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Después del entrenamiento, Jaekyung caminó de regreso a casa, no ocupó su auto para trasladarse al gimnasio, necesitaba un poco de aire.

Después de llegar, miró con algo de nostaglia a ciertos lugares de la casa, recuerdos empezaron a reproducirse como una pelicula, momentos que él y el castaño compartieron juntos, tanto buenos como malos. Sin pausas, y sin saltarse una escena. Todos los momentos malos predominaban en los primeros recuerdos a reproducir, cosa que no ocurrió con los recuerdos más recientes, eran bonitos, íntimos... si les ponías un filtro de color rosa, podrían ser descritos como románticos.

El azabache sonrió ligeramente, y mientras más se adentraba en la casa, más iba dándose cuenta de los detalles de ésta
Era minimalista, y era elegante, algo que le gustaba, razón por la cual la adquirió (sumando también la piscina), pero si era omparada con el gimnasio, en el que predominaban los adornos navideños, escarcha de color verde adornando las paredes, junto series de luces blancas iluminando el lugar, su casa se notaba apagada. Bastante apagada.

Tal vez Heesung tenía algo de razón respecto al aspecto de su casa en épocas decembrinas. Quizás sería un buen momento para empezar a decorar el penthouse, y tal vez también la otra casa.

Dejó salir un suspiro, y subió las escaleras que conducían a las habitaciones. Dejando su maleta con sus cosas para el gimnasio en la suya, sacando la ropa con la que entrenó para enviarla a lavar.

Al dejarla con la demás ropa, el azabache salió de la habitación, y miró la puerta de la que alguna vez fue la habitación que Dan ocupó, y en donde ahora había pasado la urna de metal con algunas cenizas de Heena, la abuela del castaño. Al momento en el que las flores de marchitaban o secaban, inmediatamente mandaba pedir flores para el pequeño altar que tenía.

Entró para revisar el estado de las flores, y posteriormente sentándose en la cama, soltando un suspiro, mirando por la ventana como más nieve iba cayendo. Era una escena muy solitaria.

Volteando a mirar el lugar, sus ojos se enfocaron en una hoja de papel doblada delicadamente, que se encontraba junto a la urna. La carta que la abuela de Dan le había dejado a él. Incluso hasta ahora nunca se sintió con el derecho de leerlo, pero siempre sintió curiosidad por saber qué habría escrito Heena en él.

Se levantó de la cama, caminó hasta donde la urna y tomó la hoja para regresarse al colchón, notando la pequeña nota que ponía.

"Para el paciente de mi Dan"

Jaekyung suspiró, desdoblando el papel, notando que el contenido cubría casi toda la hoja. Y sus ojos se dirigieron hacia donde empezaba la carta. Y empezó a leer su contenido, la dulce y envejecida voz de la mujer sonaba en su cabeza al mismo tiempo que leía palabra por palabra.

La carta ponía lo siguiente:

Hola Joo Jaekyung, ésta es Kim Heena.

Espero que esta carta te encuentre bien en medio del caótico fluir de la vida

Mientras estoy recostada aquí escribiendo esto, siento al mismo tiempo un peso en el corazón y algo de paz porque pronto mi viaje en esta Tierra llegará a su fin en muy poco tiempo. Antes de partir de este plano, te debo transmitir mi más sincero agradecimiento y compartir algunos pensamientos que han mantenido mi mente ocupada durante este tiempo acostada en esta camilla.

En primer lugar, quiero expresarte mi más profundo agradecimiento por el cuidado y la amabilidad que tanto mi nieto, tu doctor, Dan, y como tú me mostraron durante mi batalla contra esta miserable enfermedad.

Tu apoyo con el pago y su genuina preocupación han sido una fuente de fortaleza y consuelo en las horas más oscuras de mi estancia. Eres un chico de alma dura pero a la vez, una tan gentil, descubrí la compasión y el amor que siempre anhelé que mi nieto recibiera. En mi ausencia, confío en que seguirás estando ahí para él, ofreciéndole el amor y la guía que lamentablemente ya no le daré.

Hablando de mi nieto, he observado de cerca cómo sus vidas se entrelazaban como los delicados hilos del destino. Sus personalidades se complementan en un baile divino, que combina risas, bromas y atención genuina. Aunque tenga la intuición  de que no eres alguien que demuestre sentimientos que te coloquen la idea de debilidad en mis tiempos, tu afecto por mi Dan, brilla en los pequeños momentos. Les imploro que sigan alimentando su vínculo, porque posee el poder de transformar su futuro en algo extraordinario.

A mis ojos envejecidos está claro que existe una conexión profunda entre tú y mi nieto. La forma en que ustedes dos se miran transmite una calidez que trasciende la amistad. Como dos almas perdidas que finalmente encontraron su camino, el amor es evidente y hermoso. Su unión hace sonreír a este viejo rostro, porque no sólo se preocupan el uno por el otro, sino que también comparten una atracción verdadera y cautivadora, tan rara como poderosa.

Mi tiempo en esta Tierra ha sido largo y desafiante, bastante desafiante, pero me regaló la claridad para discernir la verdad. Y así, con la sabiduría de una anciana y un corazón lleno de esperanza, los animo a ambos a ser valientes. Abracen el amor que florece entre ustedes, porque tiene el potencial de transformar su existencia compartida en una sinfonía de alegría. En un mundo lleno de dificultades y dolor, encontrar un amor que irradie tan bellamente como el tuyo es un tesoro sin medida.

Mientras respiro por última vez, mi corazón se llena de paz y alegría. Saber que estás en la vida de mi nieto me da consuelo y puedo dejar este mundo sabiendo que ambos se cuidarán mucho después de que yo me haya ido. Te encomiendo a ti, Joo Jaekyung, la tarea de guiarlo, amarlo y recordarle que merece la felicidad.

Para terminar, gracias  por ser el pilar de fortaleza que mi nieto y yo necesitábamos. Eres una persona extraordinaria y exitosa, más allá de las palabras, gracias por tu presencia en nuestras vidas. Aprecien cada día, ámense y cuídense, y lleven en el corazón los más bellos recuerdos, así como yo los llevaré por siempre conmigo por toda la eternidad.

Con amor e inmensa gratitud,

Kim Heena

La carta terminaba con un dibujo de Heena, representando una flor de cerezo.

Jaekyung, al terminar la carta, solo sentía sus ojos completamente inundados de lágrimas. Esas palabras escritas por unas manos tan arrugadas pero a la vez tersas tocaron las más sensibles fibras del azabache. Sentía una presión en su pecho, y mil y un nudos en toda la garganta.

Lo único que Heena le dejó fue la petición de que él se preocupara, que procurase, apreciase... y amase a Dan... Se sentía estúpido. Sentía que le había fallado tanto a ella, como a su propio corazón

— Te fallé noona, lo siento mucho — dijo el azabache, entre sollozos silenciosos, la voz apenas le salía — De verdad... Lo siento mucho.

El azabache apretó la hoja de papel contra su pecho, haciendo su mejor esfuerzo para no arrugarla tanto, y se acostó, sintiendo como sus lágrimas se deslizaban con gracia por su piel.

Su llorar no acabó hasta unos minutos después. Antes de relajarse unos segundos, el silencio de la casa se vio perturbado por el sonido de su celular. Al incorporarse nuevamente, Jaekyung checó el motivo por el que había sonado su teléfono.

Dan le había enviado un mensaje... Aunque no esperaba ver lo que decía.

Kim Dan (Danster)
Gracias por la carta, realmente te esforzaste en escribirla, pero te agradecería que no me hables a menos que sea algo relacionado con el contrato o la deuda.

[FANFIC/AU] Sólo es un contrato (Jinx)Where stories live. Discover now