Let's be Unpredictable.

Capítulo 22.

Todas las emociones que había sentdo momentos atrás junto a Calum se agolpaban en mi mente mientras rodaba en mi saco de dormir, buscando una forma de conciliar el sueño de una vez. Todo lo que me había dicho esta noche había creado algo nuevo en mí, aunque no sabía qué era en realidad. Sentía una confusión extrema, como ese momento después de despertarte de una larga siesta. Odiaba sentirme así. Era como si no supieras exactamente dónde estabas, qué hora o día era o cómo habías llegado a dormirte. En ese momento era igual, el mismo sentimiento con distintos elementos. Las preguntas que me hacía eran diferentes. 

¿Qué pasará de ahora en adelante? ¿Cómo he llegado a esto? ¿Por qué yo y no Kate o cualquier otra? ¿Por qué me eligió a mí, pudiendo tener a cualquier otra?

Calum me había dejado claro que él no estaba interesado en Kate, pero eso no eliminaba el hecho de que ella sí lo estaba en él (e iba a hacer cualquier cosa para conseguir toda su atención).

Todo esto es irreal, pensé.

No me entraba en la cabeza que Calum pudiera fijarse de esa forma en mí. ¿Qué tenía yo? No tenía nada. Un cuerpucho sin nada que destacara, un rostro corriente, unos ojos corrientes, un cabello corriente, una vida corriente. No tenía el pelo brillante y sedoso como las demás chicas, no tenía su misma forma de pensar. Mientras que sus uñas estaban perfectamente pintadas y cuidadas, las mías estaban mordisqueadas y mis dedos llenos siempre de tempera o carbón de pintar. Yo no era como ellas y era una de las cosas que más odiaba de mí. 

Yo quería ser como todo el mundo, quería ser feliz yendo de compras, cotilleando o hablando de chicos con las amigas que tendría si no fuera... como soy actualmente. La oveja negra, el patito feo. Eso era yo, sólo un producto defectuoso que las empresas decidían descartar del catálogo.

Me voleé para mirar el cuerpo dormido de May Belle. Ella era tan... espontánea. Actuaba como si todo en la vida fuese sólo un juego. Ella era alguien normal, aunque no del todo. Había cosas en ella que se asemejaban mucho a mí, cosas con las que yo misma me sentía identificada, pero por otra parte ella sabía relacionarse, cosa que había descubierto en esta excursión. Antes de venir, ella siempre estaba sola en el instituto pero cuando llegamos aquí, descubrí que en realidad muchos de los miembros de nuestra clase eran buenos amigos suyos. Y no lo entendí. ¿Por qué iba a estar May Belle sola en el instituto si tenía tanta gente a su lado en realidad? Y luego di con la respuesta. 

Tal vez ella quería estar sola.

Ojalá esa fuera también mi decisión. Pero en realidad no lo era, la gente lo pinta todo de una manera errónea. No me gustaba estar sola en las comidas, por los pasillos y sola en general, porque lo estaba. No me gustaba no poder hablar con nadie libremente, sin preocuparme de lo que pensarían sobre mí. Pero era algo más que decir ''no quiero esto'' o ''quiero lo otro''. A mí no me habían dado otra opción.

Había aprendido por las malas que la gente te hace daño. Todo el mundo, sin excepción, hace daño alguna vez a alguien. Puede ser por un insulto, o por un adiós pronunciado en el momento menos indicado, por una pelea, un golpe físico, uno psicólogico... Pero al fin y al cabo todos lo hacen. Y hay muchas formas de hacer daño a alguien, y de que te lo hagan a ti. Hay muchas formas de sufrir y yo sólo quería encontrar la menos desagradable. 

Seguía en su búsqueda. 

Así que, tal vez, mientras yo lloraba porque me sentía sola, May Belle disfrutaba de su soledad. Aunque no era lo mismo. Porque ella sabía que siempre tenía a alguien a quien acudir si lo necesitaba. Yo no tenía a nadie. Tal vez a mis padres. Pero hablar con ellos no era lo mismo que hablar con una amiga. 

Cuando llegamos, me sentí acogida por May Belle y sabía que había algo diferente en ella, aunque en el mejor sentido. Es una chica rara, pero divertida y muy amable. Yo no era como ella, tal vez en algunos aspectos nos parecíamos, pero yo nunca iba a conseguir encajar en ningún sitio tan bien como lo hacía ella.