Star Around the Sun

Extra 3.6

El cumpleaños número 56 de Han Zhang no estuvo marcado con mucha fanfarria. Supuestamente, solo había invitado a algunos amigos cercanos y familiares a una pequeña reunión. Esa tarde, sin embargo, las personas que habían venido a celebrar su cumpleaños corrieron a la casa Han, prácticamente pisoteando el césped de enfrente, yendo y viniendo como si fuera una gran fiesta al estilo occidental.

Han Bohan vestía traje y corbata. El traje se ajustaba perfectamente a su figura, enfatizando sus largas piernas y su esbelta cintura. Parecía alto y guapo.

No le gustaba tanto socializar, pero como era el único hijo de Han Zhang, no tenía más remedio que recibir a los invitados que entraban por la puerta del salón del primer piso. Había una gran cantidad de jóvenes Alfas alrededor, y sus miradas seguían cada uno de sus movimientos, pero él no les prestó atención, permaneciendo cortésmente distante sin importar a quién se enfrentara.

Zheng Xujiang también estuvo presente. Él era nominalmente estudiante de Han Zhang y, como amigo cercano de los Hans, desempeñó a medias el papel de anfitrión, entrando y saliendo para saludar a los invitados a medida que llegaban.

“Tómate un breve descanso si te sientes cansado”, le aconsejó a Han Bohan.

Han Bohan solo le dio una respuesta plana. "No estoy cansado." Luego dio media vuelta y se alejó.

Han Zhang notó la atmósfera entre ellos y luego habló en privado con Han Bohan. “Si no te importa Zheng Xujiang, está bien. Pero ya es hora de que pienses en tu futuro”.

Han Bohan cumplió treinta años este año.

En un abrir y cerrar de ojos, habían pasado dos años desde que Sun Yao lo secuestró y le dio una marca temporal. Los efectos de la marca temporal se habían desvanecido hacía mucho tiempo, pero nunca había aparecido un Alfa capaz de darle una marca permanente.

El teléfono en el bolsillo de Han Bohan vibró ligeramente. Se acercó a una esquina y lo sacó para ver que Sun Yao había enviado un mensaje de texto, un mensaje corto de dos palabras: He vuelto .

Después de su liberación hace dos años, Sun Yao se había ido. Dijo que se iría de la ciudad para hacer negocios con un amigo. Antes de irse, pidió prestados 200.000 yuanes a Han Bohan e instaló a su hija en un sanatorio decente. Quizás, los días que pasó encerrado en el centro de detención habían inquietado a Sun Yao; se dio cuenta de que no había forma de que pudiera garantizar una vida sin contratiempos para cuidar a Sun Xunyan. Lo que más necesitaba era dinero, y solo con dinero podía asegurarse de que Sun Xunyan continuara recibiendo la mejor atención, incluso después de morir un día.

En ese entonces, Han Bohan no había dicho una palabra y transfirió directamente los 200,000 a Sun Yao.

Sun Yao había estado fuera de la ciudad estos últimos dos años, ni siquiera regresando para el Año Nuevo chino. Ambos tenían la información de contacto del otro, pero prácticamente nunca se habían puesto en contacto. Solo durante el Año Nuevo de este año, Han Bohan recibió un aviso de transferencia por valor de 100.000 yuanes, seguido de un mensaje de Sun Yao que decía: Feliz Año Nuevo.

Miró ese mensaje de texto durante mucho tiempo y respondió con un simple " Feliz año nuevo ". No hubo seguimiento.

La mente de Han Bohan se quedó en blanco por un momento después de recibir repentinamente el mensaje de texto de Sun Yao. Después de unos minutos de estar parado en la esquina inusualmente tranquila, le envió un mensaje de texto a su madre: “ Algo sucedió. Me voy . Luego, tomó las llaves de su auto y su billetera y salió corriendo.

Han Bohan sabía hacia dónde se dirigía Sun Yao. Cuando regresó después de dos años, lo primero que hizo fue visitar a Sun Xunyan.

El camino al sanatorio estaba algo congestionado, pero Han Bohan no estaba ansioso ni impaciente. En verdad, no sabía cómo se sentía acerca de Sun Yao en este momento, era solo que, en los últimos dos años, pensaba en Sun Yao de vez en cuando, tenía recuerdos de la casa húmeda y cargada y el cama que estaba cubierta de sus fluidos corporales.