré de decir que te amo.

Despues de unos minutos, ambos se separaron, dedicándose una última mirada.

Te perdono, y también te amo Jaekyung — dijo Dan mirando con ojos llorosos, los también ojos llorosos de Jaekyung — Lo digo en serio... No soy bueno para las despedidas pero... espero que con el tiempo ambos encontremos tranquilidad y sanar nuestros corazones.

— Claro que lo haremos... Cuídate — Jaekyung le dedicó una última sonrisa a Dan antes de él arrodillarse, tomar la urna, girarse siguiendo el camino hacia donde estaba y comenzar a caminar.

Ya con Dan un poco más lejos, Jaekyung soltó un poco más de llanto por unos segundos más, secando su rostro con la manga de su abrigo, para después despedirse de sus papás y caminar de regreso a la entrada.

Mientras Dan volvió al columbario, coincidiendo nuevamente con el chico que lo atendió, escogiendo el lugar donde las cenizas se quedarían por el resto de los días.

[FANFIC/AU] Sólo es un contrato (Jinx)Où les histoires vivent. Découvrez maintenant